Pasión por la carne

30 Junio, 2012
Gastronosfera

Hace unas décadas nuestro país sucumbió a la comida japonesa, fervor al que luego se sumó el frenesí por los restaurantes asiáticos. Y desde hace unos meses estamos viviendo un auténtica pasión por la carne. Establecimientos para carnívoros que nos hacen descubrir que no sólo hay un solomillo y un entrecot, sino que son muchas las variedades de carne (y sus consiguientes sabores) que pueden saborearse y descubrirse. No hablamos de asadores argentinos, sino de esos restaurantes de toda la vida que están demostrando que la carne es digna de toda una oda poética. Dani Lechuga, del restaurante barcelonés Caldeni, nos cuenta que el auge de los establecimientos carnívoros es cuestión de lógica. “La gente se ha dado cuenta de que la carne, si es de calidad, tiene un sabor exquisito”, dice. En su restaurante cuentan con variedades tan selectas como el Wagyú ‘Kobe beef y el Solomillo de Angus beef Nebraska. [caption id="attachment_910" align="alignright" width="540"] Can Xurrades.[/caption] Otro de los mejores restaurantes de carne en Barcelona es Can Xurrades. Su cocinero, Rafa Martínez, considera que el éxito de los restaurantes carnívoros se debe a que los establecimientos están ofreciendo variedades exclusivas que otorgan un valor añadido. “En cualquier sitio te servirán un bistec pero, ¿en cuántos sitios podremos degustar un buey cuya carne sea biológica y de calidad?”, cuestiona. Según él es una “cuestión de tendencias”. Además de ofrecer degustaciones organolépticas de carne, Can Xurrades es el único restaurante de Barcelona que ofrece la variedad de buey Bos Taurus Ibericus, considerada el ‘caviar’ de las carnes por sus propiedades excepcionales tanto nutricionales, como funcionales y gastronómicas. Los expertos creen que su ternura, palatabilidad y suculencia, con una perfecta infiltración de grasa y excelente sabor, asemeja esta carne a la de Kobe (carne de buey nipona que recibe delicados cuidados en su crianza). Josep Maria Sans, del restaurante Cal Travé, coincide con Martínez en que la vuelta de tuerca al fenómeno ha sido la “posibilidad de escoger entre distintos tipos de carne y dentro de cada tipología aquella de mejor calidad, algo que antaño no era posible”.