Navidades “de muchos vatios” y planes para todos los gustos en Vigo
Que Vigo es uno de los destinos de esta Navidad en España es algo que ya nadie pone en duda. Y así lo confirman las cifras de visitantes y de pernoctaciones que se vienen registrando desde el encendido de las luces, el pasado 19 de noviembre, con picos del 100%. Y es que desde que Abel Caballero gritó la famosa cuenta atrás y las calles de Vigo se engalanaron de luces y demás motivos navideños, los datos turísticos han sido espectaculares. “El sector de alojamiento está colgando el cartel de completo. No existen datos de destinos a nivel nacional con nuestras cifras. Es indudable que las luces son un generador de riqueza para Vigo y su entorno”, detalla el presidente de los hosteleros vigueses, César Ballesteros.
Y es que éstas son las primeras Navidades plenas, sin ningún tipo de restricción, desde antes de la pandemia, algo que se está notando en el comportamiento del público. “El año pasado, cuando se acercó el mes de diciembre, empezaron a subir los contagios por covid y hubo cancelaciones. Ésta es la primera Navidad desde hace tres años en circunstancias normales y eso se nota en el ambiente, se nota en los números. Ya casi no nos acordábamos de lo que era estar llenos”, explica. El perfil del visitante que se acerca a Vigo en estas fechas es de proximidad, de en torno a 300 kilómetros alrededor (Portugal incluido, como asiduo visitante de la ciudad), con un componente familiar. Y es que padres y niños disfrutan recorriendo calles y plazas, haciéndose selfies con las diferentes figuras y composiciones lumínicas, subiéndose a las atracciones o pidiendo deseos a Papá Noel y los Reyes Magos.
No hay rincón de Vigo que se resista al espíritu navideño. De eso se encargan los más de 11 millones de luces LED instaladas por el Concello en 340 calles de la ciudad, que animan el ambiente de 18.30 a 00.30 horas (una hora menos que el año pasado), pero con horarios especiales los días más señalados. Junto a ello, 1.000 árboles de Navidad (el mayor y más espectacular, en la Porta do Sol) y 3.000 motivos navideños con novedades como unos enormes angelotes de 4 metros de altura, una estrella fugaz de 18 metros, un bosque de Navidad, una carroza mágica para los más pequeños de la casa o una caja de regalo de 17 metros.
Pero, sin duda, dos de los puntos neurálgicos de estas fechas en Vigo son la noria de 60 metros de altura –ubicada entre Colón y la Praza de Compostela– y el mercado de Navidad o Cíes Market, donde se puede comprar todo tipo de objetos relacionados con estas celebraciones, entre ellos, unas sabrosas galletas con la cara del alcalde…
Aunque si hablamos de regalos diferentes, cabe realizar una visita por el espacio efímero La Mina Divina (Policarpo Sanz, 32), un mercado que estará abierto hasta el 5 de enero con diferentes marcas de decoración, moda y gastronomía, todas ellas con vinculación con Galicia. El horario de este novedoso espacio, que nos invita a “disfrutar de lo efímero en el Norte” es de 11.00 a 20.00 horas.
Y si hablamos de reponer fuerzas entre tanta luz, tanto árbol y tantas compras, la ciudad nos brinda diferentes opciones según la hora del día, el tiempo que tengamos para comer y el menú que nos apetezca. A media mañana, lo mejor es acercarse a algún establecimiento especializado en brunch, una tendencia en alza en la ciudad olívica. En La Cuca encontraremos una oferta amplia y variada con un toque diferenciador. “Lo rural y delicioso en el mismo pack” –según proclaman sus responsables– que se traduce en propuestas como unos alfajores caseros de dulce de leche, unas tortitas de mermelada de fresa natural y arándanos o un pan bao relleno de fresas, plátano y chocolate para disfrutar tanto en el interior del local como en su espaciosa terraza.
Otro restaurante especializado en brunch es La Cultural, con una oferta internacional en la que prima el sabor y la presentación. En su nuevo emplazamiento, este local afina su propuesta gastronómica y estética afianzándose en su apuesta por platos contundentes, para compartir, con producto de máxima calidad y cuidada elaboración. Bagels, hummus, pokes, ensaladas, tortitas o huevos benedictinos son algunas de las propuestas de La Cultural, un local que practica el concepto all day food al que acudir a cualquier hora del día.
