El Racó de l’Agüir representa como pocos restaurantes la confluencia de dos generaciones con la misma vocación gastronómica. Una confluencia entendida en el sentido de continuación pero también de innovación. Como cuando dos ríos mezclan sus aguas para dar paso a uno nuevo que, sin dejar de ser el mismo, surcará nuevos paisajes en el camino que le queda por delante.
Para la familia Agüir la cocina es un estilo de vida. La corriente gastronómica representada por Roser i Ferran, los padres, adquirió nuevo impulso cuando sus hijos Ivan –actual jefe de sala– y Ferran –chef–, tomaron el relevo aportando sus ideas y carácter a las aguas culinarias que ya eran de calidad excelente. Así se produjo la mezcla de la excelente cocina de mercado tradicional con las nuevas tendencias.
La filosofía que inspira la cocina de este restaurante es el resultado lógico de la confluencia de la que hablábamos. Raíces mediterráneas, apego a los sabores de siempre y actualización a la manera más actual de entender la gastronomía. En cuanto al local, acabado de renovar, no es muy grande, está decorado de manera sencilla y cuenta con un reservado para grupos.
Especialistas en arroces
En el cielo sin nubes de una noche de verano brillan muchas estrellas, pero siempre hay algunas más brillantes que las otras. En el Racó de l’Agüir, honrando posiblemente a laprocedencia alicantina de la familia, concretamente de un pueblo del interior, Quatretondeta, esas estrellas que destacan con luz propia son los arroces, no en vano han sido galardonados con el Plato de Oro de la Gastronomía Española.
Por eso muchos de los clientes optan por una ensalada o un “pica-pica” como entrante antes de dar paso al arroz. Ensalada de tomate, rucula y burrata, ensaladilla rusa, patatas con allioli (sobre estas líneas), alcachofas rebozadas, mejillones al vapor a los 3 cítricos ocroquetas, ya sean de vieira con gamba, de rape con salsa tártara (en la imagen inferior y en el enlace, la receta) o de pollo del Penedès.
Cualquiera de las diversas maneras en que preparan el arroz es excelente. Desde el armónico sabor del arroz con bacalao y coliflor hasta la contundencia del arroz al horno con chorizo y pimiento rojo, pasando por la paella de marisco y sin dejar de lado a sus familiares directos, la fideuà estilo Gandía o el arroz negro.
Si no nos apetece el arroz (¡todo puede ocurrir!) y preferimos decantarnos por un plato depescado, el atún con mango (en la imagen inferior) o el bacalao, tanto con salsa de verduras como a la llauna, o los pescados salvajes del día, ya sea rodaballo, gall de Sant Pere, mero o lubina dejan el listón bien alto. Quienes sean adictos a la carne no han de dudar al pedir elsolomillo a la brasa con foie de pato o con salsa de hinojo. Y si hay suerte y ese día su proveedor les ha traído hígado de cabrito, la forma de prepararlo de Ferran, con cebolla, resulta sublime.
Menús de altura
No es extraño que al mediodía haya gente esperando a la puerta del restaurante. El motivo es muy sencillo, el excelente menú que sirven todos los días, elaborado por Ferran según los productos frescos que trae a diario del Mercado de la Boqueria y del de Sant Antoni.
Por las noches también ofrecen un menú que cambia semanalmente y que se confecciona con algunos de los platos de la carta y otros de temporada, como las patatas con setas y huevo, risottos, ventresca de atún o carnes a la brasa.
Dulce colofón
Los postres tienen un especial protagonismo en la carta de l’Agüir, como dulce remate final que culmina con nota cualquier comida. Difícil resulta decidirse a la hora de recomendar alguno, pero si hay que hacerlo, el pastel casero de chocolate con helado de vainilla o elhelado de yogur con frutos silvestres y coulis de frambuesas, bautizado como “Fran & Pepi” son dos opciones irresistibles.
Incluso los postres del menú, que en muchos lugares acostumbran a ser lo más flojo del conjunto, son aquí de excelente calidad y preparación artesanal, como la leche frita, la coca de almendra, la tarta tatin o la lemon bomb.
Y como novedad, desayunos potentes
Desde el pasado mes de septiembre, el Racó de l’Agüir abre por las mañanas de lunes a viernes ofreciendo a sus clientes potentes desayunos con bocadillo de tortilla de alcachofas, huevos benedictine, carrot cake, chucho del Pere, patatas con jamón y huevo frito o garbanzos con butifarra del perol. Además, los martes y jueves, desayunos “de tenedor”. ¿Hay mejor manera de coger fuerzas para el resto de la jornada?
Todos los restaurantes que se mantienen durante años, que logran hacerse con un clientela fiel al tiempo que predisponen a quienes los descubren por primera vez a volver i engrosar las filas de los asiduos, tienen su propia receta de éxito. En este caso, los ingredientes, un trato muy agradable, buen servicio, ambiente acogedor y comida “como Dios manda”. Parece fácil, pero no está al alcance de todos conseguirlo.