El ingenio al servicio de la cocina
Antonio Campins es el director de PORIUM, empresa que hasta hace 15 años se dedicaba a crear productos de manicura. En ese momento decidió dar un paso firme y convertir su pasión por la gastronomía en su profesión: empezaba a idear utensilios de cocina. Campins tiene un conocimiento gastronómico casi enciclopédico. Inventa y crea objetos como cucharas, pinzas o, incluso, un vaciador de olivas, productos más centrados en el ingenio que en la tecnología, que buscan ser diferentes, atractivos y útiles para sus clientes. ¿El publico mayoritario? Cocineros de alto nivel y cáterings. “Intento estar siempre a la última”, afirma mientras contempla una radiografía de una hoja del árbol Peepul y trata de averiguar cómo introducirla como elemento de presentación, encima de una superficie de pizarra. Su pequeña empresa tiene una fábrica en Paquistán, distribuidores en toda España y clientes que hacen llegar sus productos por todo el mundo. Ha ideado productos para Carme Ruscalleda, para Freixa o para Ferran Adrià que le pidió que le hiciera una cuchara con agujeros, ente otros. Defiende que todo lo que hace es genuino y, de hecho, ya ha patentado una decena de gadgets como el “xupinox”, un chupachups de acero inoxidable que elimina el aliento del alioli.