¿Sabías que comer cactus es beneficioso para la salud?
En el año 2018 hemos vivido un auge de las dietas basadas en plantas y por supuesto no podía faltar el cactus. ¿Qué el cactus se puede comer? Claro, es algo que se conoce desde las civilizaciones más antiguas. De hecho, el nopal ha sido una fuente de nutrición muy importante para los pueblos de Mesoamérica durante más de 12 000 años. Eso sí, no vale cualquier cactus, así que no hace falta hincar el tenedor en el pequeño cactus que tenemos junto al ordenador.
Sorprendentemente, este alimento espinoso es una de los más saludables que se puede incluir en nuestra dieta diaria, ya que es rico en vitaminas y nutrientes y aporta cuantiosos beneficios adicionales. Los nopales (la hoja del cactus en forma de pala) es un alimento básico en América Latina que se sirve principalmente con huevos y ensaladas debido a sus beneficios para la salud.
A medida que más gente descubre sus grandes cualidades, los alimentos y bebidas de cactus hacen su aparición en las tiendas de comestibles, restaurantes y mercados de agricultores de todo el mundo.
Origen
El cactus opuntia (su nombre científico) o nopal forma parte de la familia de las cactáceas con más de 200 especies, nativas del continente americano. Las encontramos desde el sur de Estados Unidos hasta la Patagonia, donde crecen de forma silvestre. Es frecuente encontrarlas igualmente en el sur de la Península Ibérica, Italia y Norte de África, donde fueron introducidas por los españoles quinientos años atrás.
Nopal, la planta de la vida
Los mexicanos se encuentran a la vanguardia de cactus comestibles, los degustan en ensaladas, así como en caramelos, fruta, en barbacoas o en zumos...
Es todo un símbolo en México, lo podemos contemplar en la bandera bajo el águila que ataca a la serpiente. La higuera chumba o cactus nopal tiene tres secciones comestibles diferentes: los cladiolos, palas o pencas del cactus (nopal), que constituirían las hojas; los pétalos de las flores, que se pueden añadir a las ensaladas; y el higo chumbo o tuna, la fruta. Los mexicanos comen las "hojas" o palas de las nopaleras: óvalos verdes y gruesos de no más de 30 cm de largo. Por supuesto, como muchos cactus, están cubiertos de espinas que deben ser eliminadas con un cuchillo. Sin embargo, en la mayoría de los supermercados venden nopales ya sin espinas.
Cuando se cocinan tienen un sabor comparable al de las judías verdes y una textura similar a la de la okra. Otros dicen que tienen un agradable sabor a limón y que son ligeramente crujientes como los pimientos.
En México también consumen la biznaga de agua o el cactus de barril, un cactus globoso de forma redondeada y gruesa. Su nombre científico es "echinocactus" (del latín ecchinus, erizo de mar, por su parecido a este). El acitrón es un dulce cristalizado del cactus biznaga que se utiliza para decorar el roscón de reyes.
Del resto de cactus se suelen consumir únicamente los frutos, como el caso de la fruta de dragón o pitaya del cereus de noche o Hylocereus undatus. Otras plantas suculentas también pueden ser comestibles como el agave azul (con el que se hace el tequila) o el maguey con el que se elabora el pulque o el mezcal.
Beneficios de los cactus comestibles
Ricos en fitonutrientes, ayudan a reducir el colesterol y el nivel de azúcar. Su fibra saciante y pectina, parecida a la gelatina, captura y elimina el colesterol en la sangre al mismo tiempo que ralentiza la digestión de los carbohidratos, ayuda a prevenir los picos de azúcar en la sangre y la diabetes. Además, proporciona calcio, potasio, magnesio, sodio, hierro, vitaminas C, A, hierro y calcio.
En un estudio realizado en 2007, investigadores franceses probaron el impacto de la hoja de cactus deshidratada en 68 pacientes que sufrían de síndrome metabólico. Después de cuatro semanas, los niveles de LDL o "colesterol malo" y triglicéridos disminuyeron, mientras que los de HDL "colesterol bueno" aumentaron. También se comprobó que la planta reducía los riesgos asociados con los problemas cardíacos.
El cactus contiene también fenólicos y flavonoides, dos compuestos con propiedades antioxidantes que ayudan a proteger las células sanas del daño causado por los radicales libres relacionados con las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. En la edición de junio de 2009 de "Plant Food for Human Nutrition", se afirmó que compuestos fitoquímicos del higo chumbo ralentizaban el crecimiento de las células del cáncer de colon, hígado, mama y próstata sin tener un impacto negativo en las células sanas.
