Ideas para preparar y servir queso provolone
¿Quién puede resistirse a la textura fundente y el genuino sabor del provolone? Este queso de leche de vaca entera con corteza blanca es originario del sur de Italia (aunque actualmente la zona de producción más importante se encuentra en el norte del país). Sus orígenes se remontan a tiempos antiguos, pero su desarrollo como queso más reconocido se sitúa en el siglo XIX. En el XX, el provolone comenzó a producirse a mayor escala y se extendió fuera de Italia, convirtiéndose en un queso muy popular y consumido en todo el mundo, como sigue ocurriendo hoy en día.
De sabor suave y ligeramente picante cuando es joven y más intenso y sabroso a medida que envejece, el provolone tiene una textura firme que se vuelve suave al derretirse. Tanto en formato bola como en tronco, este queso italiano es muy versátil en la cocina y se puede tomar derretido en platos calientes, en fondues, a la parrilla o añadir a pizzas, lasañas y ensaladas. Otra de sus singularidades es que suele ser ahumado, lo que le aporta un toque especial.
Provolone procede de la palabra italiana “provola”, que a su vez deriva de “provare”, que significa probar o ensayar. El sufijo “-one” denota un tamaño mayor, refiriéndose a la versión más grande del queso, en comparación con sus variantes más pequeñas.

¿Qué beneficios aporta?
Al singular sabor y textura del provolone se suman sus virtudes. Como cualquier queso, es una fuente de calcio, un mineral esencial para huesos, dientes y músculos.
El provolone también tiene un alto contenido en proteínas y vitaminas, sobre todo, A y B12. La primera es importante para la salud ocular, la piel y el sistema inmunológico, mientras que la vitamina B12 juega un papel clave en la formación de glóbulos rojos y en el mantenimiento del sistema nervioso.
Asimismo, es un alimento saciante y con un menor contenido en lactosa que muchos otros lácteos, siendo más fácil de digerir para quienes tienen intolerancia leve a la lactosa.
Unos beneficios nutricionales destacados, aunque su consumo debe moderarse, por su alto contenido calórico y de sodio.

Recetas con provolone
Como hemos adelantado, este queso es muy versátil en la cocina y se puede incorporar a muchas recetas. Una muy habitual es el provolone fundido, ya sea a la sartén, al horno, en el microondas o a la parrilla para disfrutar de una textura sabrosa y una capa crujiente. Te proponemos tres recetas fáciles y deliciosas con provolone:
Provolone al horno con tomate
Ingredientes:
- 1 rodaja de provolone
Salsa de tomate casera (tomates, cebolla, sal y azúcar)
Orégano
Elaboración:
Empezamos preparando la salsa de tomate casero. Para ello, lavamos y pelamos tres tomates maduros. Los partimos y los pasamos por la batidora.
Partimos la cebolla y la pochamos lentamente en una sartén con un poco de aceite unos 10 minutos. Añadimos los tomates y sofreímos unos 25 minutos a fuego lento. Después, trituramos la salsa, rectificamos de sal y azúcar, pasamos por un colador y reservamos.
Precalentamos el horno a 200 grados arriba y abajo.
Ponemos una base con la salsa de tomate casero que hemos preparado en una cazuelita de barro y encima el provolone. Echamos un poco de orégano por encima y lo metemos al horno hasta que quede gratinado. Lo sacamos, lo acompañamos con pan y resulta un aperitivo ideal.
e se funda. Cuando la tortilla esté dorada por un lado, le damos la vuelta y la hacemos por el otro.

Ensalada de rúcula, provolone y nueces
Ingredientes:
- Provolone
Rúcula fresca
1 tomate mediano
Nueces
Vinagreta (aceite de oliva, sal, pimienta y mostaza)
Elaboración:
Empezamos preparando la vinagreta, Para ello, mezclamos en un bol tres cucharadas de aceite de oliva, una pizca de sal y pimienta y un poco de mostaza. Reservamos.
A continuación, ponemos en un bol la rúcula fresca, añadimos un tomate cortado en gajos, unos dados de provolone y aliñamos con la vinagreta.

Tortilla de patatas con provolone
Ingredientes:
- Provolone
3 patatas
3 huevos
Cebolla
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
Cortamos las patatas y la cebolla en láminas muy finas. Ponemos a calentar una sartén con un poco de aceite y las pochamos a fuego lento.
En un plato hondo, batimos los huevos, los añadimos a las patatas y la cebolla pochadas y mezclamos bien.
En otra sartén, añadimos la mezcla y colocamos en medio el queso provolone para que se funda. Cuando la tortilla esté dorada por un lado, le damos la vuelta y la hacemos por el otro.
