Begoña Rodrigo, 10 años con el delantal bien puesto en La Salita

24 Diciembre, 2015
Inboga
Begoña Rodrigo
Begoña Rodrigo
El restaurante La Salita en Valencia cumple diez años, tiempo en el que tanto su clientela como su propietaria y cocinera, Begoña Rodrigo, han crecido y evolucionado juntos haciendo frente a los cambios que ha sufrido la gastronomía en esta década.

Eso sí, sin perder la personalidad ni la esencia de una cocina innovadora y de carácter mediterráneo que intenta transmitir la historia personal de una mujer valiente y con carácter que pisa fuerte en un mundo tradicionalmente masculino.

Esta valenciana, que se autodefine como creativa e inquieta, jamás pensó que su vida giraría en torno a los fogones. Con tan sólo 18 años montó una expendeduría de pan, oficio que compaginaba con sus estudios de Ingeniería Industrial, y que al poco tiempo abandonó para vivir en Holanda nuevas experiencias.

Fue allí precisamente en una multinacional hotelera donde tuvo su primera incursión en cocina y la causante de despertar en ella su pasión. Sus largas jornadas laborales le permitían tener 2 ó 3 meses de vacaciones al año que aprovechaba para viajar a los destinos más remotos de África o Asia con la intención de conocer nuevas culturas gastronómicas. Circunstancia que le sirvió para acumular una cantidad de conceptos y registros que no era consciente de poseer hasta que comenzó a plasmarlos en los platos de su propio restaurante y que sin duda han marcado su trayectoria durante todo este tiempo.

Este país no sólo le marcó profesionalmente sino también personalmente ya que allí conoció a, Jorne Buurmeijer, su pareja y copropietario del restaurante. Juntos forman un tándem perfecto que les ha mantenido unidos desde que el 2 de noviembre de 2005 La Salita abriese por primera vez sus puertas.

Desde entonces y, a pesar de algún que otro altibajo, los éxitos se han sucedido gracias al tesón, la constancia y el saber hacer de Begoña al frente de su negocio. Miles de platos en su haber, una deseada maternidad, alzarse con el galardón de un concurso televisivo de éxito, estar a punto de publicar su propio libro, la futura apertura de un nuevo restaurante en la playa… Todo esto sólo hace que darnos una idea de lo imparable que es esta cocinera, que no chef, tal y como le gusta que la llamen. “Yo me considero cocinera porque me dedico a una profesión artesana en la que se trabaja con las manos, se piensa en el producto y se trabaja codo a codo con tu equipo. Ser chef me suena a mando, a jefe… y aquí somos una pequeña familia donde no existen los escalafones”.

Pero bien es cierto que en esta profesión, controlada especialmente por hombres, ser mujer y tener las ideas claras puede resultar difícil y ser un obstáculo para conseguir las metas propuestas. No obstante, Begoña ha sabido ganarse el respeto de sus compañeros que la tratan de tú a tú al considerarla una más. Una tarea que no ha sido fácil para ella y que “he conseguido gracias a ponerme siempre a su nivel, no considerándome inferior por el hecho de ser mujer. No entiendo cómo son las propias cocineras las que en muchas ocasiones construyen sus guetos para no tener que competir con los hombres”.

Ésta ha sido, sin duda, una de las claves de su éxito al igual que su formación continua y su capacidad para reinventar sus orígenes. Begoña ha pasado de trabajar un producto global a centrarse más en el local. De hecho, es una enamorada de los productos de su tierra que sabe trabajar a la perfección y a los que incluye matices internacionales que no les hacen perder ni un ápice de su esencia original.

Para conmemorar estos 10 años de andadura, Rodrigo ha preparado un menú de 24 pases al que ha llamado ‘Orígenes’ que hace un repaso de los platos más significativos de su carrera. No obstante, los platos antiguos no serán exactamente los mismos sino que los presenta evolucionados de acuerdo a la visión que tiene hoy en día.

Y es que este restaurante se ha ido adaptando poco a poco a la demanda de la clientela sin perder su esencia, una cocina con personalidad que te invita a colarte en la salita de una de las mejores cocineras que tiene nuestro país.