Y por si fuera poco únicamente aporta 16 calorías por cada 100 g de ingesta, por lo que es un alimento a tener en cuenta en dietas para reducir el peso. Asimismo, se dice que el cactus posee propiedades antiinflamatorias que son beneficiosas para el sistema cardiovascular, el tracto gastrointestinal y las arterias. Se ha descubierto que posee quercetina, un bioflavonoide que neutraliza los compuestos que dañan las células y sirve como analgésico por sus propiedades antiinflamatorias.
¿Cómo podemos comer cactus?
Hay diversas maneras de preparar los cactus y que no resulten insípidos a la hora de comer. En un principio puede parecer intimidante, pero es más sencillo de lo que parece. Las palas o pencas se deben lavar bien, a continuación, se pueden cortar y hervir o asar a la parrilla y luego añadirlas a quesadillas, salsas, fajitas, ensaladas o servirlas como guarnición. Asimismo, se pueden consumir crudas, aunque el sabor amargo puede no entusiasmar a todos. Las palas de nopal combinan bien con el sabor del queso, los chiles, el cilantro, el maíz, los huevos, el limón, la lima, las cebollas, el orégano, la salsa, los cebollines, los pimientos dulces, el tomate, las tortillas y las frutas tropicales.
Hervido
Cortamos el cactus en dados y lo hervimos en una olla de cobre con un poco de agua y cebolla. El cobre mantiene el cactus verde después de cocinarlo, de lo contrario se vuelve de un color gris apagado.
Lo dejamos a fuego lento durante unos 40 minutos. Luego, lo escurrimos y lo dejamos enfriar. Una idea es verterlo en una ensaladera, sazonarlo con sal y orégano. Añadimos la cebolla picada, los tomates en rodajas, trozos de queso fresco y rebanadas de aguacate y finalmente lo rociamos con un poco de aceite de oliva. Quien desee un toque más mexicano puede añadir pimientos jalapeños y cilantro.
La mejor forma de eliminar la viscosidad es cocinarlo a la parrilla para lograr una textura crujiente y tierna con un chorrito de aceite de oliva y un toque de limón.
¿Dónde comprarlo?
Quizá lo más importante es comprarlos sin espinas ya que quitarlas puede ser una auténtica pesadilla. Las palas pequeñas del nopal son las más suculentas, de sabor delicado y con menos espinas. Es mejor elegir palas finas, firmes. Si están blandas, agrietadas o marchitas, son demasiado viejas. Las palas a menudo se venden enteras o cortadas en tiras o cubos y empaquetadas para mayor comodidad.
Los cactus comestibles frescos se pueden refrigerar durante una semana si están bien envueltos en plástico. El cactus está disponible en tiendas especializadas y orgánicas en forma de rebanadas y cubos o jugos, mermelada y en lata para consumir según las necesidades.
Y si todavía os habéis quedado con ganas de experimentar con el nopal os proponemos un par de recetas:
Revuelto de nopales
- 1 o 2 palas de cactus
- 8 huevos
- 100 gr de queso (de nuestra elección)
- sal y pimienta al gusto
Salteamos las palas cortadas en forma de cubos en una pequeña cantidad de mantequilla durante 5 minutos. Retiramos del fuego y lo dejamos a un lado. Batimos los huevos en un recipiente y añadimos el queso rallado y los trozos de cactus salteados. Vertimos la mezcla de huevo en una sartén y removemos mientras añadimos con sal y pimienta al gusto.
Nopales rellenos (cactus rellenos)
Foto: Storino- 12 palas de cactus tiernos
- 750 ml de agua
- 6 lonchas de queso manchego
- 6 lonchas de jamón
- 40 gramos cebolla, cortada en rodajas finas a lo largo
- 1 diente de ajo
- Sal al gusto
- 100 gramos de harina
- 4 huevos (yema y clara separadas)
- 300 ml de aceite vegetal o de oliva
- 350 gramos de salsa de tomate
Se hierven las palas en el agua con ajo, cebolla y sal. Las escurrimos. En cada una de 6 colocamos una loncha de queso, de jamón y un poco de cebolla. Lo cubrimos con otra pala y las fijamos con palillos y las envolvemos con harina.
Batimos 7 minutos las claras con la sal o hasta que dupliquen su tamaño, agregamos las yemas y continuamos 1 minuto más. Calentamos el aceite en una sartén, sumergimos las rellenas en la masa de huevo y freímos hasta que estén doradas por ambos lados. Las escurrimos en papel de cocina. Lo servimos con salsa de tomate por encima.