Restaurante s’Amarador
El restaurante S’Amarador está en uno de los edificios más emblemáticos del puerto de Ciutadella (Menorca), por su privilegiada ubicación, con magníficas vistas a toda la rada, puesta de sol incluida; y por su historia, ya que durante años, antes de la llegada del turismo, fue una popular fonda de pescadores, y antiguamente había albergado un negocio de curtido de pieles.
Hoy en día, después de permanecer cerrado durante más de 10 años y tras acometer una reforma de todo el edificio, es un bonito restaurante, bien decorado, de ambiente marinero, con un toque elegante, que dispone de diversos ambientes: la terraza exterior en la entrada del restaurante, ideal para las noches de verano y los días soleados en cualquier época del año; un tranquilo patio interior también en la planta baja; el comedor principal en la primera planta, que incluye un espacio separado para comidas o cenas privadas, y otra terraza exterior también en el piso superior.
Dispuesto a disfrutar de una buena comida, me senté en la terraza porque, a pesar de estar a mediados de noviembre, hacía un solecito que no podía desaprovechar, y me enfrenté a una carta llena de tentaciones, de las que también pude ver una parte en la pizarra exterior, con diversas sugerencias.
Pescados de la isla (mero, cap roig, dentón, pargo, gallo, rape, merluza, dorada, rodaballo), hecho a la plancha, frito con ajos, al horno a la menorquina, o a la cazuela; arroces marineros (secos, melosos o caldosos), y fideuás; calderas de marisco y de langosta, una de sus especialidades, que también hacen con cebolla o con huevos y patatas que, por cierto, tiene un exitazo; parrilladas de pescado y marisco; y una variedad de platos y tapas de productos del mar, como gambas, cigalas, almejas, escupiñas, mejillones, anchoas, pulpo, calamares, navajas.
Empecé con un carpaccio de dos colores, con atún y rape, un plato fresco para abrir el apetito que me sugirió Toni, el jefe de sala que dirige y coordina el servicio de forma impecable, y que acompañé con una cerveza bien fría. De primero pedí un Rossejat de fideos a la marinera con marisco. En anteriores visitas había probado los arroces, buenísimos, y en esta ocasión quería ver que tal estaba lo que también llamamos fideuá, y me encantó. Cada fideo estaba impregnado de todo el sabor del pescado y el marisco, estaba presente en el plato en forma de tacos de pescado, y de un par de gambas y de cigalas de buen tamaño.
Como plato principal hice un guiño a la cocina menorquina más tradicional, con un dentón al horno, hecho al estilo de Menorca, con patatas y tomates, que acompañé con un blanco Verdejo. Por cierto, S’Amarador tiene una excelente carta de vinos, con más de 120 referencias. El punto de cocción del pescado era el adecuado, y las patatas y el tomate, como suele pasar con este tipo de cocciones, había cogido el sabor de mar, y estaba excelente. Para dar el toque dulce final, me decanté por un canutillo relleno de crema de queso de Menorca, con helado de figat, una mermelada de higos muy habitual en las despensas de los menorquines, un postre perfecta factura, lleno de contrastes.
Antes de marcharme me senté a charlar un rato con Jaume, el jefe, que acababa de zamparse un sabroso entrecot de ternera menorquina. “También tenemos algunos platos de carne en la carta, de muy buena calidad por cierto, pero nuestra vocación es la cocina marinera, como no puede ser de otra manera en este entorno y en un local como este, con su pasado vinculado a la vida de los pescadores”
Y añade “Disponemos de viveros propios, y tenemos unos proveedores magníficos, hasta seis barcas de Ciutadella nos traen el pescado y el marisco fresco, y la langosta, claro, una de nuestras especialidades, por lo que la gran mayoría del producto que servimos ha sido capturado en Menorca siguiendo artes y técnicas de pesca tradicionales”
Lo dicho, disfruté sin prisas de una excelente comida, saboreando, no solo la cocina de S’Amarador sino también este sol suave de otoño, en una terraza con las mesas llenas, lejos del bullicio del verano, y con las mejores vistas al puerto de Ciutadella.
Carrer de Pere Capllonch, 42
07760 Ciutadella Balears
España