El Álbum del Gourmet: colección de cromos y guía gourmet

Es interesante que al mundillo gastronómico le sucedan cosas divertidas, es interesante que se agite un poco de vez en cuando y nos asome la sonrisa. Es interesante salirse del camino y sorprender. Ahora le llaman pensar ‘out of the box’, salirse de la zona de confort — tú y yo quizá lo podamos llamar arriesgar. El Álbum del Gourmet es exactamente eso: una aventura que combina varias facetas de una forma divertida, que sabe sorprender desde una cierta nostalgia. Básicamente, es un álbum de cromos para coleccionar que sirve también de guía de restaurantes, un juego y una bonita manera de promocionar la restauración de la ciudad. En este caso, Barcelona, que es donde nace este álbum con vocación de expandir la idea a otras ciudades si la cosa cuaja. Esperemos que sí porque, como te he contado al principio, hay en esta aventura algo de riesgo y locura, una reivindicación de que no todo está escrito y de que algunas cosas pueden cambiar. 

Rubén y Miguel Bermúdez son los autores del invento, más de un año llevan picando piedra. Listando locales, imaginando el formato, visitando compañeros restauradores y reclutando cómplices. Soñando con conseguir llevar el proyecto a la vida real. Y si hablamos de cómplices, el principal ha sido el periodista Oscar Broc, parte esencial o columna central del equipo de selección de los más de cien locales que aparecen en el álbum de cromos. “Al principio queríamos ordenar o clasificar por barrios, porque una de las cosas que suceden en Barcelona es que en general hay poca movilidad entre barrios. Incluso pensamos en hacer una alineación tipo fútbol con los locales de cada barrio”, explica Rubén, “pero finalmente los hemos mezclado, es complicado porque no todos los barrios tienen un número similar de restaurantes seleccionados. Hemos dejado que sea el mismo ritmo del diseño del álbum el que marcara cómo distribuirlos. Promover que los comensales se muevan por toda la ciudad es algo que queremos hacer con el álbum y, de hecho, conseguir completar la colección ayuda a eso. Porque, aunque también puedes intercambiar cromos con otras personas, está claro que ir a visitar locales es fundamental, y están repartidos por toda la ciudad”.

¿Cómo se consiguen los cromos?  

Visitando locales. Hay tres tipos de cromos, con valores de comida/cena de 20, 40 y 70 euros. Este valor va en función del tipo y perfil de local. Esto decir, si vas a cenar en parejita y os gastáis 80 euros en un local del primer tipo, os darán dos cromos. Si estáis en uno de los locales de perfil más alto, os darán solo uno. “Esta es una forma indirecta de estimular al cliente de forma positiva”, explicó Rubén durante la presentación del álbum. “Si alguno de los comensales coleccionistas ha consumido la cantidad X, la que sea, y al final de la cena ve que con 10 euros más conseguirá otro cromo, puede ser que se decida a pedir un par de cócteles, por poner un ejemplo”. No hay que perder de vista que Rubén y Miguel son también empresarios hosteleros, y que en esta aventura hay un toque nostálgico de recuperación de sensaciones, el tengui-falti-falti-tengui de la infancia y el intercambio de cromos, pero también la voluntad de dinamizar y revitalizar el sector de la restauración. 

La selección de locales ha sido variada “para cubrir todo tipo de intereses, aunque siempre primando la calidad”, sigue Rubén. Hay de varios perfiles y también de varios precios, claro. Y una de las cosas divertidas es que el álbum –que se puede adquirir al precio de 10 euros en los cien restaurantes que participan en la aventura– incluye también unos ‘gomets’ o pegatinas divertidas que puedes ir repartiendo para personalizar tu propia selección: el mejor ambiente, el más romántico, el que tiene una gran bodega, y así unos cuantos más. Los primeros en completar el álbum tendrán premio, ojo: cenas en alguno de los locales y otros regalos relacionados con el comer, sonreír y masticar. 

Y, ¿cómo se completa el álbum?

Pues básicamente, de dos maneras: la primera y más directa es visitar los cien restaurantes, disfrutar moviendo el carrillo en ellos y ya está (o recomendando a tus familiares o amigos que vayan a los restaurantes del Álbum y te den los cromos). Pero como esto es harto complicado –que son cien, ja– también habrá quedadas quincenales de intercambio. “En alguna de las coctelerías que participan del álbum, convocaremos a los coleccionistas y así podrán venir a intercambiar. Esperamos y deseamos que esos momentos se conviertan en pequeñas fiestas. Y esa alegría sea contagiosa. Esta es una propuesta pensada para divertirse y disfrutar”.