Hace veinticinco años a Barcelona le cambió un mucho la cara y un poco el alma. Fue el fantástico año 92, el cambio olímpico significó un abrazo con el hasta entonces olvidado Mediterráneo. En el centro físico de ese abrazo, en la playa de Bogatell, encontramos Xiringuito Escribá, también nacido en el 92 y donde de algunos aún percibimos ecos de esa energía y del espíritu cosmopolita de una ciudad que conquistó al mundo.
Joan Escribà comanda un local que ha sabido trascender lo evidente (situación privilegiada, plato icónico. Playa y arroz) y convertirse en establecimiento de clientela mayoritariamente local. El hecho es destacable pues la Barcelona litoral es territorio comanche ocupado por pieles rojas llegados de todo el mundo. El turismo visita el Xiringuito Escribà como es natural e inevitable, pero gana el público local. Joan nos cuenta que entre semana tienen mucho comensal corporativo (están pegados al distrito tecnológico @22) y los fines de semana reina un ambiente más familiar (al loro, son dog friendly).
La carta es larga y variada, pero el gran hit es y siempre será el arroz. Joan de nuevo: "Hacemos arroz o paella individual, es un servicio a los clientes. Para nosotros el cliente es lo esencial y por eso nuestro lema es 'la respuesta es sí ¿Ahora cual es la pregunta?". Constato: lo llevan serigrafiado en las camisetas.
Esta vocación de servicio se nota de nuevo en los horarios non-stop (de 12h a 23h todos los días del año), coctelería con y sin alcohol, también en carta varias opciones veganas.
Los arroces se preparan a la vista, y da bastante gustirrinín ver la docena de fogones para paella que presiden el comedor. Paella ancha y capa fina de arroz, así cuece homogéneamente: cada grano recibe la misma cantidad de calor y caldo. Lo sirven al centro de mesa y proponen comerlo directamente de la paella con cuchara de madera. Esta liturgia es obviamente opcional.
Para el momento dulce tenemos garantía absoluta: ADN Escribà (Joan es maestro chocolatero). Tienen el acierto de mostrar todos los postres en una bandeja. No es un carro de postres pero casi, la tatin nos va mucho, hemos de confesar.
Av. del Litoral, 62
08005 Barcelona Barcelona
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