¿Cocinar nos hace más humanos?
Acaba de publicarse un libro importante, Dictionnaire des cultures alimentaires. Son 1.500 páginas sin equivalente en el mundo editadas por las prestigiosas Presses Universitaires de France; 230 artículos escritos por un equipo internacional interdisciplinario de 162 autores bajo la dirección del socioantropólogo Jean-Pierre Poulain. Me hace mucha ilusión tener cuatro entradas: Domènech, Ignasi; Arzak, Juan Mari; Adrià, Ferran, y (sobre todo) la dedicada a la Cocina; porque me he pasado media vida intentando explicarme y explicar qué es y cómo funciona esta estrategia alimentaria exclusiva de los seres humanos. Precisamente en la tecnología culinaria encontramos el primer registro de los orígenes de la humanidad, cuando asociamos los guijarros trabajados, los primitivos cuchillos de piedra, a la capacidad de quien los fabricó de prever el futuro construyendo modelos mentales complejos. De esto hablaba el miércoles 5 de diciembre, en una imprescindible Contra de Lluís Amiguet en el diario La Vanguardia, el neurocirujano Steven J. Schiff, contestando la pregunta esencial de si el pensamiento es anterior al lenguaje, de si podemos pensar sin hablar. Después explicaba cómo, las hipótesis que nuestro cerebro genera en cada momento basándose en la memoria, se contrastan con la realidad mediante la percepción de los sentidos.