/ Ingredientes.
Nº de comensales
41 cabeza de ajo
2 pimientas piconas
1 cucharadita de comino en grano
1 cucharadita de pimentón
60 ml de vinagre
220 ml de aceite de oliva
Sal gorda
La asociación es casi instantánea: cuando nos invitan a unir los conceptos gastronomía y Canarias, lo primero con lo que saltaremos, muy probablemente, son unas clásicas papas arrugás con mojo picón. Y es que, aunque muchos isleños autóctonos puedan poner los ojos en blanco al comprobar que su cultura culinaria se ve casi siempre reducida a esta preparación por los extranjeros, no es casualidad que este sea el plato estrella de su recetario. Las patatas son un tubérculo universalmente apreciado, y la combinación de la rugosidad y el crujiente de la piel con la suavidad y cremosidad del interior en la versión arrugá sería suficiente para conquistar a aquellos pocos que todavía se sintieran indiferentes. Sobre todo, por supuesto, cuando se acompañan de la vibrante intensidad del mojo picón. Existen dos tipos distintos de mojo: el rojo, más reconocible, que se prepara con una variedad de pimiento típica del Archipiélago canario (aunque puede sustituirse por guindilla); y el verde, más fresco y herbáceo, ya que incorpora cilantro y perejil.
Además de ser un acompañamiento delicioso, el mojo es increíblemente versátil y fácil de preparar. Hazte con un mortero, papel y bolígrafo, ¡que te explicamos cómo hacer mojo picón casero!
/ Preparación.
Lavamos las dos pimientas piconas, las abrimos y les sacamos las pepitas.
Metemos las pimientas en un mortero y empezamos a machacar.
Incorporamos los dientes de ajo pelados y los granos de comino, y seguimos machando con el mortero hasta conseguir una pasta homogénea. Añadimos el pimentón y salamos al gusto.
Sin parar de trabajar el mortero, incorporamos lentamente el vinagre y el aceite de oliva hasta que la mezcla alcance la consistencia deseada.
Reservar hasta servir. Podemos conservarla refrigerada correctamente en un recipiente hermético hasta 2 semanas.