Bodega Sepúlveda: cocina tradicional y tapas con mantel
El local en el que se halla la Bodega Sepúlveda es uno de esos lugares históricos que afortunadamente todavía se mantienen abiertos en la ciudad de Barcelona, como contrapunto al alud de establecimientos “modernos”, muchos de ellos totalmente impersonales, que se están imponiendo en las últimas décadas. Esta Bodega, de impersonal, no tiene nada. Fue una tasca en la que se vendían vinos a granel hasta la Guerra Civil. En 1952 la compró Llorens Solá, que había sido maître del rey Alfonso XIII. Así comenzó esta saga familiar que está hoy en día representada por su nieto y actual propietario, Josep Solà. Cuando se hizo cargo del negocio, Josep tenía muy claro que tanto la decoración como el ambiente y el tipo de comida de la Bodega formaban parte de una forma de vida típicamente barcelonesa que se estaba destruyendo aceleradamente en manos de un mal entendido concepto de la “moda” y el “diseño”. Junto a su esposa Joaquina y sus hijas, Nuria y Sonia, han inventado y puesto en práctica (desde 1980) el concepto de “tapas con mantel”, que permite comer a cualquier hora desde guisos bien hechos a potentes tablas de quesos o embutidos de calidad. La Bodega Sepúlveda es todo un templo de la cocina tradicional/popular en Barcelona. La estética del lugar no deja lugar a duda. Recuerda esas bodegas donde se compraban antaño los vinos a granel. Poco a poco se iban introduciendo platos de comidas hasta convertirse primero en tabernas y luego en pequeños restaurantes, en los cuales las barricas se han ido manteniendo sólo como nostálgica decoración, como en el caso de este establecimiento, con botas de vino vacías que junto a la barra de mármol desprenden ese aura mágica que traspasa la conciencia del tiempo. La carta incluye tapas y platos tradicionales elaborados siempre con los productos más frescos, traídos cada día desde el Mercat de la Boqueria. Sardinas escabechadas, croquetas de “carn d’olla”, langostinos al ajillo, pies de cerdo, unas exquisitas anchoas de Orio, que acompañadas del pan de coca con tomate rozan lo sublime, muy buenos buñuelos de bacalao, escalibada con dos tipos de pimiento, guiso de garbanzos con butifarra, tortilla de bacalao al ajoarriero, revuelto de trompetas de la muerte con calamares y un increíble rabo de buey maridado con cerveza en vez de vino. Acostumbran a tener también platos fuera de la carta, que dependen de la estacionalidad de los productos, a los que conviene prestar atención por la excelencia de la materia prima y la cuidada preparación.Más información: Bodega Sepúlveda Sepúlveda, 173 bis Barcelona Teléfono: 934 547 094Texto de Anna Tomàs