Ignacios de Azpeitia, una tartaleta de santo con fórmula secreta

5 Diciembre, 2018
Aitor Azurki
Ideados en 1968, estos dulces tradicionales son una de las especialidades de la centenaria pastelería vasca Egaña, situada en la localidad de Azpeitia, cuna de San Ignacio de Loyola. De ahí su nombre, en claro homenaje al santo guipuzcoano. Su exitosa fórmula es todo un secreto familiar, aunque actualmente existen otras pastelerías que también los elaboran y comercializan.

Se trata de una auténtica seña de identidad de la mítica pastisseria Egaña y, con el paso de los años, ahora también es todo un símbolo de la localidad vasca en cuestión. No en vano, fue en 1968 cuando el inquieto repostero Javier Egaña ideó este producto, al objeto de ofertar un dulce que fuera sabroso y, a la vez, característico de Azpeitia.

El pastelero guipuzcoano deseaba también que el Ignacio pudiera ser un artículo digno de llevárselo a casa para la multitud de gente que visita al año la basílica de Loiola, cuna de San Ignacio. Y lo consiguió. Actualmente, amén de los y las azpeitiarras, son muchos los y las turistas que acuden y adquieren este inconfundible postre por decenas, sobre todo en la época de verano. Según indican, la pastelería produce, al parecer, entre cincuenta y cien kilogramos al día aproximadamente.

Se trata, en concreto, de una tartaleta de hojaldre rellena de crema de almendra al horno con una fórmula secreta, que le aporta ese sabor diferente y singular. Se elabora con un 50% de almendra molida, y se le añade también, cómo no, mantequilla, azúcar, harina y huevos. Más adelante se le incluye almendra laminada por encima. Todo, materia prima de primera calidad.

Fotos: Pastelería Egaña.

Hasta ahí, todo es público y sabido, aunque la receta exacta es el gran secreto de la pastelería Egaña, que incluso dispone de sus moldes particulares para la elaboración de este postre único. Medio siglo después de su creación, la receta básica sigue intacta. Son muchas, además, las horas que emplean en la producción de estos dulces; sobre todo dedicación y cariño, ya que están elaborados de forma artesanal en su propio obrador y se comercializan en sus dos locales azpeitiarras. Hoy en día existen, asimismo, otras pastelerías que también elaboran este dulce; alguno, incluso, les coloca una canastilla de hojaldre.

Helado de Ignacios 

Hace años que las nuevas generaciones de la familia Egaña se pusieron manos a la obra para innovar y elaborar productos derivados de su famoso postre. Fue así como en el año 2012 arrancaron con la venta de helados artesanos, entre ellos, uno muy singular. De hecho, el repostero Inazio Egaña, junto a su equipo, ha confeccionado el primer helado de Ignacios, un almendrado de primera calidad con una textura muy especial. Hoy en día disponen, además, de casi una treintena de sabores.

Amén de este peculiar postre, en su pastelería se ofertan diferentes productos, tales como tartas artesanales, bombones, pastas de té, mousses o pasteles. Aunque, sin lugar a dudas, los Ignacios son los buques insignia de los dulces tanto en la pastelería Egaña como en la localidad vasca de Azpeitia.