Cómo hacer el rebozado perfecto: trucos y técnicas
El rebozado es una técnica culinaria ancestral que muchas cocinas han utilizado a lo largo de la historia para aportar textura y sabor a los alimentos. Desde una crujiente tempura japonesa, pasando por una masa hidratada con cerveza y llegando hasta el clásico rebozado andaluz, las culturas de todo el mundo han creado versiones únicas y sabrosas de esta técnica.
El rebozado tiene un origen muy antiguo, que se remontan a civilizaciones como la egipcia y la romana. Si nos paramos a pensar, mucha de nuestra cocina viene de griegos y romanos. Documentos históricos y restos arqueológicos sugieren que ya en la antigua Roma se utilizaban técnicas similares al rebozado actual, cubriendo los alimentos con harina para freírlos en aceite. Sin embargo, fue en la Edad Media cuando esta técnica empezó a popularizarse en Europa, gracias a los intercambios culturales y comerciales.
En la cocina española, por ejemplo, el rebozado andaluz es uno de los métodos más tradicionales, especialmente para preparar pescado. En Japón, la llegada de los misioneros portugueses en el siglo XVI introdujo técnicas de fritura que inspiraron la creación de la tempura, que se ha convertido en una de las especialidades más icónicas de la gastronomía japonesa y ha terminado por volver no sólo a Europa, sino que ha conquistado el mundo entero.
Ingredientes básicos para un rebozado perfecto
Para un buen rebozado, es fundamental elegir bien los ingredientes y combinarlos de la manera adecuada. Estos son los ingredientes más comunes:
1. Harina para rebozar
Esta es una obviedad, claro. La harina es el ingrediente esencial para rebozar. Según el tipo de rebozado que se quiera lograr, se pueden emplear diferentes tipos de harinas. Por ejemplo, la harina de trigo es la más común y versátil, mientras que la harina de maíz o la harina de garbanzo se utilizan para rebozados sin gluten o para aportar un sabor y textura específicos. La harina ayuda a que la mezcla se adhiera al alimento y aporta una capa crujiente al rebozado.
2. Huevo para rebozar
El huevo se emplea como agente de adherencia para que la harina y el pan rallado se fijen al alimento de manera uniforme. También agrega humedad y ayuda a crear una capa más espesa y sabrosa. La técnica más común consiste en pasar primero el alimento por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado, lo que da como resultado un rebozado crujiente y dorado.
3. Pan rallado
El pan rallado se utiliza para dar un acabado más crujiente. Existen variedades de pan rallado que pueden aportar diferentes texturas, desde pan rallado fino –que es la opción más tradicional en nuestra cocina- hasta el panko japonés, que es más grueso y proporciona una textura más aireada y crujiente.
4. Aceite
No existe unanimidad sobre cuál es el mejor aceite para freír un rebozado. Hay quien prefiere el aceite de oliva virgen extra –que es el que mejor aguanta las altas temperaturas sin degradarse- y hay quien prefiere utilizar aceite de girasol porque no aporta tanto sabor al resultado final. En todo caso, ha de ser aceite limpio, utilizar un aceite de calidad siempre será el factor más influyente en el buen resultado de nuestro rebozado. Y la temperatura ha de oscilar entre los 180ºC y los 190ºC de forma ideal, ya que con temperatura más alta el aceite tiende a degradarse rápidamente.
5. Otros ingredientes:
En ocasiones, el rebozado es húmedo y la pasta para rebozar incluye agua, cerveza o agua con gas. Con ella se recubren los ingredientes y como esta combinación sufla y se ariea, el resultado es crujiente y divertido, como por ejemplo pasa con las famosas gambas con gabardina o las verduras con tempura.
Recomendaciones y consejos para un rebozado perfecto
Para obtener el rebozado ideal, crujiente y nada graso, es importante tener en cuenta varios factores. Aquí hay algunos consejos útiles:
- Temperatura del aceite: Asegúrate de que el aceite esté a la temperatura adecuada, es decir, una temperatura alta. Esto tuesta y carameliza el rebozado de forma rápida y evita que este absorba demasiada grasa.
- Harina y huevo: Utiliza harina de calidad y asegúrate de batir bien el huevo para obtener un rebozado uniforme.
- Evitar la sobrecarga de la freidora o sartén: Freír demasiados alimentos a la vez puede hacer que el aceite pierda temperatura y que el rebozado se vuelva graso.
Tipos de rebozados: ¿Cuál es el mejor para tu plato o receta?
El rebozado se puede cocinar de diferentes maneras, dependiendo del resultado deseado y las preferencias personales. Las técnicas de rebozado más comunes incluyen la fritura profunda y el horneado.
Rebozado en fritura profunda
La fritura profunda es la técnica más común para rebozar. Consiste en sumergir el alimento rebozado en aceite para freír, es decir aceite bien caliente para que se cocine de manera uniforme y obtenga una capa dorada y crujiente. Esta técnica es especialmente eficaz para obtener un rebozado crujiente en pescados, carnes y verduras.
Rebozado al horno
El rebozado al horno es una alternativa más saludable a la fritura. En lugar de freír los alimentos, se cocinan en el horno, lo que reduce significativamente la cantidad de aceite utilizado y absorbido por el alimento. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, aunque el rebozado al horno puede ser crujiente, no alcanzará la misma textura que un rebozado frito.
