La Mar Salada

Cuando alta cocina y tradición se dan la mano
La Mar Salada
La Mar Salada
5 Junio, 2017
Anna Tomàs
Los platos de siempre de la cocina marinera, elaborados con toque y técnica actuales, en La Mar Salada

Familia de restauradores de la Barceloneta. Una buena carta de presentación para un restaurante del barrio marinero de Barcelona. Después de toda una vida dedicada a Can Ros, restaurante emblemático del barrio que en 2008 cumplió su centenario, los abuelos Ramón y Rossita fueron los impulsores de abrir La Mar Salada en 1993.

Ahora, su nieta Marta Cid, al frente de la sala de La Mar Salada, perpetua la tradición familiar con los chefs Marc Singla y Albert Enrich en la cocina, para ofrecer platos marineros, de arroces, tapas, pescado y marisco. Marc Singla, que se hizo famoso en 1996 con la deconstrucción de tortilla en el Talaia Mar, el único restaurante de Ferran Adrià en Barcelona, recupera la pasión por las recetas tradicionales a las que aplica todo su conocimiento, técnica y cariño. Albert Enrich, que estudió pastelería en la Escuela Joviat, es el encargado de la parte dulce de la cocina, creando postres para, literalmente, chuparse los dedos. El toque final es la amabilidad de Marta con su equipo de camareros que dispensan un servicio profesional, atento y pendiente de todos los detalles.

Un local de ambiente moderno, informal y elegante a la vez, con un comedor en la planta baja y otro en el primer piso desde el que se divisa una hermosa panorámica del puerto, así como de una terraza con vistas al mar.

Para picar y compartir

Una costumbre, la de “ir a picar algo”, que se ha practicado desde siempre en la Barceloneta y que, no podía ser de otro modo, está presente en la carta de La Mar Salada.

Buñuelo de bogavante, sardina de la costa ahumada con mermelada de cebolla, foie y manzana, canelón de pescado de roca de La Barceloneta con bechamel suave de marisco, navajas con panceta ibérica, piñones y salsa de asado, mejillones de roca al perfume de romero o gamba de la lonja al vapor con aceite ahumado y lechuga de mar son algunas de las delicias para un gran “pica-pica”.

Carta marinera

Otra tradición del barrio de pescadores de Barcelona es la de los buenos arroces. En este caso, hay que decir buenos, en mayúsculas. Ya se trate de meloso de bogavante, negro con sepia de la lonja, paella con cigalas y gambitas de la Barceloneta o fideuá con langostinos de Sant Carles i su alioli, cualquiera de las opciones resulta excelente.

De los platos de pescado, rape de playa a la marinera con ñoquis hechos a mano, calamares con alcachofas, jamón de bellota y butifarra del perol o bacalao a la plancha con caldo corto de escudella, cremoso de garbanzos y acelgas. También ofrecen buenos platos de carne como el fricandó de carrilleras de ternera con bulgur y trompetas de la muerte.

Mención especial para los postres, espuma de crema catalana con toques cítricos, requesón con dátil fresco y helado de miel y romero, lingote de chocolate blanco y fruta de la pasión o helados y sorbetes de fabricación propia.

Menú diario y para grupos

De lunes a viernes al mediodía, excepto los martes por descanso semanal, está disponible un menú variado y equilibrado con unos postres de excepción.

Para grupos a partir de ocho personas, disponen de una carta con diversos menús gastronómicos, ideales para grupos de amigos o celebraciones familiares.

Passeig Joan de Borbó, 58-59
08003 Barcelona Barcelona
España

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