La Neura
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Familiaridad, buen ambiente y mucho carácter es lo que se detecta nada más entrar en La Neura y hablar con Sandra y Jorge. Tras la barra, que carga de personalidad al local, nos muestran orgullosos sus cortes de carne y empiezan a preparar la brasa. Trabajan con angus de Argentina y Uruguay, con chuletón de rubia gallega o de raza frisona de Girona, y también con cortes de lomo bajo y picanha de carne procedente de Irlanda de máxima calidad, de la raza bovina Irish Hereford, entre otros. “Ofrecemos una fusión de muchas carnes diferentes, que te permiten caminar por los sabores de todos esos lugares”, explica Jorge.
Entregados a la carne
Como buen argentino lleva la carne en su ADN, aunque puntualiza que “allí la carne se hace mucho más, por eso hemos aprendido hasta que hemos encontrado el punto que gusta aquí”. Él es el encargado de darle a la carne ese punto adecuado, en una parrilla de piedra volcánica que le aporta un sabor excepcional; pero también es el responsable de presentarnos cada plato y de cortar la carne en la mesa. “Interactuamos mucho con el cliente, no se va a aburrir”, bromea.
Si nos apetece un steak tartar, él lo cortará a cuchillo y nos lo preparará al momento delante nuestro, siempre bajo reserva previa. “Si el comensal quiere buey, carne de Kobe o alguna otra variedad de carne especial, aunque no esté en la carta, también la podemos conseguir”, añade. Ofrecen cortes de hasta un kilogramo y también parrilladas, perfectas para compartir en grupo. Pero, sin duda, su plato estrella es la entraña, que sirven como se debe servir una carne de calidad: lo menos disfrazada posible, simplemente con un toque de chimichurri y sal.
La auténtica milanesa argentina
Su oferta carnívora no termina ahí, ya que cuenta con una buena selección de hamburguesas, y sigue poniendo la mirada en Argentina para ofrecer otro de los puntales de su carta, las milanesas. “Cuando empezamos, en Barcelona, prácticamente no había sitios en los que se pudiera comer una buena milanesa”, puntualiza Jorge. Desde entonces, las elaboran de ternera empanada, y también de pollo, y se rinden a los sabores tradicionales: a caballo, con dos huevos fritos; la parmesana, con una gustosa capa de queso parmesano; la Neura, con jamón york y pimiento rojo; o la Ibérica, que incorpora jamón de nuestra tierra.
La milanesa parmesana es, además, uno de los platos que siempre está presente en su menú de mediodía, otro de los puntos fuertes del restaurante. Con cinco primeros y cinco segundos a elegir (13,90€), el menú cambia a diario y es “muy variado y mediterráneo, solo elaborado con ingredientes frescos”, dice Sandra. Porque ellos, lo tienen claro: rehúyen los congelados y aman el producto de temporada. “Nuestro chef es, además, un auténtico artista de los platos de cuchara y de los pescados”, agrega Jorge.
Y no nos olvidemos de las tapas, ya que con ellas empezó todo. Con esa misma filosofía de cuidar el producto, y con raciones muy generosas, trabajan las tapas clásicas, el sota, caballo y rey del tapeo: croquetas caseras, tortilla de patatas, chipirones a la andaluza, alcachofas fritas, escalibada, huevos estrellados con jamón ibérico… y sus imprescindibles torreznos de Soria. Otro de los clásicos del local. Su clientela, variopinta y fiel, viene a buscarlos expresamente y los degusta con una buena cerveza en su soleada terraza. Ellos son los que también generan el buen rollo y ese ambiente tan especial que, más allá del tapeo y las carnes, se respira siempre en La Neura.
Fotos: Flaminia Pelazzi
