Galletas caseras, más sanas y divertidas
La pandemia y el confinamiento que durante tantos meses nos ha tenido encerrados en casa en mayor o menor grado ha hecho cambiar muchas costumbres, dejar unos hábitos y adquirir otros, y entre las cosas 'positivas' que ha comportado figura, sin duda, un mayor interés por la cocina, un retorno a la cocina casera, a la cocina familiar, la que podemos compartir padres e hijos.
Esto se tradujo, especialmente durante los meses más duros del confinamiento, en un incremento de las ventas de harina, porque mucha gente comenzó a hacer pan en casa, pero no sólo pan, también cosas más dulces que gustan a niños y mayores y son fáciles y agradecidas de hacer, como las galletas.
Hacer galletas con los niños, para consumir en casa o para obsequiar a alguien, es una buena manera de pasar una tarde de confinamiento o una mañana de sábado, y no sólo porque es una actividad que podemos hacer juntos padres e hijos, sino porque nos permite preparar con nuestras manos, con ingredientes de confianza y en la proporción que consideramos más adecuada, uno de los productos más cuestionados.
Los dietistas lo tienen claro: las galletas industriales no son diferentes de la bollería, ya sea por la cantidad de azúcar, por las grasas o por las harinas refinadas, son productos ultraprocesados que deberíamos limitar en nuestra dieta.
Pero como a casi todos nos gusta, en un momento u otro, picar una galleta, ya sea para el desayuno, con el café o entre horas, prepararlas en casa nos permite que nuestras galletas sean más 'sanas', con todas las comillas que sea necesario, que las compradas, ya que siempre podemos optar por recetas con menos azúcar y grasas, con harinas más saludables, y con los sabores que preferimos.
Esta es la gran ventaja de las galletas caseras, que sabemos con qué las hacemos y las podemos adaptar a nuestra dieta y, si es necesario, a las intolerancias alimentarias que pueda haber en la familia.
Y que es divertido elegir las recetas, poner las manos en la masa, amasar, estirar, cortar, hornear... y morder!
Harina, mantequilla y azúcar
Una galleta, según el diccionario, es una “pasta compuesta de harina, azúcar y a veces huevo, manteca o confituras diversas, que, dividida en trozos pequeños y moldeados o modelados en forma varia, se cuece al horno". Es un clásico de la repostería internacional, y una de las recetas más sencillas, si no la que más. De hecho, basta con harina, mantequilla y azúcar, ingredientes que todos tenemos en casa, que no son caros y que podemos cambiar por otros si, por ejemplo, no queremos utilizar azúcar, o mantequilla, ya que podemos recurrir a edulcorantes y grasas alternativos.
A partir de una receta tan básica como la que os ofrecemos a continuación, podemos añadir sabores (canela, cítricos, jengibre ..) o toppings, como chocolate, pasas o frutos secos, y optar por el endulzante que más nos guste, o por harinas alternativas. Eso, sin entrar en el mundo de las galletas saladas, que merecerían otro artículo. Es decir, que el mundo de las galletas puede ser casi infinito y es muy difícil que alguien no encuentre la que se ajusta más a sus gustos.
Las galletas son un clásico de la repostería internacional, cada país tiene sus tradicionales, aunque algunas han traspasado sus fronteras y se han puesto de moda en otros países, como las cookies norteamericanas o las clásicas danesas de mantequilla. En este artículo de Gastronosfera repasamos algunas.
Recetas
Hoy os ofrecemos una receta básica, una de cookies y una con ingredientes alternativos, sin azúcar ni mantequilla y con harinas integrales, tres ejemplos de la gran variedad de galletas que podemos preparar.
