7 alimentos de otoño que debes tener en la despensa
El otoño es la abundancia de la tierra. Es una época en la que se aprecian los cambios. Pasamos del calor del verano a temperaturas más suaves, de días largos a menos horas de luz, de tiempo de descanso y vacaciones a tiempo de recogimiento y de estar más horas en casa… Los paisajes cambian de color y podemos disfrutar de una despensa donde abundan los sabores dulzones y los colores anaranjados y marrones. Es un buen tiempo para recoger setas, castañas y asar calabaza. Es un tiempo para cocinar y que nuestra cocina se llene de olores agradables, de canela, anís y jengibre.
Uno de los alimentos más característicos de la despensa de otoño es la granada. Se trata de una fruta muy estacional que sólo vamos a encontrar en esta época del año. De piel fuerte, su interior está conformado por unos granos crujientes de color rojizo. Su sabor es dulzón y tiene muchas propiedades medicinales para nuestro cuerpo. Como ingrediente en una ensalada es perfecta, pues le aportará un toque crujiente, además de vitamina C, que mantiene nuestras defensas a raya, y magnesio. Por si fuese poco todo esto, también es una fruta que tiene un alto poder digestivo.
Otro clásico del otoño son los higos. Como curiosidad has de saber que los higos no son una fruta, sino una infrutescencia, es decir es una flor invertida. Son un bocado dulce, carnoso y crujiente y se pueden comer frescos o secos. El higo seco es una fuente concentrada de nutrientes, tanto, que el pan de higo puede comerse como barrita energética reconstituyente si eres deportista. Además de ser un alimento que beneficia al sistema inmunológico, el higo disminuye el nivel de colesterol. Con él pueden hacerse desde mermeladas hasta tartas, licores, compotas y salsas, Por supuesto, es un ingrediente muy especial en una ensalada, en una quiche o como acompañamiento de un foie.
Cuando hablamos de otoño, de despensa y de comer es inevitable pensar en otra de las frutas características de esta temporada: el membrillo. Su contenido en azúcar es escaso, de modo que tiene pocas calorías. Eso en crudo, porque lo habitual es hacer con el carne o dulce de membrillo, un plato que contiene gran cantidad de azúcar y que sirve como guarnición para acompañamiento de quesos, carnes y ensaladas. Sus mejores propiedades son la cantidad de fibra que está presente en esta fruta.
Colores anaranjados
En otoño los campos se vuelven de colores ocres y anaranjados y es habitual ver en la cocina alimentos de estos colores. Es el caso de la calabaza y el boniato, que resultan tan versátiles gastronómicamente hablando en esta época del año. El boniato es un tubérculo con aspecto muy parecido al de la patata. Es alto en hidratos de carbono y tiene un sabor dulce. Su sabor hace que sea muy usado en repostería, pero su versatilidad permite que sea un alimento muy valorado también en platos salados. A pesar de su dulzor, su carga glucémica es muy baja, de modo que es apto para diabéticos, es rico en vitamina A, en potasio y hierro, además de un excelente antioxidante.
Por su parte, la calabaza es un estupendo alimento para quienes quieren bajar de peso, ya que su aporte calórico es mínimo. Esto no le impide que sea un alimento muy saciante que lo hace perfecto para cualquier tipo de dieta. Es una hortaliza dulzona que puede usarse en multitud de platos: en cremas, como guarnición, para repostería, como compota o salsa… Tiene una gran cantidad de betacarotenos, un componente que al entrar en nuestro organismo se convierte en vitamina. La calabaza es uno de los imprescindibles de la despensa del otoño.
Las setas y las castañas también lo son. No hay otoño posible sin estas dos joyas del bosque y el monte. Coger las setas en una jornada micológica es mucho más divertido que comprarlas en el mercado, y ahora es la mejor época para hacerlo. No todas son comestibles y hay que tener mucho cuidado. Por lo general, las setas tienen un alto poder saciante y pocas calorías. Las podemos comer en guisos, a la plancha, en revueltos, en tortilla. La creatividad está servida.
En cuanto a las castañas, son un alimento totalmente de temporada, de modo que si te gustan has de aprovechar los meses de otoño para comprarlas. Se pueden comer crudas o asadas. Como cualquier fruto seco, es ideal para un tentempié o entre horas. Son saciantes y contienen un índice alto de hidratos de carbono. En la cocina se pueden usar en guisos y en postres. En almíbar son un postre delicioso y para los golosos nada mejor que hacer marrón glacé o lo que es lo mismo, castañas confitadas. Uno de los dulces más apreciados del mundo.