Milenarias y virtuosas: así son las setas orientales
¿Maitake, reishi, shiitake? Quizás estos nombres japoneses te resulten poco familiares -el último es probable que te suene más-, pero estas tres setas orientales se han hecho un hueco entre los fogones y aportan color, sabor y muchas propiedades al organismo. Descubrimos las virtudes de estos hongos milenarios que cada vez están más presentes en nuestra gastronomía durante estos meses fríos.
Empecemos por el más popular: la seta shiitake o shitake (en nipón take significa seta y shii alude al árbol sobre el que suele crecer; en este caso, una variedad de roble). Muy apreciado en China, Japón, Taiwan y Corea desde tiempos ancestrales, este hongo aromático y comestible es la principal fuente de proteínas en la dieta oriental. Allá por el año 199, los emperadores solían tomarlo para mantener su vigor y juventud, por lo que ya se veneraba y consumía hace más de 2.000 años.
Su tonalidad beige y marrón y su tacto suave convierten al shiitake en una bonita especie, valorada sobre todo por sus múltiples y probadas propiedades medicinales. La principal es su elevadísimo contenido en fibra. De hecho, es la que contiene el mayor aporte de todas las setas cultivadas.
Gran parte de esa fibra está formada por quitina, un compuesto orgánico que ayuda a eliminar las grasas y el colesterol en el intestino, y por lentinano, un polisacárido con propiedades anticancerígenas, según han demostrado varios estudios. Gracias a su capacidad inmunoestimulante y a sus efectos antivirales, las setas shiitake se han incluido en varios compuestos experimentales de la lucha contra el sida.
Ideales en salsas, guisos y sopas
Este delicioso hongo, que se comercializa tanto fresco como deshidratado, es una fuente de vitaminas del grupo B, sobre todo B2, B3, B5, B6 y B9, y también es rico en cobre, un mineral que refuerza las defensas y ayuda a combatir procesos inflamatorios. Todas estas virtudes han convertido al shiitake en un gran remedio para la medicina tradicional china, quien asocia este hongo con una vida larga, sana y rejuvenecida -gracias a una de sus enzimas, que ayuda a frenar el envejecimiento celular-.
Su versatilidad en la cocina los convierte en un alimento ideal para cualquier receta, desde salsas y guisos hasta risottos, tortillas o una deliciosa sopa de shiitake con fideos soba y verduritas como la de la imagen.
Ligera y reconfortante, esta sopa es sencilla y muy rápida de preparar. Solo tienes que limpiar los shiitake, cortarlos en láminas y añadirlos al caldo que previamente hayas calentado, antes de que hierva. En el momento en que lo hagas, añade los fideos soba y deja que cuezan. Coge los palillos y, en menos de 15 minutos, podrás disfrutar de este plato caliente y saludable.
Reishi: el hongo de la inmortalidad
Afirmar que una seta puede alargar la vida suena exagerado, pero forma parte de creencias orientales milenarias. Lo que está demostrado es que el reishi contribuye al bienestar físico y emocional.
También conocido en China como la seta de la esperanza, el hongo de la inmortalidad e incluso la seta de los 10.000 años por su riqueza en antioxidantes, el reishi tiene propiedades anticancerígenas, por lo que se ha convertido en un complemento dietético muy utilizado para prevenir el cáncer y también para estimular la inmunidad de quienes lo padecen.
El consumo de este hongo favorece la circulación sanguínea, regula el metabolismo y el sistema digestivo. Al ser adaptógeno resulta muy útil para combatir situaciones de desgaste mental como estrés y ansiedad y lograr el equilibrio emocional. Por su poder antiinflamatorio, el reishi resulta de gran ayuda para tratar problemas como la artritis, la gota y la migraña.
El hongo de la inmortalidad puede tomarse en polvo o en cápsula. Si optas por esta opción, puedes echar una cucharadita a un zumo, un batido o una infusión.
Maitake: la seta danzarina
El maitake, que significa hongo danzarín en japonés, completa el trío de setas medicinales que cada vez se emplean más en nuestra gastronomía. Como ocurre con el shiitake y el reishi, este hongo oriental, que crece en masas en la base y la raíz de distintos árboles de Japón, Norteamérica y Europa, refuerza el sistema inmunológico. Otra de las virtudes de esta seta danzarina -por sus movimientos cuando sopla el viento- y de aroma característico es su capacidad para tratar problemas hepáticos y digestivos.
El maitake también es un gran aliado para el corazón, ya que ayuda a controlar la hipertensión arterial y el colesterol y los triglicéridos. Esta seta de sabor amaderado puede tomarse en cápsulas, como complemento, aunque también se puede utilizar en muchas recetas. Salteadas, en sopas, arroces y guisos, las setas maitake resultan de lo más apetecible para completar tus recetas otoñales.