Los altramuces: legumbre elevada a la categoría de superalimento
De forma redondeada y aplanada, color amarillento y sobre todo muy sabrosos y nutritivos. Así son los altramuces, una legumbre del recetario español que está muy asociada a una costumbre tan nuestra como el aperitivo. Si todavía no los has probado, te contamos todo lo que debes saber sobre ellos. Seguro que, a partir de ahora, los colocarás en un lugar privilegiado de tu despensa tanto por su rico sabor como por los beneficios que ofrecen como superalimento.
También conocida con el nombre de chocho o lupín, estamos ante una legumbre mediterránea. Tiene un aspecto parecido al maíz y forma parte de la familia de las leguminosas, de ahí que se relacione con los garbanzos, alubias, habas o lentejas. Su recolecta suele hacerse a principios de la temporada estival. Momento en el que, además, se dispara su consumo al ser el altramuz un ingrediente imprescindible en cualquier picoteo veraniego que se precie.
A pesar de su origen humilde, orientado a la ganadería, pero también como alimento para familias pobres a las que ayudaba a sobrevivir gracias a sus valores nutricionales, el altramuz goza en la actualidad de la mejor de las opiniones entre foodies y nutricionistas. Esto se debe a su bajo aporte en grasas y calorías, pero también a su alta cantidad de fibra y proteína vegetal (el doble que la de los garbanzos). De ahí que se identifique como un superalimento a la altura de la quinoa, el jengibre y el aguacate. Al no contener gluten es apto para celíacos y muy beneficioso para diabéticos por sus propiedades hipoglucemiantes, lo que favorece la reducción de los niveles de azúcar en sangre, la mejora de la salud intestinal y la reducción de la presión arterial. Su alto contenido en hidratos de carbono y proteínas les convierte en una fuente de energía perfecta para aquellos que realizan alguna actividad física. En definitiva, hablamos de un alimento muy completo y del picoteo perfecto a cualquier hora del día.
El primer paso para degustarlos es eliminar su sabor amargo. Para ello es necesario seguir una serie de consejos. Comienza dejándolos en remojo en agua fría durante unas 10 horas. Transcurrido ese tiempo, escúrrelos, cúbrelos de nuevo con agua fría y cuécelos a fuego lento. Después, añade de nuevo agua fría y sal, y consérvalos de esta forma durante una semana. Es importante cambiar dos veces al día el agua salada para mejorar su sabor. El proceso es bastante largo por lo que lo más habitual es encontrar los altramuces en salmuera para consumirlos directamente como aperitivo. De esta forma se conservan durante varios días en el frigorífico siempre dentro de recipientes herméticos. Pruébalos con limón o espolvoreados con un poco de pimienta. Maridan a la perfección con una cerveza bien fría o un buen vermut. Eso sí, atención a los hipertensos ya si que se comen de esta manera contienen bastante sal. En este caso, hay que dejarlos un rato a remojo.
Además, por su versatilidad, los altramuces también pueden emplearse en infinidad de recetas como vinagretas, ensaladas, sopas, cremas etc. Incluso se pueden utilizar como sustituto de la soja, especialmente para las preparaciones gluten free, vegetarianas o veganas. Igualmente, con los altramuces se pueden obtener aceites, bebidas vegetales o harinas. En cambio, si se adquieren crudos, pueden cocerse para elaborar sopas, potajes y ensaladas, tal y como se emplean el resto de las legumbres.
Eso sí, avisado quedas, los altramuces son tan adictivos como las pipas así que, si los incorporas en tu dieta, no podrás dejar de comerlos. Pero no te sientas culpable, estás ante toda una joya vegetal.