Zanahoria morada, saludable y más auténtica que la de color naranja
Son cada vez más populares en el pueblo malagueño de Cuevas Bajas, en donde se cultivan y posteriormente se distribuyen por buena parte de la provincia durante el invierno y, aunque pueda parecer que una zanahoria morada es una mera curiosidad creada a golpe de ingeniería genética, realmente, es todo lo contrario… La “impostora” es la de color naranja.
Los primeros vestigios del uso de las zanahorias por parte del hombre los encontramos hace 5.000 años en oriente medio, y eran moradas por fuera y blanquecinas en su interior. Años más tarde, los árabes comenzaron a difundir esta hortaliza por medio mundo, incluida la península ibérica, y fueron apareciendo nuevas tonalidades más oscuras, algunas casi negras, y otras más claras, como las amarillas o blancas, pero ninguna naranja como las que conocemos en la actualidad.
El monopolio naranja
El color naranja llegaría en el siglo XVII, gracias al interés de los holandeses en que una hortaliza tuviera su color nacional, el de la casa real de Orange, y para ello, cruzaron e injertaron diferentes variedades hasta que dieron con su color. Debió causar sensación en la época, ya que a partir de ese momento, la zanahoria naranja y sus semillas se impusieron en el mercado agrícola hasta conseguir un auténtico monopolio que hizo olvidar las originales hasta nuestros días.
Podemos decir que el color no afecta al sabor, aunque hay que decir que impresiona sentir esa "incoherencia" de comer una zanahoria que no sea naranja. Ambas tienen un sabor ligeramente dulce, delicadas notas herbáceas e incluso minerales y, en crudo, una textura crujiente que con la cocción se va suavizando. Las podemos encontrar en multitud de recetas de todo tipo, ya sean ensaladas, cremas, dulces o como complemento de platos más complejos como arroces, guisos, cocidos…
Nutricionalmente se trata de un alimento con un aporte calórico mínimo, según la USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) y la bendita Wikipedia, tiene 41 calorías por cada 100 gr., es bajo en colesterol, ya que tiene poca grasa (0,24 gr. por cada 100 gr.) y una cantidad considerable de fibra, que hace que sea muy saciante. Además, es una poderosa fuente de vitaminas, minerales, hidratos de carbono y antioxidantes como fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc, vitamina A, niacina o betacaroteno.Beneficios para la salud
Todo este cóctel nutricional se traduce en numerosos beneficios para nuestro organismo como una mejora en el sistema inmunológico, circulatorio y nervioso. Es antioxidante, por lo que previene de un envejecimiento prematuro y nos ayuda a la desintegración de los cálculos renales. Hay estudios que afirman que son útiles para prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de páncreas o pulmón. Y son ideales para recuperarnos de un esfuerzo físico o incluso, fortalecen nuestras uñas y cabello. Tradicionalmente, la zanahoria es muy popular por ser buenas para la vista, sobre todo por la vitamina A que contiene, que previene la ceguera infantil, pero también por mantener en perfecto estado nuestra retina gracias a los betacarotenos.
La zanahoria, morada, amarilla, naranja o de cualquier color, es uno de esos alimentos básicos que no deben faltar en ninguna dieta, y de los que podemos “abusar” sin problema, y siempre que tengamos un poco de sentido común. Y como hemos comentado, admite todo tipo de preparaciones, y os sorprendería lo bien que combina con casi todo. Pero para empezar os propongo esta sencilla ensalada de zanahoria, que la podemos hacer con las tradicionales… no, mejor con esas de color naranja que inventaron los holandeses ;-)
ENSALADA DE ZANAHORIA
Ingredientes (Para 4 personas):
- - 400 gramos de zanahorias
- - 100 gramos de cebolleta
- - 1 limón
- - Comino molido
- - Pimentón
- - Aceite de oliva virgen extra
- - Perejil
- - Sal
- - Pimienta
Elaboración:
- Hervimos durante 10 minutos en abundante agua con sal las zanahorias cortadas en rodajas más o menos finas. Pasado ese tiempo, para cortar la cocción, las sumergimos en agua con hielo, que además hará que tenga un color más vivo. Es importante que la zanahoria no quede muy cocida.
- Picamos la cebolleta muy fina, le añadimos un chorrito de limón y dejamos macerar durante unos 15 ó 20 minutos.
- A continuación, mezclamos la zanahoria con la cebolleta y sazonamos con sal, pimienta, abundante comino recién molido, un toque de pimentón, limón (también se puede añadir un buen vinagre), perejil picado y un chorro de buen aceite de oliva virgen extra.