Levadura de cerveza, un aderezo tan desconocido como sano
Lleva centenares de años entre nosotros. La levadura de cerveza ya figuraba en el histórico papiro de Ebers, en Egipto, del año 1.555 antes de Cristo. Concretamente, en este se le menciona por el empleo del ‘poso’ de la cerveza con objetivos medicinales. No en vano, dicha levadura ha llegado hasta nuestros días como un gran alimento y, aunque sea muy popular en el sector de la elaboración de pan y cerveza, su versión seca, en escamas, no se emplea mucho como complemento nutricional.
Conocida científicamente como Saccharomyces cerevisiae, se trata de un hongo unicelular, un tipo de levadura empleado para fabricar cerveza, pan y vino. ¿Su significado? ‘Hongo de azúcar de cerveza’, por su popularización en el fermento de este caldo. Un hongo que se caracteriza por vivir en distintos hábitat: suelo, flores, agua u hojas. Históricamente, fue el famoso botánico Carlsberg quien a finales del siglo XIX consiguió dicha levadura a partir de una única célula, ya que los microorganismos que conforman este producto poseen gran actividad reproductora. Décadas después, fue el doctor Heinrich Metz el que obtuvo levadura líquida con todos sus componentes nutricionales originales.
Así las cosas, la levadura de cerveza tiene hoy en día múltiples posibilidades de uso en la cocina. El primero de ellos, sin duda, es la elaboración de pan casero, aunque, en este caso, lo recomendable es usar levadura fresca. En el mercado existe también en forma líquida, en copos y en comprimidos o cápsulas.
En cuanto a la levadura en polvo, primeramente cabe destacar que posee un sabor originariamente amargo, aunque en el mercado se pueden encontrar distintas marcas y cada una de ellas tiene su particular sabor; actualmente, además, también se oferta levadura de cerveza ‘desamargada’, esto es, con un proceso previo de eliminación de su sabor original.
Siempre lo aconsejan tomar en pequeñas proporciones –dosis de dos o tres cucharillas diarias- y se puede usar perfectamente para enriquecer las preparaciones culinarias, tales como tostadas, batidos, ensaladas, sopas, guisos o tortillas. Hay quien incluso la consume en un tazón de leche con avena para desayudar o incluso añadido a bombones y galletas.
Previene de carencias nutricionales
Además de potenciar tus platos, según los expertos, la levadura de cerveza es perfecta para personas deportistas, vegetarianas, veganas, hipertensas, diabéticas y con síndrome de fatiga crónica, para potenciar y enriquecer su dieta y evitar así las posibles carencias nutricionales. Un gran aliado para perfiles de este tipo u otros muchos, ya que favorece el funcionamiento del sistema neuromuscular y aporta vitamina B de gran valor para el deporte.
No contiene azúcares, ni lactosa, gluten o alcohol y es rica en proteínas, vitaminas del grupo B, minerales, fibra, potasio, hierro, cobre así como magnesio. Su precio, además, es muy económico y se puede adquirir en cualquier tienda naturista o en supermercados.
Según indican diferentes estudios, los beneficios de su consumo son muchos: regenera y cicatriza la piel, regula las funciones de la glándula tiroidea, combate el estreñimiento, activa el sistema inmunológico, regenera la flora intestinal así como fortalece uñas y pelo. Asimismo, dicho complemento ayuda a regular los niveles de colesterol y también aporta energía, ayuda a bajar de peso y ‘alimenta’ el ánimo, ya que disminuye la ansiedad y el nerviosismo. En definitiva, un aderezo digno de tener en cuenta en nuestra dieta diaria, ya que es, además, el alimento que más componentes nutritivos ofrece.