El Trash Cooking o el arte de reutilizar los alimentos
No obstante, y si echamos la vista atrás, vemos como esta práctica ahora tan en boga se asemeja muy mucho a la cocina humilde y de subsistencia que practicaban nuestras abuelas. De hecho, dice el refranero popular que ‘del cerdo se aprovechan hasta los andares’ y eso, sacar el máximo rendimiento a los alimentos con los que contaban, era lo que precisamente habían aprendido a hacer ellas durante las difíciles épocas de guerra y postguerra. No obstante, y con el paso de los años, esta práctica fue cambiando y, los avances económicos unidos a los gastronómicos, propiciaron que cada vez nos hayamos acostumbrado más a comprar productos ya limpios, recortados o fileteados en prácticas bandejas o bolsas.
El trash cooking, muy habitual en la cocina oriental, cuenta cada vez con más seguidores en todo el mundo. Unos motivados por la falta de recursos económicos, otros solamente por el hecho de inventar nuevas recetas y consumir en su totalidad los productos.
De hecho, son muchos los restaurantes adeptos a esta moda ya que con el trash cooking consiguen dos cosas muy importantes en un negocio: ahorro e innovación. La clave está en que el chef dé un uso inteligente al género e intente sacarle, al tiempo, el mayor provecho posible.
En casa podemos llevarla a cabo de manera muy sencilla y por eso, a continuación, te proponemos un listado por si te faltan ideas a la hora de aprovechar integral algunos alimentos:
- Peladura de patata: limpiar la piel a conciencia y freírla con mucho aceite hasta que quede dorada. Su resultado, unas originales patatas chip.
- Peladura de calabacines: cortar en finas tiras y saltear con un ajo y una pizca de aceite y sal. De esta manera, se puede mezclar en un salteado o también sirve para decorar platos de carne o pescado.
- Tronco de acelgas y espinacas: lavar bien las verduras y cocerlas en sal con unas gotitas de limón. Una vez cocidas, refrescarlas en agua con hielo y aliñar con aceite de oliva, agua y pimentón.
- Cáscaras de cítricos: producto perfecto para caramelizar, deshidratar y aromatizar azúcar.
- Pieles de aves: idóneas como aperitivo si se fríen hasta que alcancen un punto crujiente perfecto.
- Restos de carne pegados al hueso: sacar los trozos pegados y cortar finamente. Con ellos podremos elaborar un salteado para utilizar, por ejemplo, en arroces o pastas.
- Vísceras y casquería: ofrecen infinidad de posibilidades en la cocina y además están muy de moda. Han sido siempre un ingrediente fundamental en las recetas más tradicionales. Platos como la sangre frita, el hígado encebollado, la asadurilla o la morcilla son elaborados con este tipo de ingredientes.
- Fumet: para hacer un buen fumet o caldo es fundamental contar con las espinas y cabezas de pescados.
- Huevas de pescado: cocer y freír con ajo, aceite de oliva y un chorrito de limón. Ya tienes un delicioso entrante.
- Tripas de bacalao: desalar y cortar en finas tiras. Freír hasta alcanzar una textura crujiente y comerlas como snack.
Estos son tan sólo algunos productos y usos pero las posibilidades son infinitas. Sólo hace falta echarle imaginación. Así conseguirás reducir residuos y aprovechar aquello que antes iba al cubo de basura o separabas de la tabla de cortar.