Mercado de Atarazanas, el paraíso de los foodies en el corazón de Málaga
Me encantan los "Mercados de Abastos", siempre que viajo a una ciudad intento visitar alguno con el mismo entusiasmo, o más, que el que pongo en el resto de monumentos y lugares de interés. Estos zocos dicen mucho de una ciudad, nos cuentan de manera honesta a lo que se dedican sus habitantes, cuáles son sus gustos y aficiones, en definitiva, su forma de entender la vida. Pero sobre todo, son unos de los escasos reductos de autenticidad que han sobrevivido al poder "homogeneizador" de las cadenas de tiendas, franquicias, "grandes almacenes" y otros entes comerciales.
En Málaga, además, el Mercado de Atarazanas tiene tras de si una imponente historia que data del siglo XIV, entre el año 1354 y 1391, cuando allí se instalaron unos astilleros, de ahí el nombre, nazaríes. Con la llegada de la época cristiana pasó a tener otros usos, como arsenal, hospital militar o cuartel, hasta que en 1870 se proyectó la instalación de un "Mercado Central" inspirado en el parisino de Les Hayes, pero respetando la imponente puerta de mármol de estilo nazarí. Tras varias reformas durante el siglo XX, no todas afortunadas, se reinauguró en el año 2010 para convertirse en uno de los corazones de la ciudad, y sin duda, el que tiene más sabor.
Aquí conviven y se igualan todos los estamentos de la sociedad, que vienen, solo en horario matutino, a hacer la compra, pero también a observa la actividad de la gente, o incluso, a dar un paseo y tomar un aperitivo en alguno de sus bares. Es destacable la creciente presencia de turistas, que parece que se disfrazan de turista con su cámara de fotos, gorra, gafas de sol, pantalón corto y su piel rosada… y que por fortuna no son tan numerosos como para convertir el mercado en un parque temático.
La riqueza gastronómica de Málaga está perfectamente representada en este enclave que posee, como si de una catedral se tratara, tres naves, en donde la central, ¿cómo no?, está dedicada a los productos del mar, en donde abundan, según se haya dado la faena del día, boquerones, jureles, pulpos, salmonetes, caballas, meros, pinta roja, doradas... capturados normalmente en los caladeros malagueños y casi siempre con una insultante frescura.
Dada la proximidad del estrecho de Gibraltar, el atún es otro de los productos estrella. Y por supuesto, no pueden faltar las gambas y otros animales con concha, como las coquinas, almejas, "bolos" o la "concha fina", que el malagueño aprecia como nadie. Curiosamente, y al contrario que en grandes ciudades como Madrid, muchos de los puestos de pescado se han "superespecializado" y, ofrecen un catálogo de un máximo de cinco productos. Así, tenemos el del atún, salmón y pez espada, el de los boquerones, jureles y "bacaladillas", el de las gambas y demás familia o el de las almejas.
Pero como no solo de pescado vive el hombre, el interior de la provincia también tiene su sitio, y uno de los laterales del Mercado acoge los productos de la fértil huerta del valle del Guadalhorce o los cultivos de la Axarquía que son todo un espectáculo repleto de color. Tomates, de los de verdad, alcachofas como puños, aguacates, mangos, naranjas, mandarinas, limones... nos muestran la riqueza del campo malagueño, que también tiene sus caprichos de temporada, como las castañas, las setas o las sorprendentes zanahorias moradas provenientes de Cuevas Bajas. Las aceitunas y los frutos secos como la almendra, de inequívoco sabor malagueño, son otro de los productos estrella de "Atarazanas".
Los puestos de carne, la gran familia alimenticia que nos faltaba, también tienen esa denominación de origen malagueña que hace que sean únicos, gracias a productos como el "Chivo Lechal Malagueño" o las "crestas", unas hamburguesas muy populares en Málaga con un aliño “moruno" basado en el comino, el ajo y el pimentón. Tampoco falta el cerdo ibérico, carnes rojas o la ternera.
Quesos, embutidos, salazones, pan, especias, aceite son otros productos que podemos encontrar en este espacio singular que, junto a la Catedral, conocida como “La Manquita” por faltarle media torre y la calle Larios, puede ser considerado uno de los corazones de la Málaga más auténtica en donde podemos encontrar maravillosos y únicos tesoros.
Aunque lo ideal es descubrir por uno mismo nuestros puestos favoritos, nunca vienen mal unas ligeras indicaciones por si lo que queremos es calidad en vez de precio, dos mundos, que en Atarazanas se dan, a menudo, la mano. En pescados los Hermanos González son toda una garantía de calidad con buen atún y pez espada, así como pescados de tamaño medio como el besugo. Pero su punto fuerte para mí, son las gambas y quisquillas, excepcionales.
La familia Belman, con tres puestos, son otro clásico especializados en excelente atún, salmón, pez espada y pescados medios, ideales para el horno. Pero si buscamos boquerones o salmonetes Miguel Ángel es una apuesta segura. Y los hermanos Castro, que solo tienen almejas y de vez en cuando, navajas, pulpo o algún que otro producto interesante, son toda una institución.
En frutas y verduras es llamativo el puesto de Antonio y Salomé, que siempre están a la última y donde podemos encontrar todo tipo de productos exóticos y gourmet, como trufa negra y blanca, todo tipo de setas, mano de Buda, “caviar cítrico”, tirabeques, flores comestibles, diferentes tipos de patatas, topinambur, “sugar snaps”, lima kaffir, yuzu, bergamota, “limón meyer”, germinados, raíz de loto y de wasabi… una gozada, el Paraíso de los foodies debe ser algo parecido.
Si no buscamos tanto exotismo, Juani, con tres puestos unidos, tiene una fiabilidad en la que confían numerosos clientes, entre los que se cuentan bastantes restaurantes. Y Ernesto es un especialista en setas, frutas de temporada, tomates… siempre de calidad.
En carnes, los Medina son los que “parten el bacalao”, bueno, el chuletón ;-) y aunque sus precios no son baratos, la calidad está asegurada. Además, disponen de algunos “preparados” más que interesantes.
La zona de encurtidos y frutos secos es todo un festival de color y sabor, de hecho, siempre ofrecen probar casi todos los productos, sobre todo aceitunas de todo tipo y almendras, un producto casi tan malagueño como los boquerones… o como este paseo en el corazón de la gastronomía malagueña. ¡Toda una experiencia!
¿Y vosotros, me recomendáis algún Mercado?
Texto de José Cabello, director de SobreGustos Comunicación