L'Òstia

L’Òstia, una tasca de las de siempre en la Barceloneta
L'Òstia
L'Òstia
15 Julio, 2014
Anna Tomàs

Barcelona es una ciudad que desde siempre ha tenido una estrecha vinculación con el mar a pesar de que, durante los largos años posteriores a la guerra civil, pareció que vivía de espaldas a esta realidad e, incluso, resultaba difícil disfrutar de la fachada marítima, llena de edificios pseudo-oficiales medio abandonados y otras barreras que impedían acercarse, excepto en la zona del final de las Ramblas y las populares “golondrinas”.

Afortunadamente, todo eso se superó y con el auge del ‘92 la rehabilitada zona es actualmente uno de los principales atractivos de la ciudad, tanto para los turistas cómo para los ciudadanos.

Y si algún lugar encarna toda la tradición marinera de la ciudad es la Barceloneta, el único barrio que conserva una estrecha vinculación con el mar y en el que todavía podemos observar, boquiabiertos, como hacia las cinco de la tarde el puerto pesquero se llena de vida con el retorno de las barcas cargadas con las capturas del día, todo un poema de ambiente, color y olor que prosigue con la descarga del pescado y su traslado a la Llotja para hacer la subasta, ahora totalmente informatizada, lo que ha menguado en parte el extraordinario encanto de tiempos pasados cuando se hacía por el método tradicional a viva voz.

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Un barrio de calles estrechas, paralelas y dónde mucha gente vivía, y todavía vive, en los llamados “cuartos de casa”, construcciones del siglo XVII denominadas así por su pequeña superficie, unos 30 metros cuadrados, que han sido cuna de numerosas generaciones de orgullosos habitantes del barrio.

Muchos autóctonos dicen que la Barceloneta es “la ostia”. ¿Será porque fue el primer barrio en construirse fuera de las murallas de Barcelona? ¿Será porque “Ostia” es puerta en latín y del mismo modo que Ostia es el puerto de Roma, la Barceloneta es el de Barcelona? Hay quién dice que los primeros pescadores que lo habitaron procedían precisamente del puerto de Ostia. Cualquiera que sea el origen del calificativo, los enamorados del barrio estamos de acuerdo con él.

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Y ahora, además, disponemos en la plaza de la iglesia de la tasca gastronómica L'Òstia, regentada por la tercera generación de una familia de taberneros que ya eran populares en el barrio por sus fantásticas tapas antes de la guerra civil y que ha vuelto dispuesta a revivir aquellos tiempos con la misma calidad, con un local diseñado por la interiorista Estrella Salietti y rematado por una magnífica terraza.

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Precisamente la madre del propietario, Pepa Rigol, explica su versión del nombre del local, que también puede contemplarse en una de las paredes del establecimiento: “Tiene que ver con la letra h que le falta a la palabra y con la frase hecha ‘eres la hostia’. Cómo todos los barrios portuarios, a menudo se armaba bronca y jaleo. Por eso al hablar de la gente de la Barceloneta se decía que eran la hostia, y se le quedó el nombre, sin la letra h”.

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El popular restaurante de tapas de la Barceloneta “La bombeta” perteneció durante muchos años al padre de Pepa. Pero los hijos de ella no querían seguir con el negocio y lo traspasaron. No obstante, hará cosa de dos años su hijo, Jaume, actualmente al frente de l’Òstia, decidió que sí, que quería volver al mundo de la restauración. Le costó encontrar el emplazamiento ideal, pero el 27 de julio del 2012 lo consiguió: este local delicioso en la Plaza de la Barceloneta, en el corazón del barrio marítimo de la ciudad.

Sin dejar de lado por ningún motivo los orígenes del barrio, en l’Òstia podemos saborear tapas de cualquier rincón de España, como las croquetas de pollo y de jamón ibérico de bellota, el revuelto de bacalao, el salmorejo con crujiente de Jabugo o los mejillones al vapor.

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En el capítulo de los fritos, excelentes calamares a la romana, empanadillas de atún o la papelina de pescadito frito. No desmerecen en absoluto las sardinas a la plancha o el atún “vuelta y vuelta”. Y si entramos en el terreno de lo que ellos mismos denominan como “elaborados”, no os perdáis el mini steak tartar con huevo; el parmentier con foie, yema de huevo y trufa o el tartar de atún de arriba con aguacate.

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Con un amplio horario de apertura, en terminología moderna podríamos calificar el local como “multiusos”. Es decir, podemos disfrutar con un almuerzo a primera hora de la mañana, un agradable vermú a mediodía, una suculenta merienda o, como no, para ir a comer o a cenar. Pasen, disfruten y, al salir, pregúntense si el nombre del local es adecuado. ¡Seguro que la respuesta es afirmativa!

Plaça de la Barceloneta, 1-3
Barcelona Barcelona
España

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Santa Coloma de Gramenet, Barcelona

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