Aprende a pelar una granada con estos sencillos trucos
Extraer las semillas de una granada sin macharlas es una tarea mucho más sencilla de lo que a priori pueda parecer. Si tienes un cuchillo y un par de minutos, solo has de seguir estos pasos tan básicos. Te proponemos dos maneras de pelar una granada. ¡Tú decides con cuál te quedas!
-Empieza haciendo un corte circular en la parte superior, a un par de centímetros de la punta. Extrae la corteza con suavidad, como si fuera una tapa.
-Luego, haz unos cortes verticales paralelos, en dirección contraria, siguiendo la línea de las membranas.
-A continuación, separa cada porción para obtener los lóbulos separados y retira los restos de membrana. Ahora ya puedes extraer las semillas fácilmente, a mano o dando ligeros golpes sobre un cuenco.
Otra manera fácil y rápida de desgranarla es colocándola sobre una tabla y partiéndola por la mitad. Coloca un bol, coge una de las dos partes y golpea la superficie con una cuchara para que los granos caigan dentro. Solo falta que retires las pieles que quedan pegadas a los granos, ya que podrían dar un sabor amargo a la granada. Voilà!
Ahora que tienes las semillas recién peladas, ¿qué puedes hacer con ellas? Las posibilidades son infinitas, como las virtudes de esta fruta carnosa de origen asiático de la que España es uno de los principales productores a nivel mundial. Su abundante cantidad de agua y su bajo aporte calórico la convierten en una gran aliada para mantener la línea y su alto contenido en fibra no soluble favorece el tránsito intestinal.
Además de digestiva y depurativa, la granada es rica en antioxidantes que ayudan a prevenir tumores como el de mama y el de próstata y resulta una gran aliada para el corazón, ya que evita la concentración de colesterol malo y mejora la elasticidad de las arterias. También se atribuyen propiedades afrodisíacas a esta fruta procedente del granado. De hecho, varios estudios han demostrado que la granada aumenta los niveles de testosterona y mejora la función eréctil y el deseo sexual, tanto en hombres como en mujeres.
Ideal para recetas dulces y saladas
Conociendo los múltiples beneficios de esta versátil y llamativa fruta, hay muchas personas que deciden disfrutar de su sabor masticando sus granos, aunque la opción del zumo es una de las más recurrentes. Ya sea con un exprimidor o con una licuadora, el zumo de granada es una fuente de vitaminas que puede tomarse solo o añadirse a otros, como el de naranja.
Los granos de la granada también son un buen reclamo para condimentar ensaladas y darles un toque colorido y nutritivo. ¿Quieres añadir proteínas y minerales a tu ensalada? Prepárate una a base de quinoa y frutos secos. Si quieres poner a raya el colesterol y la tensión, añade nueces y, si tu intención es incrementar la dosis de proteínas y de energía, incorpora anacardos a tu ensalada. Cualquier fruto seco potenciará las virtudes de la quinoa y complementará este plato saludable, fácil de preparar y muy otoñal.
Como aperitivo, los granos de granada combinan muy bien con alimentos como el salmón, ya que le aportan un toque de frescura y una mezcla de sabores muy especial, y con el aguacate, rico en nutrientes y antioxidantes. Estos tres ingredientes son la base de un delicioso tartar de salmón con granada y aguacate, ideal como aperitivo o como complemento de un plato principal.
En su versión más dulce, la granada es la guinda que corona deliciosos postres, desde un sorbete hasta una tarta, pasando por un mousse de queso, que es la opción que planteamos. Los granos de la granada son la cobertura ideal para un mousse de queso, ya que mezcla la cremosidad de este con la mezcla dulce y ácida de esta fruta. Si quieres multiplicar la dosis de vitaminas y antioxidantes, añade unos coloridos y otoñales arándanos a este postre. ¡Mete la cuchara en el mousse y empieza a deleitarte!