Las variaciones del Caffe Latte crean tendencia
En efecto, en nuestro vecino transalpino, las cafeterías o las latterie (lecherías) han elevado a la categoría de mitos gastronómicos el espresso, el ristretto, el cappuccino, el macchiato o el caffè latte.
La globalización llega a todos los rincones del planeta, ya sean geográficos, económicos o gastronómicos, y, aunque pueda parecer extraño, también al universo del café con leche, permitiéndonos aprovechar todas las novedades que nos pueda traer en cualquier ámbito.
Más allá de la receta italiana tradicional del café con leche, elaborado a partir de un cuarta parte de café espresso mezclada con tres partes de leche caliente, esta humilde y popular combinación está desbordando todas las previsiones imaginativas y dando lugar a un universo creativo de sabores, colores y olores que inunda las cafeterías en boga de todas las grandes ciudades.
En esta explosión creativa nacida alrededor del caffe latte se ha dejado de lado, incluso, al ingrediente que parecía imprescindible: el café. Por ejemplo, una de las nuevas creaciones más consumidas en todo el mundo es el Matcha Latte.
Aunque son diversos los establecimientos de diferentes urbes del planeta que reclaman para sí la autoría de la bebida, el que más fama internacional ha alcanzado preparándolo es el Matcha Mylkbar de Melbourne, Australia. Esta bebida combina el té matcha con la leche, obteniendo una infusión innovadora, cremosa y, según sus consumidores, muy saludable.
El té matcha es té en polvo obtenido a partir de las hojas del té verde, que sustituye el efecto estimulante de la cafeína por el que produce la teanina, el aminoácido que contienen las hojas del té y que, aunque tiene fama de causar un estado de alerta, al igual que la cafeína, acaba calmando la ansiedad y produciendo una sensación de relajación. De hecho, son muchas las clases de yoga que finalizan compartiendo un té matcha entre los participantes.
Otra nueva combinación que se está imponiendo, tal vez por su atractivo color rosado es el pink latte, o beetroot latte, por el nombre inglés de su ingrediente principal, la remolacha. Se prepara a partir de remolacha, un vegetal rico en hierro y vitaminas A, C y B8. La combinación de la remolacha cocida, batida junto a la leche y a la que se puede añadir, según el gusto personal, un chorrito de café con jengibre, canela u otras especies, tiene propiedades diuréticas, un alto contenido en antioxidantes y ayuda a reducir la tensión arterial. Además, el sabor dulce producido por la remolacha hace innecesaria la utilización de azúcar u otros edulcorantes haciendo más saludable esta bebida. Aun así, algunos consumidores de la misma gustan de endulzarla con sirope de agave, que no altera el sabor del resto de ingredientes.
Y hablando de colores, si el rosado es atractivo, ¿qué decir del dorado? Se trata de cúrcuma latte o leche dorada. Se prepara a partir de leche vegetal, preferentemente de almendras o de coco, a la que se añade una cucharada de cúrcuma en polvo, canela, nuez moscada, miel para endulzar y, para aquellos que gusten de las especias, un toque de pimienta negra recién molida.
Pasemos al azul. Otro de los inventos del ya mencionado Matcha Mylkbar de Melbourne es el “Pitufo”, bautizado con ese nombre por su color. A base de jengibre, limón, agave, algas azules en polvo que le proporcionarán su color final y leche vegetal, en este caso de coco, la mezcla resultante se anuncia como sumamente saludable por las propiedades antioxidantes del alga.
Aunque ya hayamos dejado atrás el verano, una combinación que podemos tener en cuenta de cara al año próximo es el Caffè latte con coco y lavanda, muy refrescante, que se prepara removiendo bien en un recipiente el contenido de una taza de café, leche de coco, hielo y azúcar de lavanda.
En cambio, de cara al invierno, podemos saborear el Caffè latte con hibisco, una flor con numerosas propiedades beneficiosas para el organismo. Se prepara a partir de leche caliente, una bolsita de té verde, una cucharada de flores secas de hibisco, una pizca de jengibre y el endulzante que se prefiera.
Como última sugerencia, el Caffè latte de calabaza, ideal para la temporada otoñal, para el que se precisa puré de calabaza natural, unas pizcas de canela y jengibre, una taza de café y leche caliente que se mezclan bien en un cuenco antes de servir. Para darle un toque más aromático puede añadirse una pizca de vainilla.
Recetas de Matcha Latte para invierno y verano
La más popular de estas combinaciones, el Matcha Latte, puede prepararse tanto caliente como frío, lo que la hace especialmente apta y saludable en cualquier época del año.
Matcha Latte caliente
Ingredientes para 2 personas:
- 300 gramos de leche (puede usarse leche vegetal)
- 50 gramos de agua caliente
- 1 cucharadita de té matcha en polvo
- 1 cucharadita pequeña de azúcar, sirope o endulzante al gusto
Preparación:
-Calentamos el agua y la retiramos del fuego cuando esté a punto de empezar a hervir.
-Diluimos el té verde hasta que no queden grumos, preferentemente usando una varilla de bambú como batidor, al estilo japonés.
-Calentamos la leche en un recipiente adecuado diluyendo en su interior el endulzante que hayamos elegido. Cuando esté bien caliente, la removemos con un batidor para hacer espuma.
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-Añadimos la leche con su espuma al té verde y servimos bien caliente.
Matcha Latte frío
Ingredientes para 2 personas:
- 300 gramos de leche
- 20 gramos de agua caliente
- 1 cucharadita de té matcha en polvo
- Azúcar, sirope o endulzante al gusto
- Cubitos de hielo
Preparación:
-Mezclamos el té matcha en polvo con el agua caliente, hasta que no queden grumos. Como en el caso del matcha caliente, se recomienda hacerlo manualmente con varillas de bambú, al estilo japonés.
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-Introducimos en el recipiente de la batidora el té matcha disuelto, el hielo, la leche y el azúcar o endulzante al gusto y lo trituramos hasta que el hielo se disuelva totalmente.
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-Servimos al momento en vasos de cristal previamente enfriados en la nevera para aprovechar al máximo el sabor refrescante de esta deliciosa infusión verde.