Rebozado en freidora de aire
Sentimos decepcionarte, pero una freidora de aire es en esencia un horno con ventilación forzada. Es decir, un horno que mediante un ventilador se asegura de que el aire caliente circule por todo el volumen de forma constante. Por tanto, los resultados son básicamente los mismos que el rebozado al horno, aunque te aseguras de que el dorado sea más uniforme.
Rebozado con masa
Una de las técnicas más comunes es el rebozado con una masa preparada. Esta masa para rebozar suele elaborarse con harina para rebozado, agua (o leche), y a menudo se le agrega huevo o levadura. En algunas variantes, como el rebozado con cerveza, se utiliza esta bebida para darle un toque especial de sabor y una textura ligera y crujiente.
Receta básica de masa para rebozar: 120 g de harina, 250 ml de agua fría o cerveza, 1 huevo, 1 pizca de sal, 1 cucharadita de levadura química tipo Royal (opcional).
Rebozado en tempura japonesa
La tempura es un rebozado japonés que se caracteriza por su ligereza y textura delicada. Se prepara con una mezcla de harina, agua muy fría y, a veces, huevo. Esta técnica se utiliza para rebozar principalmente verduras y mariscos, que se fríen rápidamente en aceite caliente para obtener un resultado ligero y crujiente. El secreto de la tempura radica en mantener el aceite a la temperatura adecuada y evitar que la mezcla se bata en exceso para conservar las burbujas de aire.
Receta básica de tempura: 120 g de harina, 250 ml de agua muy muy fría, 1 pizca de sal.
Rebozado andaluz
El rebozado andaluz es típico de la cocina del sur de España, donde se emplea principalmente para rebozar pescado. Es muy fino y ayuda a preservar el sabor del ingrediente principal.
La técnica consiste en rebozar el pescado con harina de trigo o de garbanzo y freírlo en abundante aceite caliente. El resultado es un rebozado ligero y crujiente que realza el sabor del pescado sin enmascararlo.
Rebozado con pan rallado (empanado)
Este es el método más utilizado para preparar alimentos como pollo y carne de ternera, así como para hacer el clásico rebozado de pollo. El alimento se pasa primero por harina de manera que esta deja ‘seca’ la superficie del mismo. Luego se pasa por huevo batido y finalmente por pan rallado. En algunas variantes, se pueden agregar especias o ajo en polvo al pan rallado para darle un toque de sabor adicional.
Rebozado con maicena
La maicena o fécula de maíz se utiliza a menudo en combinación con otras harinas para obtener un rebozado más ligero y delicado. Esta técnica es especialmente popular en recetas asiáticas, donde se utiliza para conseguir un rebozado crujiente y aireado en frituras profundas. También es una manera de conseguir un rebozado sin gluten.
Rebozado con harina de garbanzo
El rebozado con harina de garbanzo es común en la cocina mediterránea y en la india. Este tipo de harina aporta una textura única y un sabor ligeramente a nuez, lo que lo hace ideal para recetas como las pakoras indias o los tradicionales calamares a la romana.
Tipos de alimentos y aplicaciones del rebozado
El rebozado es una técnica versátil que se aplica a una amplia gama de alimentos, desde pescados y carnes hasta verduras. Estas son algunas de las aplicaciones más comunes:
Rebozado de pescado
El rebozado de pescado es una de las formas más antiguas y populares de preparar pescado. En muchos países costeros, es tradicional rebozar el pescado fresco con harina para rebozado y freírlo en abundante aceite para obtener una capa crujiente que realza su sabor. El clásico fish and chips británico es un excelente ejemplo de esta técnica, que se basa en un rebozado con cerveza.
Rebozado de pollo
El rebozado de pollo es popular en muchas culturas, desde el pollo frito estilo sureño de los Estados Unidos hasta el schnitzel europeo. La clave para un buen rebozado de pollo es la combinación de harina, huevo y pan rallado, que crea una capa crujiente y sabrosa.
Rebozado para verduras
Las verduras también se pueden rebozar para añadirles un toque de sabor y textura. La tempura japonesa es una de las formas más populares de preparar verduras rebozadas, pero también existen variantes mediterráneas, como las berenjenas rebozadas o los calabacines fritos.
Rebozado de calamares
Los calamares rebozados son un plato muy popular en la cocina mediterránea. Para prepararlos, se utilizan anillas de calamar, que se rebozan en harina de trigo o de garbanzo (si se quiere hacer un rebozado de tipo andaluz) y se fríen en aceite bien caliente hasta que queden doradas y crujientes. Es un plato que combina a la perfección con una salsa de limón o con alioli.
Rebozado sin gluten: alternativas para dietas especiales
Con el aumento de las intolerancias alimentarias, el rebozado sin gluten se ha convertido en una opción popular para muchas personas. Para elaborar un rebozado sin gluten, se pueden utilizar, como ya hemos comentado, harinas alternativas como la harina de maíz, la harina de arroz, la harina de garbanzo o incluso mezclas de harinas sin gluten. Se obtiene una textura crujiente y un sabor particular, ideal para rebozar pescados y verduras, úsalas en lugar de la harina correspondiente tal y como hemos indicado anteriormente.