Macarrones de Azkoitia, el dulce símbolo de un pueblo
Pocos dulces representan tanto a una localidad como son los macarrones en Azkoitia. Este pequeño pueblo sito en la provincia de Gipuzkoa es conocido por dichos pequeños pasteles en el mundo de la repostería, una especie de galleta que ha acompañado y acompaña hoy en día también a los y las azkoitiarras en todas sus fiestas y celebraciones.
No en vano, fue en el año 1930 cuando el repostero Esteban Etxaniz fundó la ya mítica Pastelería Presalde en el corazón mismo del pueblo en cuestión. Desde entonces, sus especialidades son estos suculentos pastelitos redondos de almendra molida, azúcar y clara de huevo así como la tarta milhojas.
Según parece, los macarrones tienen, al igual que el mazapán, su origen en la repostería musulmana, ya que fue esta la que introdujo la almendra como ingrediente para elaborar dulces. Uno de los macarrones mundialmente más famosos es el francés, denominado ‘macaron’ y que se elabora en multitud de modalidades, sabores y colores. De todos modos, no deben confundirse unos y otros, puesto que hoy en día son totalmente diferentes en forma, color, etcétera.
No obstante, también existen macarrones en Bilbao, algo más sencillos de confeccionar que los actuales galos, pero que quizás puedan tener su origen en Francia. También podemos encontrar los ‘maccarone’ italianos, que se elaboran de forma diferente a los franceses en cuanto a la preparación del merengue se refiere.
No podemos olvidarnos tampoco de que en Asturias existe un tipo de macarrón elaborado con avellana y miel llamado ‘Carajito’; y la denominada ‘Sultada de coco’, que es un dulce español muy parecido al macarrón de coco.
Palabra siciliana
Las palabras ‘macarrón’ o ‘macarón’ son el derivado de la italiana ‘maccarone’, originaria, concretamente, de Sicilia, ya que fue en el siglo XV cuando se le designó dicho término a una pasta seca en forma de bolita parecida a la ‘moghrabieh’ de Oriente Medio. La popular confitería de San Juan de Luz ‘La Maison Adam’ asegura ser la inventora de este dulce que, según indican las crónicas, se sirvió como postre en el banquete de bodas de Luís XIV y la infanta María Teresa de Austria en el año 1660.
Sea como fuere, los ingredientes concretos de los macarrones de Azkoitia son los siguientes: almendra molida, azúcar en igual cantidad y claras de huevo. Primeramente, se pelan y tuestan ligeramente las almendras, para después añadirles azúcar y clara de huevo batida. Luego se trabaja la masa. Cuando esta se encuentre homogénea, se forman sobre la placa unos discos, que hay que introducir en el horno a fuego moderado hasta que se doren.
Postre ‘milagroso’
Pocos dulces tendrán una historia tan simpática en su haber como los macarrones azkoitiarras. El periódico ‘El Diario Vasco’ lo relata en sus páginas: corría el año 2009 y el club Zaragoza de fútbol jugaba en Segunda División. El azkoitiarra José Andrés Etxaniz, gran seguidor de dicho equipo, se desplazó junto a su amigo Antonio Sudupe a presenciar el encuentro Eibar-Zaragoza hasta la villa armera.
Al presidente del equipo maño le regalaron una caja de macarrones de Azkoitia, al tiempo que le indicaban que también solían llevarle una al ciclista Miguel Indurain en los comienzos del Tour que luego ganaba. Bromeando, auguraron que estos macarrones podrían obrar de igual forma al equipo maño para subir a Primera. Dicho y hecho: esa temporada el Zaragoza ascendió a la máxima categoría. ‘Funcionaron’ los macarrones; se cumplió el deseo. Unos dulces que, independientemente de que tengan efectos ‘milagrosos’ o no, hoy en día son, sin lugar a dudas, el popular símbolo repostero de esta pequeña localidad guipuzcoana.
© Foto cedida por la Academia vasca de gastronomia.