5 recetas de 'comfort food' reconfortantes contra el frío
Prisas, estrés, frío, mal humor... Todo se pasa cuando tomamos el primer bocado de esa receta que cocinaban cuando éramos pequeños. El escritor francés Marcel Proust lo definió muy bien con su madalena, que le recordaba a su infancia. Para las nuevas generaciones el referente es el amargado crítico culinario creado por Pixar, que se humaniza de nuevo cuando redescubre el Ratatouille que le cocinaba su madre.
Los americanos –siempre los americanos...- bautizaron estas recetas reconfortantes físicamente pero sobre todo emocionalmente como comfort food. Fue en 1966 y, desde entonces, este tipo de recetas no pasan de moda. Tienen algo en común: suelen ser calóricas, con carbohidratos y fáciles de preparar.
Pollo mar y montaña con gambas o cigalas
Volvemos a las raíces mediterráneas para reivindicar las recetas de mar y montaña. La combinación de carne con pescado haciendo chup-chup en una cacerola no pasará nunca de moda. Y aquí os dejamos una versión de todo un clásico: el pollo con gambas. Eso sí, es necesario que los ingredientes sean de primera: pollo de corral y gambas o cigalas bien frescos.
Ingredientes:
1 pollo entero de corral, 4 o 5 cigalas o gambas, 1 cebolla grande, 1 puerro, tomate frito (casero), laurel, caldo de pescado, sal, pimienta, picada hecha de avellanas, almendras, galletas, pan seco, ajo, perejil, anís y un chorro de aceite virgen extra.
Elaboración:
-Hacer un caldo con las cabezas de las gambas y los cangrejos. Reservar.
-Deshuesar el pollo y enharinarlo. Lo podemos freír, asar en el horno o en la sartén. Reservar.
-En la sartén donde haremos el sofrito, marcar las cigalas o las gambas. Reservar.
-Hacer un sofrito con cebolla, puerro y laurel. Una vez cocido, añadir el tomate frito (hecho en casa) y mojar con el caldo.
-Añadir el pollo, dejar cocer y retirar cuando esté cocido.
-Triturar la salsa, colar, añadir la picada y dejarlo todo bien ligado.
La auténtica ‘escudella’ de payés
Qué queréis que os diga, si hablamos de comfort food vuelvo a apelar a mi madre, una gran cocinera que en cuanto me independicé me regaló todo un clásico de la cocina: Sabores. Cocina del hogar, de Victoria Serra (Editorial Luis Gili. 1988), del que rescato la receta ancestral de la escudella, una de las sopas más sabrosas y tradicionales.
Ingredientes (para 6 personas): 500 g de huesos de ternera, 1 hueso de jamón, 100 g de garbanzos, 200 g de patatas, 1 col pequeña, 1 cebolla, 100 g de morcilla negra o de butifarra negra, 100 g de arroz y 100 g de fideos gruesos.
Elaboración:
-En un puchero con agua fría se ponen los huesos de ternera y el de jamón, junto con los garbanzos, que se habrán tenido en remojo desde la noche anterior. Cuando arranca el hervor se espuma y se deja hervir dos horas.
-Pasadas éstas se incorpora la sal, las patatas, la col y la cebolla, cortadas en trocitos. Se deja hervir una hora más, después de la cual se echa la morcilla, el arroz y los fideos.
-Una vez cocido, se sacan los huesos y la morcilla; ésta se corta en rajitas que se echarán en la sopa, o escudella, una vez esté en la sopera.
-Un consejo práctico: Al cortar los huesos puede quedar en ellos algún fragmento que puede desprenderse fácilmente. Recomendamos que al echarlos en el puchero se miren bien, para evitar que se encuentren esquirlas dentro de la sopa, puesto que ésta no ha de colarse.
Migas a la andaluza
Esta receta lo tiene todo: sencilla, nutritiva, económica y para muchos, el recuerdo de los orígenes que tanto nos reconfortan.
Ingredientes: 1 kg de pan de miga, preferiblemente del día anterior, 300 g de chorizo, 300 g de panceta, ½ cabeza de ajo, 1 taza y media de aceite de oliva, 0,5 l. de agua y sal.
Elaboración:
-Las migas son muy fáciles de elaborar, pero hay que preparar los ingredientes con un día de antelación. Por ello, el primer paso será desmigar el pan y colocar todos los trocitos en una fuente. Añadir un poco de agua y sal, dejándola en reposo durante toda la noche.
