Sopa de ajo o sopa castellana: cómo prepararla en 10 minutos
La sopa de ajo es uno de los mayores hitos del recetario tradicional. Una maravilla de extraordinarios resultados (en sabor, en aroma, en textura) conseguidos combinando apenas cuatro o cinco ingredientes de humildad extrema. Se nos antoja preparación ideal para llevar a cuestas y ser cocinada en el campo. El pan, el ajo, el pimentón son ingredientes de poco peso y mucha enjundia. Las versiones pijas con huevo y jamón, que también hay clases dentro de la humildad.
Decía la pobre Victoria Beckam que España le olía a ajo, y siempre me pareció que en realidad muy poco ajo debió olisquear la spice en los años que habitó Madrid. Mucho menos del que realmente sería justo y necesario.
Entre todos y poco a poco nos hemos desprendido de buena parte del ADN culinario que nos ha traído hasta aquí. Estas sopas parecen plato de abuela, cocina viejuna a descartar. Injusticia.
A veces pienso si bastaría con llamarlo gelatinas de pan con aromas de pimentó para cambiarnos la mirada, porque eso son también: texturas de gelatina con aromas penetrantes y sabores intensos.
Vivan las abuelas y viva la cocina. Claro.