Toda la verdad sobre los mitos de la cocina italiana

4 Octubre, 2018
Inboga
La cocina italiana es una de las más consumidas, valoradas y también reinterpretadas del recetario mundial. Por ello hay muchos mitos en cuanto a algunos de sus ingredientes y elaboraciones. Sigue leyendo y descubre todas las verdades y mentiras acerca de esta cocina tan tradicional.
  • Nosotros nos echamos las manos a la cabeza si a una paella le añaden chorizo o si en un gazpacho el tomate no es el ingrediente principal. Pues lo mismo les pasa a los italianos con la carbonara de nata y bacon o la pizza hawaiana. Te contamos los errores que más cometemos con los platos italianos.

  • 1. La tradicional carbonara:

  • ¿Sabías que la auténtica carbonara no lleva nata ni bacon? Es una de las interpretaciones más erróneas que se ha hecho de esta salsa. La auténtica receta proviene de Roma y está hecha con yema de huevo, queso pecorino romano (curado de oveja), guanciale (un embutido típico italiano elaborado con cerdo) y pimienta negra. La que nosotros cocinamos es un invento americano, por aquello del bacon más que nada.

  • 2. La típica boloñesa:

  • Al igual que pasa con la carbonara, la salsa boloñesa con carne picada y tomate frito es una reinterpretación de la original que se prepara con carne de ternera picada a mano, tomate triturado, verduras, un poco de leche, vino y tres horas de horno o de cocción a fuego muy lento para que la salsa quede perfecta. Este guiso se llama ragú. Además tampoco es la que acompaña a los espaguetis sino que se come con macarrones o gnoquis.

  • 3. Queso pero no para todo:

  • Es un ingrediente muy utilizado en la cocina italiana sobre todo las variedades parmesano y pecorino. Pizzas, risottos, salsas y sobre todo pasta… todos ellos se suelen acompañar de una fuente de queso donde cada uno se sirve al gusto. Pero esto se debe coger con pinzas. Queso sí pero no en todas las elaboraciones porque por ejemplo. ¿Qué pasaría si lo añadimos a unos espaguetis frutti di mare? Directamente te cargas el plato.

  • 4. La pizza con fruta no es pizza:

  • Muchas y buenísimas variedades de pizza conocemos con receta 100% italiana como para pedir la famosa hawaiana o pizza con piña. Esta combinación, los napolitanos no la consideran una variedad por lo que si la pretendes comer en un italiano de verdad, no la encontrarás en su carta.

  • 5. El auténtico risotto:

  • Todos conocemos esta receta de arroz de origen italiano la cual se cocina con nata para que quede esa textura tan particular. Pues grave error porque el risotto italiano se prepara con mantequilla, caldo, queso parmesano y arroz arborio. La textura que tanto gusta de este plato se consigue removiendo continuamente el arroz durante su cocción y añadiendo el caldo poco a poco. Para acabar se añade, en esta ocasión sí, el queso parmesano y listo.

  • 6. Agua y sal sin más:

  • Somos muy dados a cocer la pasta añadiendo al agua un chorro de aceite y una hoja de laurel. Error. La pasta está pensada para consumir en el momento en el que se acaba de cocinar por lo que el aceite no es necesario. Además, este ingrediente puede crear una capa que impida que la pasta coja el sabor auténtico de la salsa con la que se vaya a comer. Lo que sí se recomienda es cocerla en una olla grande para que tenga espacio suficiente en la cocción y no se pegue. En el caso que se quiera guardar para otro día, es suficiente con calentarla en una sartén, esta vez sí, con un chorrito de aceite, práctica que en Italia se conoce como “rescaldada”.

  • 7. Pasta “al dente”:

  • Hay muchos mitos en cuanto a este término pero realmente cada pasta tiene un punto de cocción por lo que lo ideal es conocer el tipo con el que se está cocinando y darle su tiempo necesario. Esto depende del grosor y de la variedad de trigo. De hecho, los italianos están acostumbrados a comerla con menor cocción de lo que se hace en España. Porque para ellos una pasta pasada es como para nosotros un arroz pasado, no se puede comer. En este aspecto tampoco hay que hacer caso del famoso mito de tirar la pasta sobre un azulejo de la cocina para saber si está cocida o no. Lo que hay que hacer es probarla.