A pocos pasos del Monasterio de Sant Cugat del Vallès, una preciosa abadía benedictina construida entre los siglos IX y XIV, se encuentra la Bodega Tomàs, el proyecto más personal del chef Eduard Tomàs. Con varias décadas de experiencia en distintas cocinas, hace seis años que decidió emprender su propio negocio, en la ciudad que le vio nacer, para dar rienda suelta a su filosofía culinaria: “Empezamos con un recetario catalán clásico, donde no faltaban las tradicionales albóndigas con sepia, pero poco a poco hemos ido evolucionando hacia una cocina más moderna, trabajando con los sabores y potenciándolos, pero manteniendo siempre esas raíces catalanas”, nos explica.
Justo este fin de semana, 27 y 28 de marzo, celebran el sexto aniversario de su apertura con unas degustaciones de lo más especiales empezando por un Happy Hour, de 11.45 h a 12.45 h, en su terraza, en la que podrás disfrutar de una tapa gourmet con tu copa de Estrella Damm y segunda bebida gratis; y el sábado 27 se hará una cata de sus famosas croquetas:
Una propuesta gastronómica llena de sabores
Por lo que respecta a su propuesta gastronómica, la carta es extensa, con entrantes para abrir boca que cubren tanto el producto de mar como el cárnico. Un buen ejemplo de ello son los buñuelos de calamar en su tinta y allioli de azafrán, los mejillones al Martini, o el enorme croquetón de pato confitado y cebolla caramelizada, una bomba de elaboración cien por cien casera que se deshace en nuestra boca. Hay platos de mar como los mejillones y las almejas al Martini o el bacalao a la muselina de pera caramelizada, un sabor potente que nos llevamos con muy buen recuerdo a casa.
Lo mismo sucede con las costillas de cerdo que cocinan a baja temperatura durante doce horas, para después lacarlas con salsa hoisin. Exquisitas y, sin duda, uno de los platos estrella en el apartado carnívoro, donde también encontramos propuestas como el T-Bone de ternera madurada durante treinta días, que se prepara a la piedra. Eduard prefiere reservarse el nombre del proveedor para que no se lo arrebaten, es de Sabadell y de su total confianza. El producto final en el plato, lo avala.
Solo elaboración casera
Otra de sus principales bazas son las sugerencias fuera de carta, que cambian semanalmente y que juegan con la temporada y con los ingredientes de diferentes partes del mundo, desde Asia hasta Latinoamérica. Actualmente sugieren unos bocados de pies de cerdo con butifarra del perol y trompetas de la muerte sobre parmentier y salsa Ratafía que están de rechupete.
Las raciones son generosas –“no queremos que la gente se quede con hambre”, dice Eduard– y siempre es buena idea compartir los platos. También es obligado hacer un repaso a su carta de postres, con más de un ochenta por ciento de las propuestas de elaboración casera. El cheesecake, excepcional. Y la torrija, que elaboran con panettone y crema catalana quemada, de una contundencia gustativa que sorprende. Un ejemplo más de ese “twist” que Eduard le quiere dar a los platos de raíz tradicional.
Si les visitamos de lunes a viernes, nos ofrecerán también un menú de mediodía muy completo, con seis primeros y seis segundos a elegir, que cambian semanalmente y que se han ganado el favor de la clientela. Vecinos de Sant Cugat, en su mayoría, que pronto tendrán un nuevo restaurante en la ciudad. Un negocio en el que Eduard está trabajando, que se ubicará a pocos metros de la Bodega Tomàs, y que también se inspirará en la cocina catalana. Ya lo estamos esperando.
Fotos ©Xavi Herrero y @osorioartist
Passeig de Francesc Macià, 34
08173 Sant Cugat del Vallès Barcelona
España