Descubre la kombucha: el té fermentado
Probiótica, efervescente y fermentada. La kombucha es una de las bebidas de moda. ¿Has oído hablar de ella? Cada vez está más presente en bares y restaurantes, se comercializa en la mayoría de supermercados orgánicos y saludables y muchos son los que la definen como ”el sustituto ideal de los refrescos azucarados”.
Aunque en España ha llegado hace relativamente poco, la kombucha es una bebida que se originó en China hace más de dos mil años y que hasta la fecha ha sido ampliamente consumida en oriente. Sobre todo por las múltiples cualidades que popularmente se le han atribuido, como combatir dolencias inflamatorias como la artritis. Pero… ¿Cómo se elabora? ¿Se puede hacer en casa? ¿Por qué se cree que es tan buena para la salud? ¡Descubrámoslo!
¿Qué es exactamente?
La kombucha se trata de un té especial que contiene bacterias vivas y que se elabora gracias a la acción transformadora de los microorganismos (el proceso de fermentación). Su sabor es entre dulce, ácido, terroso y avinagrado y varía dependiendo del tiempo que dure su fermentación. Normalmente las kombuchas más suaves son aquellas que se dejan fermentar por un tiempo corto; mientras que las que tienen un sabor más intenso y avinagrado son las que llevan más tiempo en reposo.
¿Se puede preparar en casa?
La bebida fermentada se puede hacer en casa sin problemas. De hecho, los pasos a seguir no son muy difíciles y, además, si la preparamos nosotros mismos nos resultará mucho más económica que si la compramos hecha. Tan solo tendremos que ser pacientes, pues cuando la preparación está lista deberemos esperar como mínimo un par de semanas para obtener la fermentación deseada. ¡Os detallamos los ingredientes y el procedimiento para lograr una kombucha de primera calidad!
Ingredientes (para 4 litros de kombucha):
- 200 g de azúcar blanco (para favorecer la fermentación).
- Entre 4 y 6 bolsas de té (verde, negro, blanco o mezcla de los tres).
- Una taza de kombucha (ya fermentada) sin sabor. Como en el resto de fermentados, para elaborar el producto necesitamos partir del producto en cuestión.
- 2 litros de agua.
- 1 cultivo simbiótico de levaduras y bacterias (SCOBY, acrónimo de Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast, cultivo simbiótico de bacterias y levaduras). Lo podemos obtener por internet o pedir a alguien que conozcamos y que haga kombucha. Es difícil de encontrar, pero su uso es opcional: sirve para dinamizar el proceso de fermentación.
Preparación:
- Poner a hervir dos litros de agua.
- Cuando el agua esté hirviendo, añadir las bolsas de té y dejar infusionando durante unos 15 o 20 minutos.
- Quitar las bolsas y añadir el azúcar en el té caliente. Disolverlo.
- Verter el té concentrado resultante dentro de un recipiente de vidrio. Mezclar con dos litros de agua a temperatura ambiente.
- Seguidamente, esperar a que se enfríe un poco más, ya que el siguiente paso es meter la kombucha ya fermentada.Si el té está demasiado caliente podría matar las cepas bacterianas, o de levadura, que nos van a ayudar a fermentar.
- Agregar la taza de cultivo (kombucha) que hemos tenido que obtener previamente. Lo disolvemos y lo tapamos.
- Guardar la tanda de kombucha en proceso en un lugar fresco de la cocina. Es mejor ponerle una gomita para impedir que entren insectos.
- En un par de días vamos a ver como avanza la formación del SCOBY, un subproducto del proceso de fermentación que presenta un color y aspecto parecido a una crep gruesa. Es importante fijarnos en él porque es una señal que nos indica que la fermentación va por buen camino.
- Lo dejamos fermentar un par de semanas. En ese momento la kombucha ya estará preparada para consumir. La podemos acompañar con limón y jengibre; manzana y cúrcuma; naranja y zanahoria; mandarina y canela o frambuesa y albahaca, entre otras deliciosas combinaciones que casan a la perfección con la bebida.
- ¡No te olvides de guardar un poco de la kombucha sobrante (sin sabor), o los SCOBY que se hayan formado, para la próxima vez que desees volver a hacer bebida! Los puedes guardar en frascos de vidrio. Si no los usas para hacer más kombucha y los quieres conservar, cada 3 o 4 meses deberás traspasarlos de recipiente para mantenerlos en buen estado.
Propiedades de la kombucha
La kombucha, como en el caso del yogur o el kimchi, está cargada de bacterias beneficiosas para nuestro organismo. Contiene vitamina C y B en formas más accesibles, es antioxidante y también contiene ácidos naturales que son fundamentales para mantener y producir nuevas células. Sus componentes bioactivos facilitan la función del hígado y ayudan a reducir el colesterol. Además, mejora la digestión y alivia el estreñimiento.