Restaurant Foodies

Abierto desde 2013 en el centro de Valldoreix, muy cerca de la estación de los Ferrocarriles de la Generalitat, el restaurante y cafetería Foodies ofrece a todas horas comida saludable a sus clientes. Porque el horario de apertura se prolonga desde primera hora de la mañana hasta la medianoche, lo que permite disfrutar de desayunos, comidas y cenas.

Un local tranquilo, moderno y acogedor regentado por personas imaginativas a las que les gusta crear platos diferentes, originales, sabrosos, ideales para comprobar que comer de manera saludable lo es todo menos aburrido. Al frente del proyecto, Julen Blanco, el propietario, de mente inquieta, imaginación desbordante y con las ideas muy claras. Su filosofía de negocio incluye no encasillarse ni cerrarse a ninguna posibilidad, de modo que su carta se nutre de sabores de aquí y de allá y, en sus platos, se reconocen procedencias de muy distintos lugares, tratados con mimo y muy buen hacer.

Otro de los rasgos distintivos del Foodies es que todo lo elaboran ellos. Los productos procesados no tienen cabida en su cocina. Así, la salsa teriyaki o el pan bao, por citar dos ejemplos de productos que, en muchos lugares, son comprados, aquí son 100 % artesanales y absolutamente made in Foodies.

La decoración también es obra de Julen, tanto la parte exterior, con una gran fachada roja -“el rojo es mi color”, nos cuenta-, como del interior, donde la calidez de la madera, las fibras naturales y las numerosas plantas que llenan de vida el espacio se dan la mano con los toques más industriales que aportan una pared de ladrillo o el metal de estanterías, taburetes y la pared y techo metálico de la barra. Aquí lo difícil es escoger dónde sentarse, porque cada rincón es más bonito que el anterior y cada zona del local parece el mejor lugar del establecimiento.

Dirigiendo la cocina, Fátima, esposa de Julen, trata el producto de calidad con sabia maestría y obtiene platos frescos, sanos, gustosos y muy atractivos. Como dato curioso, la carta le llega al cliente en una libreta moleskine para que, una vez decida qué desea tomar, pueda dar rienda suelta a su creatividad llenando el resto de las páginas de la libreta con un dibujo o cualquier idea que quiera transmitir al equipo.

En cuanto a los platos, incluyen todas las opciones imaginables. Para picar, edamame, mejillones con curry verde, ensaladilla de ahumados, generosas croquetas de pollo a l’ast o calamares a la andaluza con mayonesa de rocoto y lima. Ensaladas desde las más tradicionales a las más exóticas, como la vietnamita, con pollo, col china, cebolla, guindilla, zanahoria, chalota, albahaca y vinagreta asiática y, entre los platos principales, confit de pato con baos caseros, salsa hoisin, pepino y menta; curry rojo thai de albóndigas de cordero; ceviche de corvina con ají amarillo, quicos y aguacate o el salmón marinado en soja y jengibre con mayonesa de aguacate y cebolla japonesa.

Dado el amplio horario de apertura del local, capítulo aparte merecen sus desayunos, que Julen califica de “puro hedonismo” o los postres, también caseros, porque como, reza su carta: #yosinmipostrenomevoy. Destacan el passion fruit pie, versión del conocido lemon pie, pero con fruta de la pasión, o el cheesecake de té matcha y mascarpone.

En cuanto a sus planes de futuro, Julen afirma: “Crecer, crecer y crecer”. El talento para conseguirlo lo tienen y las ganas les sobran.