Innovar con el flan es posible con estas 5 deliciosas recetas

Innovar con el flan es posible con estas 5 deliciosas recetas
Innovar con el flan es posible con estas 5 deliciosas recetas
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El flan está muy bueno, buenísimo. Y es un gran invento que se encuentra entre la mezcla de dulce de leche y huevo: desde la natilla con alta proporción láctea hasta el tocinillo con ausencia de leche y mucho azúcar. En este abanico, el flan ocupa un lugar central y probablemente por ello sea uno de los postres más consumidos y deseados de nuestra cocina.

Y también quizá por eso, a menudo resulta un poco repetitivo y simple. Una injusticia, claro. Fácilmente reparable echándole un poco de imaginación y convirtiendo nuestro flan tradicional en un flan con extras. Las opciones van desde añadir complejidad al sabor (con naranja, turrón) hasta combinar el flan con otros elementos (esos maravillosos pijamas vintage, eso sí, pasados por el filtro del sentido común dietético).

La combinación de la leche con el huevo tiene una explicación química esencial: las sales minerales disueltas en la leche permiten que las moléculas de proteína en el huevo no se repelen entre sí y terminen formando una red extensa y fina.

Receta básica de flan de leche según el Larousse Gastronómico: Hervir 1 litro de leche con 125 g de azúcar y 1 vaina de vainilla. Batir 4 huevos en una ensaladera. Retirar la vaina de vainilla y añadir poco a poco la leche hirviendo, removiendo sin parar. Verter en una fuente de horno o en tarrinas individuales. Luego, cocer 40 minutos al baño maría en el horno, previamente calentado a una temperatura de 220ºC. Servir frío. (Larousse Gastronomique, edición 2011).

Una curiosidad respecto a la técnica del baño maría que conviene saber es que aunque el agua en la que depositamos el recipiente con el flan nunca superará los 100ºC, sí que puede estar sensiblemente por debajo de esta temperatura en función del recipiente (material y forma) que utilicemos. El calor que recibe del horno se pierde parcialmente por la evaporación superficial y en un horno a temperatura moderada podemos llegar a tener el agua a 87ºC (hierro), 83ºC (vidrio) y 80ºC (acero inoxidable).

Os traemos cinco propuestas para reinventar el flan y conquistar la sonrisa de vuestros comensales. ¿Por cuál os decidís?

Flan con helado de nata

El flan con nata es por sí mismo un clásico fundamental, pero podemos darle una vuelta elegante haciendo que la nata esté presente en forma de helado, cremoso y de calidad. Un crumble de vainilla nos aportará la textura crujiente que equilibra el postre. Sencillo, sí, pero con esta pequeña mejora convertimos el flan en un postre muy goloso. La idea la pudimos degustar en el restaurante estrellado de Els Casals.

Flan con frutas tropicales

Ni es una revolución ni es tampoco un plato complicado. Pero acompañar el flan con unos dados generosos de fruta tropical le da un toque fresco y divertido que transforma el flan completamente, que es justo lo que buscamos: darle vidilla al flan. En este caso, la textura cremosa de la pitahaya y el aroma dulzón de la papaya (con ese sabor fantástico a medio camino de la manzana, la fresa y la piña) funcionan de maravilla. ¡Pruébalo y nos cuentas!

Flan de calabaza 

Esta receta de la pastelera Gemma Clofent funciona de maravilla para la temporada flanera de otoño invierno, cuando la calabaza está en su máximo esplendor. Los sabores cálidos y naturalmente dulzones de esta cucurbitácea combinan de fábula con la mezcla de huevo y lácteo en una muestra más que el flan de hecho admite mil sabores y combinaciones. ¡Atrévete a probarlo!

Ingredientes: (para 4 flanes)

  • 200g de pulpa de calabaza cocida
  • 50g de chocolate blanco
  • 80g de leche condensada
  • 3 huevos
  • canela
  • Nuez moscada

Elaboración:

Cocer la calabaza partida por la mitad 45 minutos a 190º. Pelar y sacar las semillas. Pesar su 200g. Triturar con el túrmix la calabaza caliente y el chocolate blanco. Incorporar el resto de ingredientes y triturarlos con el túrmix. Repartir la mezcla en moldes de flanes y cocer 45 minutos a 140º al baño maría.

Crumble de almendra

Ingredientes:

  • 60g de mantequilla pomada
  • 50g de azúcar
  • 90g de harina
  • 25g de almendra en polvo

Elaboración:

Mezclar el azúcar, la harina y la almendra. Incorporar la mantequilla cortada en daditos. Mezclar con las manos pellizcando la masa. Cuando la mezcla se haya vuelto homogénea y con una textura arenosa, repartirla sobre un papel de horno. Cocerla a 180º hasta que tenga un color dorado. Dejar enfriar y reservar cerrado hermético. Servir el flan acompañado del crumble y una quenelle de helado de vainilla.

Flan con menta y piña natural 

Esta combinación es fantástica, porque la piña natural (baby si puede ser, que visualmente queda espectacular) refresca los bocados junto con las hojas de menta. El crumble aporta el toque crujiente y la nata contribuye a potenciar el lácteo del mismo flan. Descubrimos esta combinación en el restaurante Estimar.

Pijama del siglo XXI

Nuestro preferido por motivos sentimentales. Si hace tres décadas el pijama era un postre estrella (una desmesura evidente en calorías y en cantidades, creada a mediados de siglo en el histórico restaurante Set Portes de Barcelona) hoy en día lo podemos sofisticar un poco manteniendo su espíritu de mezcla rica fundamentada en un buen flan.

Para ello, podemos utilizar unos vasos en los que cocinaremos nuestro flan, de manera que ocupe aproximadamente una tercera parte y rellenaremos el resto con trozos de melocotón en almíbar, orejones cortados, nata y una buena cucharada de mermelada de frutos rojos o similar. La idea la vimos en la Taverna del Ciri, y nos pareció sensacional.