Dónde comer calçots en Tarragona | Restaurantes recomendados
Uno de los mayores placeres de los meses de invierno que no puede ser sepultado ni por el frío ni las pocas horas de luz son los calçots, pues su temporada, de manera más amplia, va de noviembre a abril, pero el periodo de máximo apogeo de los calçots es, precisamente, enero, febrero y marzo.
Como ya habíamos repasado en artículos anteriores, una calçotada (para aquellos menos versados en las tradiciones de la gastronomía catalana, la comida en la que se toman los calçots) es mucho más que el simple acto de comer estas cebollas dulces: es todo un ritual, una celebración que se comparte con seres queridos y que, si corre a cuenta propia, implica un fuego al aire libre, mucha organización y pringarse bastante las manos, y no solo al degustar los calçots.
Para aquellos que quieran comer calçots esta temporada, pero prefieran saltarse los pasos más engorrosos que implican su preparación, pueden optar por comer calçots en restaurantes, algo igualmente habitual y, cabe admitir, mucho más relajado y limpio. ¿Y qué mejor manera de comer calçots que en Tarragona, tierra de la que son originarios? Por eso, si buscas disfrutar de una calçotada en Tarragona, ¡anota estos restaurantes donde comer calçots!
Coll de Nulles
Ubicado en pleno Alt Camp y rodeado de viñedos, Coll de Nulles es una referencia indiscutible para disfrutar de una auténtica calçotada en Tarragona. Con una estética rústica y acogedora, este restaurante familiar ofrece una experiencia gastronómica ligada al territorio, apostando por la cocina catalana tradicional con un toque de innovación.
Durante la temporada de calçots, sirven calçots con denominación de origen IGP, asados al fuego de sarmientos de sus propias cepas y acompañados de su famosa salsa casera apta para celíacos. La calçotada se completa con carnes a la brasa, como longaniza, butifarra negra, cordero o entrecot, además de guarniciones como alubias, alcachofas y ensalada de escarola. Para quienes buscan algo diferente, el menú también incluye platos creativos como un revuelto de calçots y alcachofa.
Coll de Nulles es más que un destino donde comer calçots en Tarragona. Su cocina, liderada por Jordi Martínez, combina la esencia catalana con propuestas innovadoras. Abierto de jueves a domingo, este restaurante ofrece dos experiencias gastronómicas: el Coll de Dia, con su propuesta más tradicional, y el Coll de Nit, con una carta más moderna y desenfadada. Si buscas un lugar donde comer calçots en un entorno inigualable, Coll de Nulles es una apuesta segura.

L’Esportell del Bou
Ubicado en Picamoixons, cerca de Valls, L'Esportell del Bou es el resultado del amor por la cocina tradicional de los hermanos Marta y Gerard Rafí. Desde 2006, este restaurante se ha convertido en un referente de la gastronomía catalana, apostando por el producto local y de temporada, con especial protagonismo de los calçots en su temporada.
Aquí, la calçotada es todo un ritual. Los calçots se preparan con mimo y se sirven con una salsa romesco adaptada para intolerancias alimentarias: sin harinas para los celíacos y con almendra marcona en lugar de avellanas. Pero lo que realmente distingue a L'Esportell del Bou es su filosofía: sin turnos ni prisas, cada mesa es para disfrutar sin apuros. Así que, si lo que quieres es replicar el espíritu de una calçotada sin necesidad de doblar el lomo, ¿existe una mejor opción?

Mas Folch
Entre Tarragona y Reus se encuentra Mas Folch, un restaurante que combina la esencia de la cocina tradicional catalana con un enfoque innovador. Liderado por los hermanos Aixalà y ubicado en una masía modernista restaurada, este espacio destaca tanto por su cuidada propuesta gastronómica como por su entorno natural. Al frente de los fogones está Daniel, quien imprime su sello personal en cada plato con una ejecución impecable y un profundo respeto por el producto de proximidad. Su hermano David se encarga de la sala, asegurando un servicio impecable en cualquiera de sus tres comedores.
La calçotada en Mas Folch se disfruta al aire libre o en sus elegantes comedores interiores, con calçots cocinados a la brasa y acompañados de su romesco casero, seguido de una selección de carnes a la parrilla. El enclave, con un amplio jardín con estanque y terraza exterior, y su impresionante legado arquitectónico hacen de las calçotadas en Mas Folch una experiencia inolvidable. ¡No por nada fue reconocido por la Guía Gourmand como el mejor restaurante de la provincia de Tarragona en 2014!

Ca Vidal
Una antigua y única masía catalana construida en el año 1777, calçots de IGP de Valls y una salsa romesco km 0, hecha con ingredientes de calidad allí mismo: ¿se puede pedir algo más para disfrutar de una auténtica calçotada en Tarragona? Cuando los calçots están de temporada, en Ca Vidal, se puede disfrutar de un menú experiencial en un entorno natural y unas instalaciones únicas. El resto de su cocina destaca por sus platos tradicionales y sus recetas a la brasa, como es de imaginar, como la carne y las verduras que acompañan a los calçots. Como ya hemos dicho, el paraje es de ensueño, pero, en caso de estar inhabilitado para desplazarse (o simplemente ser más bien perezoso), también ofrecen calçots y salsa romesco para llevar. ¡Vamos, que una buena calçotada en Tarragona es más accesible que nunca!

Mucho más que una comida
Disfrutar de una calçotada en Tarragona no es solo un placer gastronómico, sino una experiencia que va más allá del simple hecho de comer. Es una tradición que une, que invita a reunirse en torno al fuego, a mancharse las manos sin remordimientos y a saborear cada bocado con calma. Ya sea en un entorno rural, en una masía histórica o en un restaurante con un toque innovador, cada calçotada es una celebración de la identidad catalana y del buen producto de proximidad. Así que, si este invierno quieres vivir un momento único, elige uno de estos restaurantes y prepárate para disfrutar de mucho más que una comida: un auténtico ritual culinario.