Hamburguesa gourmet: Ideas foodies de una instagramer
Hasta hace poco, las hamburguesas se consideraban un sinónimo de comida rápida, un alimento polémico y admirado al mismo tiempo, una cocina sabrosa y económica sin decir muchas cosas más. Era aquella especie de sandwich con carne picada en medio.
Afortunadamente las cosas han cambiado. Ahora se ha convertido en un pequeño y gran placer gastronómico, donde es más un menú que un plato. Por fin la cocina de calidad vuelve a nosotros.
Llevo tiempo siendo una gran fanática de las buenas hamburguesas. Y así lo he explicado en mi ventanilla de Instagram. No pasan dos semanas sin que me olvide de este plato tan popular que nos apetece a medio mundo. ¡Y en las redes sociales tenemos los "likes" asegurados! ¿A quién no le gustan las hamburguesas?
Hablo de las hamburguesas hechas con pasión, de la cocina a base de detalles, del bocado exquisito, de la cocina meditada a cuatro manos, del cuidado del producto, de versionar la tradición con la conjunción de sabores, de conservar la mejor tradición sin perder de vista la necesidad de reinventarse, de cultura gastronómica, de la cocina que enamora...
Elaborar una hamburguesa supone una invitación a cocinar. Tenemos y sentimos el mismo placer preparándola, como al comerla, disfrutamos con el placer del bocado. Aquella mordida que explota en la boca con la mezcla de diferentes ingredientes extremadamente buenos ... Además de crear un ambiente agradable en la mesa.
Reúne, acerca, divierte... ¿No os parece?
Me gusta también su humildad, tanto si es de carne picada de cerdo o contiene una mezcla de algún gran chef, ella sigue en su sitio, caliente en medio de dos rebanadas de pan crujiente.
Hay mil y una maneras de preparar una hamburguesa.
Podemos optar por la forma más depurada y más simple. Por ejemplo, utilizando sólo ingredientes de calidad. Los que solemos tener en casa. O bien ser más curiosos o arriesgados.
En la segunda opción, nos acercamos a las influencias de todas las cocinas y culturas del mundo. Como, por ejemplo, utilizando salsa teriyaki, pan de galleta de arroz, combinaciones que no se pueden comer sin cerrar los ojos.
Pan de coca, de brioche, de aquel que hace crec-crec... O añadir el toque del sensual y delicado del aceite de trufa, de la carne de Angus, de las texturas ultra melosas, de pescados y mariscos, de compotas de frutas tropicales... O incluso legumbres.... Aquí y hoy todo es posible.
¡Hablamos también del toque especial! Se acabó la carne carbonizada, los excesos de grasa, las texturas gomosas, las hojas de lechuga marchitas... ¡Se acabó el típico pan americano!
Muchas veces opto por el típico pan rústico de nuestro país. Y también es el que más me gusta fotografiar, sinceramente me resulta el más limpio y fácil y bueno.
¿Se imaginan una Burg (es el nombre más "in" que se lleva) con los fantásticos productos de verano?
Venga va, ¡imaginación! Los más sabios daréis una vuelta al pasado.
Cómo preparar una hamburguesa sencilla y buenísima
Os muestro la mía: simple, económica... ¡y más que buena!
- El pan es un elemento fundamental y muchas veces –si es bueno– nos quedamos y hablamos de su recuerdo con nuestros compañeros amantes del buen comer. Hoy, optamos por un pan de molde. A mí me gusta extender sobre él una capa muy fina de mantequilla antes de tostarlo al grill o en cualquier sartén de casa.
- Cortamos un tomate de "montserrat" (aquellos tant carnosos, dulces y huecos por dentro) si es posible muy fino, aliñamos en un bol con un buen aceite virgen extra y sal Maldon. Reservamos.
- Cambiamos la carne picada y freímos unas sardinas (que en la temporada de verano son mucho más sabrosas y grasas y mucho más baratas). Se dice que si no fueran tan abundantes serían más caras que el caviar. Reservamos, salpimentamos.
- Añado uvas, que en esta temporada son muy sabrosas. Las cortamos por la mitad y sacamos las semillas. Un poco de cebolleta bien aliñada y rúcula para darle volumen, color y frescura.
¡Hora de fotografiar! Es cuando nos sentimos importantes y nos creemos los mejores fotógrafos del mundo. Queremos que toda la red se enamore de nuestro plato, e incluso tengan ganas de adentrarse en él. Ep, primero fotografiar... ¡después comer!
Esta fotografía supone un gran reto. Os lo digo por experiencia, ya que no siempre me han salido bien.
Tenemos que intentar que sea lo más atractiva posible. Y no, no es nada de fácil. Debemos ser muy rápidos, no dejemos que el tiempo nos estropee los colores brillantes y vivos de una hamburguesa recién hecha.
Opto por la fotografía frontal, la que nos permite mostrar todo. Escojo dos maderas viejas y gastadas: una para la hamburguesa y la otra que tenga la función de pie. Nada de platos bonitos, hoy el protagonista es el producto y, como siempre explico, maderas que den sensación de tablas, de colores a ser posible, con un toque vintage. Debemos ser capaces de crear un escenario único, sutil y una imagen inolvidable.
Luz natural, objetivo limpio, concentración ... ¡y disparamos!
No pretendo sorprender, sino impregnar la memoria de mis seguidores. La mejor receta, sea o no de una hamburguesa, se escribe con los mismos ingredientes de la amistad, altas dosis de pasión y entusiasmo. Al final todo es aprendizaje, una aventura que vale la pena vivir.
¡Cocinad, fotografiad y comed!