Sólo debemos tener en cuenta antes de comenzar unos cuantos consejos:
- Empezaremos mezclando bien la mantequilla con el azúcar y luego añadiremos la harina tamizada y la levadura o bicarbonato
- Tamizaremos siempre la harina, simplemente pasándola por un colador fino, para evitar grumos en la masa que serían desagradables a la hora de comer
- Para empezar, y para evitar errores antes de comenzar a experimentar, podemos tener en cuenta estos parámetros:
- 1-2-3 es una proporción básica de azúcar, mantequilla y harina
- Calentaremos el horno a 180º C
- Haremos todas las gelletas con el mismo grosor para que se cuezan igual
- Pondremos las galletas al horno sobre papel vegetal y separadas, para que no se peguen ni en la bandeja ni entre ellas
- Una vez cocidas, las dejaremos enfriar sobre una rejilla
- Las podemos guardar en una caja bien cerrada y aguantarán unos días
Receta básica
Ingredientes:
180 g de harina
120 g de mantequilla
60 g de azúcar
opcional: media cucharadita pequeña de bicarbonato o levadura química (tipo Royal)
Elaboración:
Sacamos la mantequilla de la nevera dos horas antes. La batimos con el azúcar, hasta conseguir una mezcla cremosa homogénea. Añadimos la harina tamizada y la levadura, poco a poco, mientras vamos mezclando bien.
Estiramos la masa con un rodillo, hasta dejarla con un espesor de unos 3 a 5 mm y con un molde o con un cuchillo vamos cortando las galletas. También podemos formar pequeñas bolitas de masa y las aplastamos para conseguir una forma redonda de unos 5 o 6 cm. de diámetro.
Ponemos las galletas en una bandeja, sobre papel vegetal, y horneamos con el horno precalentado a 180º C, fuego arriba y abajo, durante 10 o 12 minutos, o hasta que se empiecen a dorar.
Sacamos del horno y dejamos enfriar se galletas sobre una rejilla.
Si queremos convertir estas galletas en galletas de chocolate, podemos sustituir parte de la harina por cacao en polvo o incrementar la mantequilla y el azúcar en la misma proporción. Por ejemplo, si añadimos 90 g de cacao, agregaremos una tercera parte de azúcar (30 g) y dos terceras partes de mantequilla (60 g).
A esta masa básica podemos añadir sabores como esencia de vainilla o limón y toppings como trocitos de chocolate, frutos secos o de fruta confitada. Y las podemos cubrir con lo que se nos ocurra: azúcar glas, mermelada, chocolate...
Cookies de chocolate blanco
Ingredientes:
250 g de harina
125 g de mantequilla
100 g de azúcar glas
100 g de chocolate blanco
1 huevo
medio sobre de levadura química
una cucharadita de esencia de vainilla
una punta de sal
Elaboración:
Sacamos la mantequilla de la nevera dos horas antes, para tener una textura de pomada. La mezclamos con el azúcar y el huevo batido en un bol.
Tamizamos la harina con la levadura y añadimos la esencia de vainilla. Lo añadimos a la mezcla anterior, removiendo bien para que no se hagan grumos, y añadimos el chocolate blanco partido en trozos pequeños. También podemos utilizar perlas de chocolate blanco si tenemos.
Precalentamos el horno a 180º C. Cubrimos una bandeja de horno con papel vegetal y vamos poniendo cucharadas de masa, en forma circular y plana, dejando espacio entre sí. Entramos en el horno y dejamos cocer durante 15 minutos o hasta que veamos que las galletas están cocidas.
(Podemos hacer la misma receta con chocolate negro.)
Galletas de jengibre sin azúcar ni mantequilla
Ingredientes:
200 g de harina integral (de kamut, de alforfón, de maíz, de avena, de trigo sarraceno, de arroz...)
100 g de jarabe de agave
25 g de aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de jengibre en polvo
1 cucharadita de canela en polvo
1 cucharadita de bicarbonato
Elaboración:
Mezclamos todos los ingredientes sólidos en un recipiente grande (harina, jengibre, canela y bicarbonato) y añadimos el aceite y el jarabe. Mezclamos y amasamos con la mano hasta conseguir una masa homogénea. La extendemos con un rodillo hasta conseguir el grueso deseado y formamos las galletas con el molde elegido o con un cuchillo.
Colocamos las galletas sobre una bandeja forrada con papel vegetal y las entramos en el horno precalentado a 180º C durante 10 minutos, o hasta que las vemos cocidas.
Dejamos enfriar y ya las podemos comer o guardar.