¿Menús irresistibles? En Málaga, y por menos de 15€
Para los que a menudo comemos fuera de casa, comer de menú en los días de diario es una opción que te permite dos cuestiones interesantes, por un lado, ajustar el presupuesto semanal, y por otro, establecer una primera toma de contacto en restaurantes que no conoces para volver de una forma más distendida en el caso de que la visita haya sido satisfactoria.
Lejos de lo que pueda parecer, comer de menú del día no significa que la comida que te van a servir sea de calidad inferior a la que se sirve en la carta, al contrario, un restaurante que trabaja bien y con buena materia prima, siempre va a dar calidad en el menú. Lo habitual es que la calidad vaya en consonancia con la filosofía del establecimiento, así que si la comida y el servicio son buenos cuando comemos de carta, también lo serán cuando lo hagamos de menú y viceversa.
Y ya que estáis puestos en antecedentes, en este post os voy a hablar de tres lugares en Málaga donde comer bien por menos de 15 euros. Los tres son de estilos diferentes, pero creo que de todos os llevaréis una buena impresión en lo culinario.
Mesón Salamanca
Este establecimiento está en pleno centro de Fuengirola. Ofrece menú diario de lunes a viernes por 10,50 euros compuesto por primer y segundo plato, postre, pan y bebida. Dispone de dos salones que están siempre bastante llenos. El servicio es atento y muy rápido, la comida es de calidad y la cocina es tradicional.
Puedes elegir un primero entre 16 opciones y un segundo entre 18. Algunos están marcados por un suplemento de 1 o 2 euros más, pero, aun así, el menú está por debajo de los 15 euros. En cuanto a postres, tienen entre cinco o seis para elegir y lo mejor es que todos son caseros, menos el helado.
En esta ocasión, elegí para empezar un cóctel de gambas. Me lo sirvieron como los de antes, con su copa metálica para poner debajo hielo picado con el que mantener fresco el cóctel. Langostinos, salsa rosa, lechuga, zanahoria rayada, manzana y un gajo de naranja para decorar. Un primero aceptable en tamaño y con pocos cambios en la presentación de un plato que era la estrella de los entremeses en los años 80.
En cuanto al segundo, pedí albóndigas de ternera. La salsa estaba muy sabrosa y las cinco albóndigas venían acompañadas de patatas panaderas. El emplatado también muy sencillo, pero no por ello menos rico.
Para terminar, un tiramisú. ¡Cómo se notaba que era un postre casero! A mí que me encanta este postre y lo hago a menudo en casa, me pareció que estaba muy bien hecho y, sobre todo, con el punto perfecto de café para mi gusto. Me lo sirvieron en vasito, la ración justa para terminar el almuerzo con unos bocados dulces.
Bar Canela
Lejos del centro de la ciudad también podemos dar con opciones más que aceptables para almorzar de menú y menos transitadas, una de ellas es el Bar Canela. Es un local muy amplio, con buena música de fondo, que dispone también de mesas en el exterior. Completan su oferta de comidas y tapas con meriendas y copas por la tarde.
En este local encontrarás primero, segundo, postre, bebida y pan por 8 euros. Puedes elegir entre cinco primeros y cinco segundos y si quieres un menú más ligero, puedes optar por pedir solo el plato del día con bebida, pan y postre por 7 euros. El servicio es rápido y atento.
Con la bebida me sirvieron una tapa de cortesía y unas aceitunas mientras esperaba mi primer plato. Este día fue porra antequerana. Es uno de mis platos favoritos como cuando el calor empieza a aparecer. Estaba muy buena y me pusieron una ración considerable.
Para seguir, elegí la tortilla campera: tortilla de patatas con verduras y taquitos de chorizo. La ración era normal en tamaño, pero la acompañaron de un tomate picado que la hacía más completa.
Y para terminar un postre que me encanta y que no es fácil encontrar si comes fuera de casa: tarta de galletas con chocolate. Estaba muy buena. Me dio la sensación de que quien cocinaba lo hacía aplicando una mano experimentada con recetas de toda la vida.
Mejor con reserva
Es un pequeño restaurante que está en Playamar, muy cerca del mar. Tiene un diseño muy playero, recordando a los bares surferos de Tarifa, donde priman maderas y lámparas originales. Dispone de un pequeño salón interior, otro exterior acristalado y techado y terraza. El menú está compuesto de primero, segundo, bebida pan y café a un precio de 9,90 euros.
Para elegir tres primeros y tres segundos. Los primeros eran platos clásicos que podemos degustar en casi cualquier menú (ensaladilla rusa, tomate pata negra y ensalada de espinacas) y los segundos estaban más en el lado de la cocina actual (pollo teriyaki, arroz con salmón y verduras). Mientras esperas la comida, te sirven unas aceitunas de cortesía con la bebida.
El día que lo visité me decanté por la ensalada de espinacas con queso de cabra. La verdad que era una ensalada muy apetitosa aderezada con pasas, nueces y una salsa con un punto de mostaza.
A continuación, pedí arroz con salmón y verduritas salteadas. Me pusieron un plato tipo wok, con el arroz en su punto y las verduras bien salteadas, aunque un poco subido de sal para mi gusto. La ración también correcta y ambas elecciones bien emplatadas.
Para finalizar el almuerzo me ofrecieron café o infusión. En este punto eché en falta el bocado dulce con el que me gusta cerrar las comidas. Un postre casero es un buen final para cualquier almuerzo, pero es algo que no desmereció el resto del almuerzo.