Crear espacios, diseñar identidades

Conseguir diferenciarse a través del ambiente y de la estética de los restaurantes y los hoteles es una tendencia latente en el mundo de la restauración y de la hostelería. Mobiliario de diseño, materiales innovadores, vajillas originales y camareros con uniformes de firma son algunos de los detalles que dotan de estilo y personalidad los establecimientos. El entorno, el espacio, el interiorismo y la decoración deben ser complementos de un buen servicio y de una ofertagastronómica de calidad Contenido y continente La estética resulta crucial en el mundo comercial en general y es en el sector de la hostelería donde la presencia de los locales aquieren una especial importancia. En las diversas modalidades de servicio que presta al sector, el diseño se presenta como uno de los elementos diferenciadores de cada negocio y, en consecuencia, como una pieza esencial para la captación de clientela. Así, Irene Sánchez, diseñadora de IeSeBestudio Interiors y responsable del diseño del Lancaster Club de Castelldefels (Barcelona) señala que el diseño influye "considerablemente" en el consumidor. "Cuando el cliente no se siente a gusto, aunque coma bien, no volverá; por lo tanto, se tienen que combinar las texturas, los colores y la ambientación, para que el consumidor esté relajado", explica. De esta manera parece que el papel del diseño funciona como un complemento más de servicio que no como un elemento secundario o, sencillamente, funcional. "La comida y el servicio de un local se pueden dar apoyo a través del diseño. Aunque ambos tienen que ser de calidad, son variantes que se complementan", asegura Irene Sánchez. La estética no es sólo el escaparate del local, sino que provoca que el cliente se encuentre en un ambiente más agradable, accesible y cómodo. Nos adentramos en un concepto de restauración en el que no solo es importante el contenido, sino también el continente. La máxima es atraer a los clientes y diferenciarse por la personalidad y el ambiente, sin renunciar a los aspectos más ordinarios de un negocio de estas características. Creadores de espacios El entorno, así como el cliente y el tipo de cocina que se ofrecen, son factores que inspiran y conforman el proyecto diseñado por los profesionales del interiorismo y la decoración. En este contexto, el papel del diseñador, del interiorista o del arquitecto de interiores toma una dimensión especialmente relevante. Para Lázaro Rosa, responsable de la reforma del céntrico Hotel Pulitzer de Barcelona, el interiorista es "un actor que se tiene que disfrazar", cambiar de papel, entender nuevas identidades e integrarlas en la suya. "El cliente tiene en la mente una imagen opaca y turbia, y mi trabajo es aportar claridad", declara este interiorista, que describe su profesión como la capacidad de crear "coherencia" y "armonía" en los espacios. El hecho de que un restaurante u hotel disponga de un diseño interior cuidado, se ha convertido en un requisito mínimo para quien quiera posicionarse en el mercado. Encontramos diversos factores tanto históricos, como sociales y económicos para comprender esta evolución, pero uno de los más influyentes es, sin duda, el cambio de perfil de los mismos propietarios de locales. «Antes el diseño no se tenía tan en cuenta como ahora. Actualmente, se está haciendo un esfuerzo por dotar los locales de un carácter diferente que vaya más allá del ámbito doméstico. Ahora los restaurantes cuidan mucho la imagen, porque saben que o se ponen al día o se quedan atrás», declara Carlos Caballero, propietario, entre otros, del Gurú Restaurant de Barcelona. Caballero considera que «la vanguardia consiste en encontrar cosas diferentes que sorprendan». Transmitir sensaciones La creciente competencia provoca que los propietarios busquen, cada vez más, diseños diferenciados, incluso transgresores, para crea con los espacios propios un gancho atractivo que anime a la clientela a entrar en su establecimiento, ya sea hotel, restaurante, bar o cualquier otro sector. En este panorama encontramos una tendencia que apuesta por el «diseño sensitivo», un diseño basado en la capacidad de hacer sentir sensaciones e, incluso, emociones al cliente. Con el apoyo de materiales modernos como el cristal, las transparencias o el metal, de herramientas imprescindibles como la iluminación y de atmósferas vanguardistas, las tendencias modernas buscan una arquitectura y un interiorismo cuidados, pero vinculados a la vez con la funcionalidad y el buen servicio. Carlos Caballero asegura que "el diseño transmite sensaciones". Texto de Alejandra Vidal