Aquellos locales deslucidos, con pinchos de carne girando para ensamblar un sándwich extremadamente especiado y sin demasiado encanto son cosa del pasado. En nuestro país, su reputación no le hace justicia, y muchos desconocen la rica tradición y la historia detrás de este plato. Sin embargo, el kebab puede ser una auténtica delicia cuando se elabora con ingredientes de calidad, como se prepara en Turquía, Oriente Medio o Alemania. Mihai Pakular, propietario de Urban Kebab, lo vio claro al reconocer el enorme potencial de este bocado y entender que era hora de cambiar su mala fama.
Además de ser un verdadero apasionado de su trabajo, Pakular ha formado parte de grandes cocinas, como la de Marc Fosh, adquiriendo una profunda comprensión de lo que implica ofrecer alta cocina y un servicio de calidad. Su experiencia le ha brindado una comprensión profunda de las expectativas del cliente moderno, sabiendo exactamente lo que busca y lo que prefiere evitar, aplicando todo ese conocimiento a su restaurante. “En Urban Kebab nos importa cómo ha comido el cliente, cómo se ha sentido. Cada vez existen menos restaurantes que se preocupan por la pregunta más básica en la restauración”, nos comenta. Y así es, desde la limpieza de las instalaciones, la amabilidad de las camareras y su cálida bienvenida al cruzar las puertas hasta la presentación de los platos. Aquí todo está diseñado para que el cliente disfrute en todos los sentidos.
C/ de Pascual Ribot 50, Ponent
07011 Palma Balears
España
Transparencia en los preparados
Pasamos por la zona de preparación, donde el carnicero está elaborando la bola de carne. En un espacio impecable y completamente visible, la pieza de aguja de Black Angus se filetea y se adereza solo con sal, pimienta y aceite antes de colocarse en el pincho. En cuanto al kebab de pollo, este se elabora con contramuslo, marinado previamente para intensificar su sabor. Todo este proceso se realiza antes de cada servicio, frente a los clientes, lo que garantiza no solo un alto estándar de limpieza e higiene, sino también una total transparencia en el manejo de los ingredientes y la preparación.
Una carta corta, pero bien pensada
Su carta está muy bien pensada: pocos ingredientes, pero frescos y de la mejor calidad. Empezamos por la estrella: el kebab de ternera Black Angus con lechuga roble verde, cebolla morada, col lombarda, tomate y yogur de hierbas frescas. Exquisito, una carne tierna y sabrosa que va acompañada de verdura que llega a diario y que le aporta ese toque fresco al bocado. Al probar el kebab de pollo se vuelve mi favorito, con exactamente los mismos ingredientes que el anterior, pero esta vez con un toque de marinado suave que queda armonizado entre el pan de masa madre que un panadero francés prepara exclusivamente para ellos. Si eres de los que prefieren un poco de cada, también puedes pedir el mixto. Por supuesto, no puede faltar una opción vegana, que consiguen con el falafel que acompañan con hummus, queso feta, lechuga roble, cebolla morada, cilantro y la misma salsa de yogurt de los kebabs.
Con esa excelente carne de Black Angus preparan también unas suculentas hamburguesas de 140 g acompañadas de un pan brioche extra tierno. Para completar las opciones de burgers: la crispy chicken y la pork brioche, esta última con cerdo cocinado a baja temperatura, salsa de piña y jalapeños.
Los acompañamientos son un ‘must’
A todos nos apetece acompañar este sándwich de unas patatas fritas caseras o de patató, una variedad típica de aquí, de Mallorca. Y aunque ambas son deliciosas, os daré un consejo: no dejéis de probar el boniato frito. Es un espectáculo que desbanca a las soberanas fritas.
Es importante mencionar que en Urban Kebab no hay postres. Aquí van directamente al grano: su especialidad es preparar kebabs de la más alta calidad, así que si los visitas o pides delivery o take away, tenlo claro, vas a disfrutar.
- Fotografía: Matías Ponsico.