Cinco alimentos que matan
Dentro de la gama de los alimentos funcionales (para reducir el colesterol, para perder peso, para llevar la primavera a tu flora intestinal…) hay unos de los que aún no se ha explotado la vis comercial. Por un lado, la gastronomía, más orientada a dar placer que a asesinar (salvo excepciones), no ha investigado sus virtudes. Por el otro, seguro que alguna ley los prohíbe. Me refiero los alimentos que matan. Unos, considerados delicatessen, otros, más cotidianos de lo que te esperas, los últimos, tan exóticos que no dan miedo a pesar de su potencia letal, como un tigre de bengala. Cuidado que no quiero loar, ni por asomo, ninguno de estos alimentos venenosos y no recomiendo usarlos con malos fines más que en caso de defensa propia. Caso que, en los tiempos que corren, podría ser una necesidad social, claro, ya me ha pasado por la cabeza un hipotético menú para el bar del Congreso. Ay, no, espera, acabo de leer que ya no subvencionamos los cubatas del hemiciclo. Sea como sea, quizás esta lista te resulta útil algún día. Por lo menos para saber que podrías palmarla si comes alguno de los alimentos que forman parte. 1. Fugu: Este gracioso pez que se infla como un globo cuando se siente amenazado es tan letal como un Winchester en manos de Charlton Heston. En Japón, donde lo consideran una delicia, sólo lo puedes preparar después de siete años de estudio, y es que un resbalón de cuchillo que seccionara el hígado, donde el fugu almacena una neurotoxina llamada tetrodotoxina, podría provocar la muerte del comensal o bien dejarlo en estado zombie un buen rato. Dicen que los cocineros más experimentados saben dejar la dosis precisa de veneno en la carne para adormecer la lengua del comensal. A mí, en sus restaurantes, no me encontrarás. 2. Ackee: La fruta nacional de Jamaica es tan bonita como mortal y, además, caprichosa: tanto si la comes demasiado verde como demasiado madura, puede provocarte la muerte por hipoglucemia (la típica pájara, vaya). De ahí la importancia de saber comprar la fruta cuando está en su punto, lo ves claro, ¿verdad? Bueno, pues en el país de Bob Marley la preparan de muchas maneras, parece que la más popular es desayunarla con pescado salado. Nada mejor para comenzar un mal día. 3. Tomate (y otras hortalizas): Sí, sí… has leído bien. Las hojas y el tallo de las tomateras contienen solanina, un alcaloide venenoso que la planta utiliza como fungicida natural pero que en dosis elevadas (más de dos miligramos por kilo de peso) puede matar a humanos además de a hongos. Claro que muy probablemente no comerás nunca el tallo de una tomatera, pero te sorprenderá saber que la berenjena cruda o la piel de la patata también contienen esta sustancia y, cuanto más verde es el tubérculo o la hortaliza, en mayor concentración. Bueno, a partir de ahora, los tomates, bien maduritos, ¿de acuerdo? Ya sabía yo que los vegetarianos se equivocaban... 4. Nuez moscada: a pesar del nombre, no es un fruto, sino la semilla de un árbol natural de las Islas Molucas (Indonesia). La conocerás por su intenso aroma y porque pones una pizca a la bechamel pero, mira tú qué bien, la nuez moscada es también un alucinógeno. Puedes notar los efectos a partir de los cinco gramos y estos pueden ser mortales a partir de los diez. Y es que contiene una sustancia llamada metilenodioxifenil, componente de algunas drogas de síntesis muy populares. 5. Coprinopsis atramentaria: más conocido como Inky Cup (por angloparlantes) esta seta de sombrero viscoso es perfectamente comestible peeeeeero (toma aire que la próxima frase es larga)… resulta que contiene un aminoácido llamado coprina que bloquea una enzima de nuestro cuerpo llamado acetaldehido-deshidrogenasa que es el responsable de detener el metabolismo del etanol, es decir, de descomponer el alcohol en azúcares. Puedes comer Inky Cups pero, si lo haces, no tomes ninguna bebida alcohólica en 24 horas. No es para tanto, ¿verdad? Bien, pues tampoco respires, porque el alcohol que contiene la mayoría de colonias y perfumes podría, potencialmente, dejarte en coma. Texto de Jordi Luque