Un restaurante donde hacen bandera de la calidad de su carne en plena Costa Brava puede parecer una especie de suicidio. Pero Can Kiku ha apostado por lo que domina y en lo que sobresale, las viandas Km.0 y de importación, ecológicas, seleccionando el mejor corte y arriesgando con partes menos exploradas en la restauración como son los tendones, el tuétano o la picaña.
Can Kiku cuenta con cinco carnicerías en la provincia de Girona y, su propietario, Francisco Martorell - el Kiku que bautiza la empresa – se enzarzó hace un año en la apertura de un restaurante en el centro de Sant Feliu de Guíxols . La idea era servir las carnes que los han hecho famosos y que distribuyen a cerca de 800 restaurantes. Hacerlo con cariño, mimando todos sus detalles. Y lo han conseguido.
En un local con estética nórdica y un magnífico jardín colgante, la vista se va directamente hacia la nevera donde se exponen los trofeos de la corona: viandas y embutidos que irán al plato del comensal. Aquí, la clientela es de lo más variada, desde turistas y veraneantes, hasta vecinos de todas las edades que aprovechan para desayunar, para tomar el menú (con 4 entrantes fríos y 4 de calientes a elegir, 4 principales y los postres) o bien para ir de tapeo por la noche. La carta es tan variada que cada uno encuentra lo que busca.
Así, en la carta encontramos el Chuletón al corte de Rubia gallega (con una maduración de 50 a 70 días), Wagyu de Japón a la plancha (con certificado de infiltración número 10 sobre 12, que nos indica el mármol de grasa de la pieza) o el surtido de Kiku con Frisona catalana, Black Angus del Uruguay y Wagyu de Australia.
Imperdible el tataki de ternera Dry Ager con cebollitas glaseadas, emulsión de aguacate y jalapeños y el carpaccio de presa ibérica con mostaza, miel y requesón: untuoso, tierno y sabroso a partes iguales. Para muchos, la mejor manera de probar estas carnes excelentes es en una hamburguesa de aquellas que hacen historia: se puede elegir entre la Black Angus, la Rubia gallega y la de cerdo ibérico. Alerta, también existe la versión veggie.
Y es que en Can Kiku no todo es carne, ni mucho menos. De hecho, la nueva carta que se estrena ahora apuesta de una manera decidida por los platillos y tapas que propone el chef Adrià Bou. La define como una "cocina gastronómica", pensada para compartir de forma informal.
El Pan Bao con meloso de ternera estofada y mayonesa de chimichurri ya da una idea de la innovación que plantea en la carta. Haced caso a Adrià y a sus propuestas, para algunos, osadas. No dejéis de probar el arroz meloso con tendones de ternera, setas y aceite de trufa negra y el prensado de pie de cerdo crujiente con sardina ahumada y setas.
Los arroces son otra especialidad de la casa. Proponen el de cerdo ibérico cocinado a la brasa con pimiento verde y alioli de morcilla o el arroz redondo perlado de Pals de pichón con dos cocciones. La terraza en pleno centro peatonal invita a hacer unas tapas, como son unas bravas, unas alas de pollo rebozadas con sala BBQ, unos calamares a la andaluza con mayonesa de limón o un surtido de ibéricos de bellota.
Todo se cocina aquí, incluso los postres, sin sulfitos ni colorantes. Aparte del tiramisú tradicional y el recuit de drap de Fonteta, sorprenden los cacahuetes con chocolate negro, cacao y crema montada de caramelo salado.
Esperamos que elegir entre todas las propuestas de Can Kiku sea igual de complicado para vosotros como para nosotros lo ha sido destacar unos platos antes que otros. Con todo lo dicho, queda claro lo que decíamos al principio, ¿verdad? Vale la pena acercarse a Sant Feliu de Guíxols.
Carrer Major, 10-12
17220 Sant Feliu de Guíxols Girona
España