En Lola&Lía, el brunch también es una parte fundamental de su carta, aunque cuentan además con menú del día y ofrecen meriendas y cenas. El local se transforma en Navidad (el propio Abel Caballero acudió al encendido de su alumbrado) y se empapa de la tradición más típica de estas fechas, con una ambientación a la que no le falta detalle. ¡Hasta el personal se viste con motivos navideños! De su oferta gastronómica, no paséis por alto su sándwich brioche, sus tostadas francesas, sus pulgas y huevos benedictinos o sus gofres y tartas personalizadas (cómo no, también de temática navideña), sin olvidar su amplia oferta sin gluten.
Si nos acercamos a la hora del vermut, la visita es a Ochoa Bar, un establecimiento eminentemente cervecero, como explica su responsable, Leo Fernández, pero en el que es posible disfrutar también de un buen vino, un café de especialidad o un vermut de barril, acompañado de unas tapas frías de embutidos, quesos o conservas. Una caña y unas tostas de ventresca, de lacón con pimentón o de jamón con pan de centeno, y tenemos cuerda para seguir disfrutando de las calles de Vigo. Y si nos apetece, podemos volver por la tarde y disfrutar de su oferta para la merienda, compuesta por gofres, crepes, tortitas y batidos.
Y si nos movemos entre panes, un local que no debemos dejar de visitar es Meliton, una bocadillería gourmet en la que soñar con cualquier relleno imaginable. No solo de bocadillos vive Meliton -que también cuenta con menú del día- pero son su clara seña de identidad. Concebidos como un plato más del que disfrutar en un ambiente moderno y cálido a la vez, y con el mejor servicio, los bocadillos de Meliton traspasan la frontera de la comida rápida al uso para convertirse en auténticos platos gourmet. Esta temporada ofrecen propuestas como el bocadillo de níscalos estofados, papada ibérica y huevo frito en pan brioche. ¡A ver quién puede resistirse!
A escasos metros se sitúa The Othilio Bar, de los mismos propietarios (Carlos y Pablo Rodal) pero con una oferta marcadamente diferente. Sin renunciar a la comodidad y a cierta informalidad, el local apuesta por un disfrute más pausado, por el producto de máxima calidad y por una cocina ecléctica y muy cuidada. Dejarse sorprender (y no al pagar la cuenta, precisamente) es una máxima en este restaurante, donde los pescados y mariscos son muy bien tratados, y deliciosamente acompañados por una carta de vinos muy cuidada.
Si lo que nos seduce es una carta viajera nuestros pasos nos llevarán a Guóc, el paraíso de los amantes de la cocina asiática. Al frente de los fogones, el gallego Alberto Díez practica una gastronomía de sabores intensos y cocciones largas, con los frutos del mar y los productos de la huerta como grandes protagonistas. Su propuesta es genuinamente asiática, pues intenta ser fiel a las elaboraciones más tradicionales, aunque sin olvidar el origen mayoritario de su público. Por eso, algunos sabores se matizan, aunque sin perder su esencia tradicional.
La tradición, aunque en este caso la nuestra, es la que manda en Achégate Tapería, un local para sentirse como en casa, no solo por su propuesta gastronómica sino también por su estética y decoración. En cada rincón se respira ese ambiente familiar que tanto se agradece en una tarde de trajín navideño. Elegir la comida no será una complicación aquí (o sí) porque todo está buenísimo, con esos sabores perfectamente reconocibles del cocido gallego, los mejillones en vinagreta, la zorza con huevos y patatas o el lacón a la gallega.
Aunque si lo que queremos es comer algo ligero, sano y que nos dé energía para continuar con las compras y el paseo, nada mejor que pasarse por Savia Madre, un local donde practican el concepto healthy craft food, o lo que es lo mismo, comida sana elaborada artesanalmente a partir de producto natural, kilómetro 0 y de temporada. Todo en Savia Madre está cocinado sin conservantes, pero con todo su sabor y sus propiedades. Huevos camperos con guacamole y queso, crema de cebolla y puerro, cheese burguer artesana (con harina, carne y queso gallegos) o diferentes wraps con masa maestra sin cereales son algunas de sus propuestas, también para llevar.