Xavier Franco, el alquimista del Saüc
Hace diez años (2002) Xavier Franco abría en Barcelona el restaurante Saüc, que desde febrero de 2011 se ha trasladado a la planta 0,5 del hotel de cinco estrellas Ohla. Sí, la planta 0,5. Allí, aislado de tiempo y espacio, Franco modifica platos de la tradición catalana para hacernos llegar a la esencia contemporánea de la gastronomía.
El currículum de este chef incluye numerosos galardones, como el premio al Mejor Cocinero Joven Catalán en 2005 y experiencias profesionales junto a Santi Santamaria en el Racó de Can Fabes. Ahora, con su socia Anna Doñate, dirige la oferta culinaria no solo del restaurante Saüc, sino de todo el hotel Ohla, donde también se encuentran el Ohla Gastronòmic Bar, un paraíso de tapas-bar con servicio non-stop desde las 7 de la mañana hasta la 1 de la madrugada, la coctelería Ohla Boutique Bar y la terraza Chill-out que hace las delicias de sus visitantes tanto por las espectaculares vistas, como por la calidad de sus cócteles.
La estrella Michelin que ganó hace cinco años le hizo muy feliz. Era un reconocimiento “a muchos años de trabajo y esfuerzo”, dice, pero sobre todo era la prueba de que Michelin no solo premia “restaurantes santuosos”, sino también a otros como el suyo, "más pequeños y humildes". Siempre ha defendido que la autenticidad es el leitmotiv de su cocina.
"Es familiar, discreta, sin lujos ni excesos innecesarios. Respetamos la raíz clásica de muchas recetas tradicionales catalanas y les aplicamos técnicas avanzadas fruto de mucho estudio", precisa. Como otros colegas de profesión se considera más artesano que artista y aunque le gusta pensar que su cocina es una experiencia sensorial para el comensal, tiene claro que la base de un buen plato es la técnica aprendida y el trabajo duro. "Todo es cuestión de práctica", concluye.