Ca la Sila

Ca la Sila: platillos informales con tradición en Granollers
Ca la Sila
Ca la Sila
28 Octubre, 2016
Mar Calpena
Ca la Sila, la hermana pequeña de la Fonda Europa de Granollers, ha crecido. Y lo ha hecho con muy buena salud y con la mirada puesta en el futuro.

Ca la Sila está al lado de la Fonda Europa de Granollers. Y lo está tanto geográfica como espiritualmente puesto que ambos establecimientos pertenecen a una misma familia, los Parellada (de quienes ya hablamos en Gastronosfera cuando visitamos su local barcelonés, el Senyor Parellada) y están situados puerta por puerta. Así que es un poco difícil hablar de Ca la Sila sin hacer mención a la historia de esta dinastía de hosteleros.

La Sila original se llamaba Cecilia y fue la primera de la familia en dedicarse a servir comida, impulsada por el desastre económico que supuso para el campo catalán la filoxera. Cecilia, la Sila, se puso a vender comida en un tenderete de la carretera que iba a Barcelona, en una especie de protofood truck.

La dinastía, como en las casas reales, fue mejorando el negocio y creciendo también gracias a los matrimonios con otros hosteleros. De una de estas uniones se encontraron la Fonda Espanya y la Fonda del Vallés y tuvieron como “hija” la tricentenaria Fonda Europa. Pero aunque el legado familiar había mantenido viva la memoria de Sila, y esporádicamente había bautizado negocios con su nombre, fue hace veinte años cuando se eligió esta apelación para el nuevo restaurante que abrieron los Parellada junto a la Fonda Europa.

Ca la Sila, sin embargo, tiene también el sobrenombre de “Pa amb tomàquet”, porque es así como conocen muchos granollerenses este local, que se enorgullece de la calidad de su pan, de su aceite y de su tomate. Pero su verdadera especialidad es la cocina tradicional catalana, que es, como dice Mariantònia Parellada –último eslabón, de momento, de la cadena generacional- “de la cocina catalana de diario”.

La idea es hacer una cocina menos solemne (y menos contundente) que en el establecimiento que hay al otro lado de la pared. Cuando abrió, Ca la Sila ponía el énfasis en el pescado, y se ha ganado una merecida fama por la calidad de sus frituras, servidas en cucurucho, y de sus arroces.

Sin embargo, con los años la carta ha ido adentrándose por otros derroteros, primando el producto modesto pero de excelente calidad por encima de barroquismos innecesarios.

La decoración va acorde, y el salón interior, con pozo incluido, imita con gusto el patio interior o el pajar de una masía y da la sensación de comer al aire libre aún cuando está completamente cubierto.

Además de los pescados, Ca la Sila cuenta con clásicos perennes como canelones, “galtes” de cerdo, o el “festival de cáscaras”, un plato de moluscos de todo tipo. A mediodía hacen un “dinar a preu fet” de 8,70, en el que un plato se acompaña de ensalada (ensalada, como no podría ser de otro modo, de las de toda la vida). Y también un “dinar de 12”, en el que un puede explorar los arroces.

“El precio medio no va más allá de los 14€”, me cuenta Mariàntonia Parellada. “Para nosotros es importante no perder la clientela más joven”. Mirar al futuro, desde un largo pasado.

Calle de Anselmo Clavé, 3
08402 Granollers Barcelona
España

938 70 03 89

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