¿Melocotón o nectarina? Descubre y saborea sus diferencias
Pocas frutas tan parecidas dan lugar a tantos equívocos. Melocotones y nectarinas pueden ser fácilmente confundibles para los ojos poco expertos en la materia. La primera clave para distinguirlas a simple vista radica en su piel: mientras que el melocotón presenta una capa aterciopelada, la nectarina carece de esta vellosidad; su piel es completamente lisa y de un color más intenso. Otra pista para reconocerlas fácilmente es su tamaño: el melocotón siempre es un poco más grande que la nectarina.
Si las abres apreciarás dos diferencias más. Mientras que la pulpa del melocotón siempre es anaranjada y está adherida al hueso, la de la nectarina puede ser blanca, amarilla o rojiza y su adherencia al hueso es menor, lo que facilita su separación. Cuando les des un mordisco, enseguida notarás matices en su sabor dulce, ya que la nectarina está dotada de un toque ligeramente amargo, algo que no ocurre con el melocotón.
Nectarina, una fruta redefinida
Pero, a todas estas, ¿tenemos claro que es una nectarina? Según la creencia popular, es el fruto de un injerto, o cruce, entre el ciruelo y el melocotonero. De hecho, así lo afirmaba la Real Academia Española (RAE) en su diccionario hasta hace pocos años. En realidad, la nectarina es una variedad de melocotón que surgió como tal por mutaciones naturales y espontáneas.
La primera referencia registrada de la nectarina se remonta a un documento de principios del siglo XVII hallado en Inglaterra, pero su historia se extiende mucho más. Algunos expertos sitúan su origen en Asia, probablemente en China, donde ya se cultivaría desde hace más de dos mil años y era conocida como el “néctar de los dioses”. Junto con el melocotón, llegó a Occidente a través de las distintas rutas comerciales y pisó la península de la mano de los romanos.
Un valor nutricional excelente
Melocotones y nectarinas presentan unas propiedades nutricionales muy semejantes. Ambas frutas son ideales para hidratarnos en los días más calurosos del año, ya que tienen un alto contenido en agua (entre el 85 y el 89% en función de la variedad), y para perder peso, gracias a su bajo aporte calórico (un máximo de 40 calorías). Asimismo, ambas facilitan la digestión debido a su alto contenido en fibra, una propiedad que potenciarás aún más si las consumes con la piel, y son excelentes para cuidar la piel, gracias a su aporte en antioxidantes y vitamina C. Aunque, si acercamos la lupa a su tabla nutricional, se observa que la nectarina es más rica en vitamina A, esencial para la vista, la piel y el sistema inmunitario.
Por su parte, su composición en minerales como el potasio, el fósforo, el magnesio y el hierro las convierten en buenas diuréticas y laxantes, además de en muy beneficiosas para el funcionamiento de músculos y nervios, para combatir la anemia y para la salud del sistema cardiovascular.
¿Cómo conservarlas?
Al igual que otras frutas, conviene que conserves melocotones y nectarinas a temperatura ambiente mientras maduran. Una vez alcanzan su estado óptimo de consumo, puedes guardarlas en el frigorífico si es necesario, procurando que no estén en contacto con otras frutas y durante no más de una semana.
Cocínalas como más te guste
Su alta versatilidad en la cocina es una cualidad que nos encanta. Puedes prepararlas en ricas ensaladas, postres, cremas, sorbetes, macedonias… Incluso en mermeladas o en almíbar. Toma nota de estas tres propuestas.
Tarta de melocotones
De Manual del aspirante a chef (Espasa).
Ingredientes (para 4 personas):
1 kg de melocotones, 250 g de harina, 150 g de mantequilla, 80 g de azúcar glas, 50 g de azúcar moreno, 1 cucharada de coñac, 1 yema de huevo.
Preparación:
- Mezcla la mantequilla y el azúcar glas, y amasa hasta integrar bien los ingredientes. Añade la yema y sigue amasando. Incorpora la harina poco a poco y continúa amasando hasta obtener una masa homogénea. Haz una bola, envuélvela en film transparente y reserva en la nevera durante 1 h. Una vez transcurrido el tiempo de enfriado, estira la bola con un rodillo hasta conseguir un grosor de masa de unos 3 mm.
- Lava, quita el hueso de los melocotones y corta la fruta en trozos. Échalos en un bol junto con el azúcar moreno y el licor, y mezcla durante 1 minuto.
- Engrasa y enharina un molde para tartas y coloca la masa en la base. Pincha con un tenedor, cubre con papel sulfurizado y coloca peso encima (judías o garbanzos). Hornea durante 1 minuto en un horno precalentado a 200ºC.
- Quita el peso y cubre con la fruta toda la superficie (tiene que quedar bien apretada). Añade el jugo que haya soltado y hornea 30 min. Desmolda, deja que se enfríe y espolvorea con un poco de azúcar glas por encima.
Smoothie de melocotón o nectarina
De La cocina de Peter Pan (Planeta Gastro).
Ingredientes (para 4 personas):
250 g de melocotón sin hueso o nectarina, 25 g de azúcar, 250 g de yogur natural, 250 g de leche, 120 g de salsa de mango.
Preparación:
- Corta el melocotón o la nectarina a trozos medianos.
- Introduce en el vaso mezclador el melocotón o la nectarina, el azúcar, la leche y el yogur. Bate hasta obtener una mezcla suave.
- Vierte el smoothie en un vaso.
- Decora con la salsa de mango intentando que no se mezcle con el smoothie.
Pluma con salsa de nectarina
De Manual del aspirante a chef (Espasa).
Ingredientes (para 4 personas):
1 kg de pluma ibérica, 1 kg de nectarinas, 100 g de azúcar moreno, 80 g de avellanas crudas, 1 pomelo, zumo de ½ limón, mostaza de Burdeos, aceite de oliva virgen, sal.
Preparación:
- Haz una picada con las avellanas, aceite, un poco de sal, mostaza y la ralladura del pomelo. Unta la carne de cerdo y deja que macere en la nevera durante 2 h.
- Pela, trocea las nectarinas y cuécelas lentamente con el azúcar y un poco de agua hasta que la fruta se ablande. Tritura y reserva.
- Limpia la pluma de la picada con papel absorbente y pásala por la plancha a fuego fuerte.
- Lamina la carne y sirve con la salsa de nectarina por encima y un poco de mostaza.