Jengibre: un superfood con múltiples usos y propiedades
El jengibre es un rizoma subterráneo de la familia de los tubérculos que, todo parece indicar, se cultivó en tiempos prehistóricos en el sur de Asía. Posteriormente, durante el período de la Grecia clásica, llegó al Mediterráneo convirtiéndose con el paso del tiempo en uno de los ingredientes naturales más importantes del Medievo donde era consumido de manera muy habitual. Más tarde, en el siglo XVIII, tuvo otro pico de popularidad cuando en Inglaterra se empezó a fabricar la famosa cerveza de jengibre y el ginger ale.
Actualmente este producto puede adquirirse en cualquier mercado o gran superficie y es considerado todo un superalimento. Se mantiene en el frigorífico durante semanas y su notable sabor picante lo convierte en un buen condimento gastronómico porque potencia notablemente el sabor de cualquier plato. Puede incluirse en infinidad de recetas: picado, rallado, machacado, en polvo o incluso cortado en forma de palillos. También puede congelarse tal cual y rallarse directamente sobre un plato. Otra opción es su uso culinario en seco o molido, que permite su conservación durante más tiempo pero en detrimento de su olor y sabor. Son muchos los que, sobre todo en la cocina oriental y más concretamente en la preparación de sushi, lo hacen encurtido o en conserva.
Como ves sus usos son muy variados pero te invitamos a tomar nota de cómo incorporarlo a tu recetario de una manera muy sencilla. Si quieres dar un toque diferente a cualquier carne o pescado, solo tienes que rallar un poco de jengibre fresco por encima y mezclarlo con otras especias de aromas cítricos. La combinación es simplemente perfecta. También puedes darle un toque hindú a cualquier guiso añadiendo un poco de jengibre picado al sofrito. En el caso de los salteados, prueba a picarlo y mezclarlo con ajo. Por otra parte, si quieres darle un toque refrescante a un plato tan sencillo como una ensalada, nada mejor que añadirle al aliño un poco de jengibre fresco rallado. Su uso en repostería también está cada vez más popularizado, por ejemplo en las galletas de jengibre tan típicas en época navideña. Atrévete, además, a usarlo en postres con chocolate ya que sus toques refrescantes ayudan a romper el sabor empalagoso del cacao.
El jengibre de mayor calidad se cultiva en India, Australia y Jamaica pero, sin embargo, el más consumido es el que procede de China y Perú.
Aunque, si no eres muy cocinitas, siempre puedes recurrir a tomártelo en infusión, una forma rápida, saludable y muy sencilla de incorporarlo en tu dieta ya que este rizoma posee una amplia concentración de vitaminas, aminoácidos, minerales y aceites naturales. Entre los aceites que contiene encontramos el citronelal, el limonelo, el canfeno o el gingerol, responsable en gran medida de su sabor tan característico. Por otra parte, también es rico en vitaminas B y C así como en minerales como el fósforo, calcio, aluminio y cromo.
Pero, para que te hagas una idea más concreta de sus múltiples beneficios, pasamos a señalarte algunos de los más generalizados:
-Ayuda a paliar las náuseas y vómitos sobre todo en los primeros meses de embarazo.
-Es un potente digestivo y por ello altamente recomendable en personas que sufren de gastritis, flatulencias o diarreas.
-Se trata de una planta muy consumida principalmente entre los profesionales de la voz porque combate las infecciones e inflamaciones de garganta.
-Mejora la circulación sanguínea.
-Combate el estrés y ayuda a conciliar el sueño gracias al cineol que contiene.
-Disminuye los problemas musculares ayundando a relajar los músculos tras una sesión de entrenamiento.
Así que, como has podido comprobar y al margen de cómo se consuma esta planta, tomar jengibre de manera habitual comporta importantes beneficios para el cuerpo y la salud. Un consejo: ríndete a las múltiples propiedades de este superfood e inclúyelo desde ya en tu despensa.