Puding de manzana ácida, nueces y curaçao: una receta fácil y aromática
Tal como aparece definido en la enciclopedia Larousse Gastronómico, el puding es un postre dulce de origen inglés, servido caliente o frío, a base de pasta, miga de pan, bizcochos arroz o sémola, aderezado con frutos frescos, secos o confitados, y especias, todo ello ligado con huevos o una crema. Por lo general cocido en un molde.
En esta receta estamos pues ante un puding canónico, con presencia ácida de fruta fresca y el punto aromático del curaçao, licor basado en naranjas que aporta un plus de puntos en el marcador frutal y el matiz sutil del cítrico. La receta original la aprendimos del cocinero Ismael Prados, aunque en nuestra versión la ratafía es substituida por este licor de origen antillano. Estando el archipiélago caribeño bajo el dominio de Holanda, se empezó a elaborar el mismo con la corteza de las naranjas amargas.
La gracia de este postre es -además de la complejidad aromática- la textura húmeda y jugosa. El huevo es responsable de la coagulación -como en el flan- pero en este caso la miga de pan añadida le da una consistencia fantástica. Es bien sencillo de hacer, ya que prácticamente se trata de mezclar y hornear. Y además reciclamos los restos de pan que se nos han quedado algo resecos, este postre lo tiene todo.