Hierba de trigo, ¡el chupito saludable que no te puedes perder!
Blogueras e influencers de moda se dejan seducir por este chupito de hierba. Puede que más de uno se lleve las manos a la cabeza: ¡un chupito de césped, lo que me quedaba por ver! Al principio, yo también desconfiaba de esta nueva moda, pero un día decidí probarlo en un establecimiento de mi ciudad. El reclamo decía que un chupito equivale a ingerir los nutrientes de 1kg de verduras de hoja verde. Con lo apresurada que voy día a día me pareció una solución óptima para cumplir con mis necesidades diarias de verduras, ya que muchas veces no tengo tiempo para preparar ni siquiera una ensalada.
Este germinado de trigo se deja crecer hasta una altura de 15 cm para luego consumir sus hojas. La hierba de trigo se presenta en polvos en tiendas y en herbolarios, sin embargo, en ocasiones es posible encontrarlo en su estado original. Así lo probé yo. Utilizaron una máquina para exprimir a la hierba todo el jugo y tras un lento exprimido de unos minutos pude colmar mi curiosidad. Al principio pensé que iba a tener un gusto amargo, pero me sorprendió gratamente con un dulzor vegetal muy refrescante. El color es el propio de la clorofila pura, un verde brillante, precioso e intenso. En casa lo podemos añadir a yogures, zumos o agua con limón, aunque tomarlo solo no es nada desagradable. Unos 3,5 gramos de esta hierba en polvo equivalen nutricionalmente a una ensalada de 50 gramos de espinacas.
Origen
La hierba de trigo es tan antigua como la civilización, hace más de 5000 años. Se encuentran numerosas referencias a ella en la Biblia. Ya en Egipto y Mesopotamia la empleaban para curar enfermedades y aportar vitalidad. No se popularizó hasta la década de 1930 en el mundo occidental como resultado de los experimentos de Charles F. Schnabel y sus intentos de popularizar la planta.
Beneficios y propiedades
El wheatgrass contiene nutrientes de fácil absorción: vitaminas del grupo B, AC, E, H y K, minerales como magnesio, potasio, sodio y calcio, ácidos grasos omega y 19 aminoácidos.
Sus beneficios son asombrosos: es antioxidante, alcaliniza la sangre y equilibra el nivel de azúcar, elimina los metales pesados del hígado, facilita la digestión, moviliza los intestinos, fortalece el sistema inmunológico combate la halitosis, es antibacteriano y mejora la elasticidad de la piel, así como posibles problemas de acné.
Lo mejor de todo, es apto para celiacos o intolerantes al gluten (que se encuentra en la semilla, no en la hoja). Eso sí, no es recomendable si se tiene directamente alergia al trigo. En ese caso, siempre es recomendable consultar a un doctor antes de consumir esta hierba.
La hierba de trigo es también fuente de energía y vitalidad. En 20 minutos es capaz de regenerar la sangre y crear nuevos glóbulos rojos lo que combate la debilidad o la anemia.
La diversión de cultivarla uno mismo
Si nos gusta aprovechar todos los beneficios también podemos comprar la hierba ya germinada.
En el caso de poseer habilidad para el cultivo de plantas, otra opción más elaborada es comprar las semillas, son muy económicas y fáciles de conseguir. Simplemente hay que dejar las semillas en remojo una noche (8 horas aproximadamente) y una vez aclaradas, esparcirlas y enterrarlas en un tiesto cuadrado de 4 cm de profundidad con una mezcla de compost orgánico y tierra. Colocamos la planta en una ventana sin que le dé el sol y la pulverizamos cada día. Cuando alcance los 15 cm cortamos cerca de las raíces (lo que vayamos a usar). ¡Así de fácil!
Cómo consumirla
Es recomendable introducirla poco a poco en nuestra dieta. No más de un chupito al día o dos cucharadas de polvo. Cuando el cuerpo elimina toxinas se puede sufrir un ligero dolor de cabeza, por ello es conveniente no abusar. Es conveniente consumirla con el estómago vacío ya que se absorben mejor todas sus propiedades.
Consumir la hierba aporta muchos más nutrientes que en polvo y siempre hay que transformarla en jugo para que sea apta para el consumo humano.