Enrique Medina e Yvonne Arcidiacono son los responsables de esta elegante propuesta gastronómica que vio la luz en 2007, dos apasionados de la cocina con una amplia experiencia profesional a sus espaldas.
El chef Enrique Medina, que confiesa hizo sus primeros buñuelos con tan solo 9 años, tras finalizar sus estudios de Hostelería en Barcelona, trabajó en grandes cocinas de España y Francia. El Gran Hotel Son Net, el Relais & Chateau en Palma de Mallorca, la Haciendua de Benazuza o el grupo valenciano La Sucursal son tan sólo algunos de los pasos en su dilatado bagaje. Por su parte, su mujer y mano derecha en Apicius, Yvonne, también cuenta con una trayectoria más que reseñable en restaurantes y hoteles de lujo en su país natal, Alemania, además de en Suiza y España.
Experiencias gastronómicas que les han servido para sacar la esencia de su verdadera cocina: una mezcla perfecta entre producto, tradición y sabor bajo unos toques muy mediterráneos. Y es que ellos lo tienen claro, quieren que sea el plato el que hable y esto se consigue con un producto de temporada de máxima calidad. Para ello, trabajan codo a codo con los mejores proveedores. Cochinillo de Segovia, cabrito de Viver, espárragos de Tudela y pescado de las lonjas de Cullera y Burriana, son tan sólo algunos ejemplos que demuestran la calidad en los platos de su carta.
Unos platos fieles a los sabores de siempre pero con un toque contemporáneo y una carta que se mantiene a lo largo de todo el año y donde los platos estrella son el carpaccio ahumado de presa ibérica, el bonito del mediterráneo con ensalada de perdiz o la merluza de pincho del cantábrico. Eso, sin olvidar el protagonismo que el chocolate siempre tiene en sus postres.
El broche de oro lo pone su bodega con una amplia selección de más de 350 referencias traídas de todo el mundo y donde los espumosos, el vino autóctono y el alemán cobran especial importancia. En Apicius no se trabaja el maridaje pero sí el vino por copa y en botellas pequeñas. Además, es la propia Yvonne la encargada de aconsejar al cliente con qué regar cada elaboración.
Todas ellas minuciosas y precisas que apuestan por una cocina sana y muy rigurosa con las temporadas. De hecho, a lo largo de todo el año, cuentan con un calendario fiel a la temporalidad del producto y que da lugar a sus ya famosas jornadas gastronómicas. Las organizan en torno a productos como la caza, las setas de otoño, la trufa, el bacalao desalado o los espárragos blancos de Navarra.
Y si la temporalidad es algo primordial en el restaurante Apicius, también lo es la tradición que marca la historia de su nombre. Éste se debe a la figura de Marcus Gavius Apicius, un romano considerado el primer gourmet y escritor de “De re coquinaria”, uno de los recetarios más antiguos que se conocen y donde recopilaba recetas propias y ajenas. Un revolucionario que incluso llegó a desarrollar un método para cebar a las ocas con higos secos y conseguir así engordar su hígado.
Porque nada ha sido elegido al azar, tal y como también demuestra el interiorismo del local. Una sala acogedora, mesas amplias, una estudiada iluminación y unos paneles móviles dan la intimidad y la corrección a un ambiente que consigue que los clientes se sientan como en su propia casa. Sin duda, estamos ante una de las ofertas gastronómicas más consolidadas y reconocidas de la capital del Túria y no es de extrañar al tener al frente a dos grandes profesionales como Enrique e Yvonne.
Calle Eolo, 7
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