-Cuando sea el momento de cocinar las migas, pelar los dientes de ajo y prensarlos para que queden un poco abiertos.
-En una sartén echar un buen chorro de aceite de oliva y dorar el ajo. Cuando tenga buen color, se saca y se reserva.
-Freír la panceta, que previamente hay que cortar en cuadraditos, y posteriormente el chorizo. Usar siempre el mismo aceite para que guarde los sabores.
-Cuando estén listos, sacar con una espumadera y colocarlos sobre un plato.
-Verter las migas, que habíamos dejado la noche anterior en remojo, en la sartén e ir meneando poco a poco. Lo mejor es ponerlo a fuego lento, para que se vaya impregnando de aceite y dorándose lentamente. Es importante no dejar de darle vueltas para que no se peguen.
-Al cabo de media hora más o menos, cuando veamos que el pan tiene un color tostado, añadir los ajos, la panceta y el chorizo que habíamos reservado, y continuar removiendo durante 15 o 20 minutos más.
Lasaña de verduras con tofu
Entre tanta receta contundente, una de igualmente sabrosa pero vegetariana. Una lasaña de verduras con tofu y col, de aquellas que hacen la boca agua.
Ingredientes para el relleno: ½ puerro, 2 cebollas pequeñas, 2 zanahorias, ½ pimiento rojo, 1 trocito de col, 1 taza de tomate rallado o triturado, ¼ de tofu, albahaca, sal y aceite.
Ingredientes para la bechamel: leche vegetal, harina, sal de hierbas, nuez moscada.
Ingredientes para montarla: placas de lasaña.
Elaboración:
-En una cacerola o sartén poner todas las verduras (menos la col y el tomate rallado) cortadas en trocitos pequeños. Añadir unas gotas de aceite, una cucharadita de sal y una taza de agua.
-Cocer a fuego bajo, removiendo de vez en cuando, y cuando estén hechas añadir el trocito de col cortado en juliana fina.
-Dejar que se haga la col y añadir el tofu rallado muy fino, el tomate triturado y la albahaca.
-En otra sartén preparar la bechamel con la leche vegetal, la harina (puede ser de espelta), la sal y la pizca de nuez moscada.
-Montar la lasaña poniendo en el fondo de la placa unas gotas de aceite, bien esparcidas con un papel de cocina. Ir haciendo láminas: placa - verduras - placa - bechamel - placa - verduras - placa - bechamel, etc.
-Por último recubrir con bechamel y espolvorear pan rallado o queso vegetal.
-Cocer en el horno durante 30 minutos.
Patatas chafadas con setas negrillas
Este es un plato típico del Lluçanès, una comarca de interior catalana, verde y agreste, en la que las setas son tratadas como un auténtico manjar. Y esta sería mi madalena de Proust: sencillamente, con un simple bocado de este plato humeante vuelvo a llevar dos coletas y mis piernas se balancean en una silla que me queda demasiado grande. Lo cocinaba mi madre, que lo aprendió de su madre, y seguramente ella lo aprendió a su vez de la generación anterior, y así sucesivamente. Y las grandes tradiciones lo son por algo. Comparto un poco de la sabiduría de la familia Icart Franquesa en esta sencilla y sabrosa receta. Comfort food a más no poder.
Ingredientes (para 4 personas): 1 kg de patatas, 400 g de negrillas, 1 cebolla grande y 2 tomates maduros.
Elaboración:
-Hervir las patatas con agua y sal.
-Mientras hierven, sofreír la cebolla en una paella hasta que quede transparente. Rallamos los tomates sobre la sartén y dejamos que se cocine unos minutos. Añadimos las setas, previamente lavadas y escurridas, y lo salteamos unos minutos.
-Escurrir las patatas y reservar con un poco del jugo. Chafar las patatas con la ayuda de una espátula en la misma olla de forma que quede un puré no demasiado espeso. Añadir las setas y darle una vuelta más a la mezcla.
-En caso de que no sea temporada de setas y no encontremos negrillas, la receta se puede adaptar con gírgolas. En este caso, las cocineras de mi familia recomiendan añadirle un diente de ajo al sofrito para potenciar el sabor del plato.
-Y si no tenemos reparo en ganar alguna caloría, el plato gana absolutamente si le añadimos una tira de tocino freída en una sartén a parte.